La expectación, y por tanto la responsabilidad, generada era muy alta desde mucho antes de celebrarse esta esperada montería a los grandes venados y cochinos de la Ribera Alta en la mancha denominada “Dehesa de la Ribera”, pues su reciente obtención de la Caracola de Oro a la mejor montería de la temporada pasada la han colocado, por méritos propios, en boca y mira de todo el panorama montero nacional.
Tras el atracón cochinero de la anterior montería celebrada en otra mancha de esta finca, Sierra España convocaba el desayuno en los jardines exteriores de la casa a las 9:00h de la mañana. El día no podía despertar más bello, y los pronósticos auguraban, pese a ser mediados de octubre, que se alcanzarían y superarían los 25º.
Sorteo, explicaciones previas y partida de las armadas, sobre las 10:30h de la mañana, y de la correspondiente colocación de las diez posturas que cerraban las más de 600has., Desde antes de la suelta, los monteros asistían atónitos a un gran movimiento de reses por los rasos y siembras de la mancha, inquietas por el movimiento y colocación de los puestos, y que se enmontaban rápidamente en lo más denso de las riberas del Gargantel, que cruza y alimenta esta parte de la finca. Sólo los perros de las rehalas GH lograrían sacar la caza de estos refugios a base de mucho trabajo y tesón, cazando despacito, en especial en lo referente a los cochinos, que encontraron en los zarzales sus fortalezas de escondite y defensa perfectas.
Para contárselo a ustedes de primera mano, Caza y Safaris estuvo allí, y desde nuestra postura (en la cual, por cierto, sufrimos la carga de un enorme macareno) pudimos escuchar y disfrutar a través de la emisora, como si de la dirección de una orquesta se tratara, como la Propiedad, bajo la ayuda de Francisco, guarda mayor de esta finca “de por vida”, Tanis y Mariano, iban desde un alto aleccionando y dirigiendo las rehalas de forma constante, para desencamar el mayor número de reses y cochinos posibles. Un muy estudiado y trabajado engranaje en busca de la perfección montera, plagado de detalles y conocimientos, y que en esta ocasión salió redondo. Redondo, aunque la caza no cumpliera en alguna de las posturas, pues la montería es así. Por muchos resultados, garantías y responsabilidades que se ofrezcan, la variable azar siempre estará ahí. Y el día que no esté, habremos perdido mucho.
Antonio Montero, firmaba un excepcional día y puesto, cobrando 2 grandes venados y 5 cochinos de buena boca. Sara P. y Valen fueron de los que más disfrutaron, pues además de lograr abatir cuatro venados excepcionales, pudieron cobrar 3 grandes guarros de entre la decena que abatían. Dos de los venados más bellos de la montería, que superan con creces los 200 puntos (hubo más de cinco venados que superaban en verde esta mítica cifra), se abatían por Eusebio y por la postura en la que se encontraban los hermanos de Pablo.
Con el resople de las caracolas y la llegada de muleros de recogida, y tras un brillante almuerzo al aire libre, el plantel que comenzaba a vislumbrarse, y que quedaba ampliamente confirmado una vez recogidas todas las reses y cochinos, desbordó cualquier previsión inicial. Más de 146 piezas, según las canales certificadas por la cárnica asistente.
Si un venado era grande, el de al lado mayor, si un cochino asustaba, el siguiente más. Así hasta completar el excepcional tapete que les mostramos en las imágenes que acompañan a esta crónica y que sumaron un total de 58 venados (14o, 12p, 10b), 86 jabalíes (5o, 6p, 13b) y 2 muflones (1o, 1p), y que colocan a la Ribera Alta de nuevo en lo más alto del panorama montero actual, sin duda alguna brillante candidata a Caracola de Oro 2013. ¡Enhorabuena Jesús!¡Enhorabuena Felipe y Marco!
La expectación, y por tanto la responsabilidad, generada era muy alta desde mucho antes de celebrarse esta esperada montería a los grandes venados y cochinos de
Tras el atracón cochinero de la anterior montería celebrada en otra mancha de esta finca, Sierra España convocaba el desayuno en los jardines exteriores de la casa a las 9:00h de
Sorteo, explicaciones previas y partida de las armadas, sobre las 10:30h de la mañana, y de la correspondiente colocación de las diez posturas que cerraban las más de 600has., Desde antes de la suelta, los monteros asistían atónitos a un gran movimiento de reses por los rasos y siembras de la mancha, inquietas por el movimiento y colocación de los puestos, y que se enmontaban rápidamente en lo más denso de las riberas del Gargantel, que cruza y alimenta esta parte de
Para contárselo a ustedes de primera mano, Caza y Safaris estuvo allí, y desde nuestra postura (en la cual, por cierto, sufrimos la carga de un enorme macareno) pudimos escuchar y disfrutar a través de la emisora, como si de la dirección de una orquesta se tratara, como la Propiedad, bajo la ayuda de Francisco, guarda mayor de esta finca “de por vida”, Tanis y Mariano, iban desde un alto aleccionando y dirigiendo las rehalas de forma constante, para desencamar el mayor número de reses y cochinos posibles. Un muy estudiado y trabajado engranaje en busca de la perfección montera, plagado de detalles y conocimientos, y que en esta ocasión salió redondo. Redondo, aunque la caza no cumpliera en alguna de las posturas, pues la montería es así. Por muchos resultados, garantías y responsabilidades que se ofrezcan, la variable azar siempre estará ahí. Y el día que no esté, habremos perdido mucho.
Antonio Montero, firmaba un excepcional día y puesto, cobrando 2 grandes venados y 5 cochinos de buena boca. Sara P. y Valen fueron de los que más disfrutaron, pues además de lograr abatir cuatro venados excepcionales, pudieron cobrar 3 grandes guarros de entre la decena que abatían. Dos de los venados más bellos de la montería, que superan con creces los 200 puntos (hubo más de cinco venados que superaban en verde esta mítica cifra), se abatían por Eusebio y por la postura en la que se encontraban los hermanos de Pablo.
Con el resople de las caracolas y la llegada de muleros de recogida, y tras un brillante almuerzo al aire libre, el plantel que comenzaba a vislumbrarse, y que quedaba ampliamente confirmado una vez recogidas todas las reses y cochinos, desbordó cualquier previsión inicial. Más de 146 piezas, según las canales certificadas por la cárnica asistente.
Si un venado era grande, el de al lado mayor, si un cochino asustaba, el siguiente más. Así hasta completar el excepcional tapete que les mostramos en las imágenes que acompañan a esta crónica y que sumaron un total de 58 venados (14o, 12p, 10b), 86 jabalíes (5o, 6p, 13b) y 2 muflones (1o, 1p), y que colocan a
