Llega septiembre, las noches y las madrugadas refrescan, los días son más cortos, la luz del sol es más suave y dorada. El astro rey se despide de las latitudes septentrionales… es el momento para que otros reyes aparezcan: los grandes venados.
Los murmullos de alba y los trinos del ocaso estival se ahogan por un sonido que emociona. Comienza la berrea, el grito sagrado que viene desde el fondo de los tiempos y anuncia un nuevo ciclo que perpetúa una especie.