Una de las razones que puede atribuirse a la mala reputación que tiene la caza, consiste en la falta de reconocimiento de esta práctica físico-deportiva como tal. Tanto el aficionado a los deportes como el crítico tienden a menospreciar a los cazadores, considerándolos como cualquier cosa menos deportistas.
Opinan que no hay movimiento ni trasfondo físico-deportivo de éstos al permanecer una serie de horas quietos en un puesto o caminar lentamente, ‘por el campo’ en busca de ‘algo que matar’.
PODRÁN LEER EL ARTÍCULO COMPLETO EN LA REVISTA CAZA Y SAFARIS DEL MES DE JULIO DE 2015, QUE YA ESTÁ DISPONIBLE EN SU PUNTO DE VENTA HABITUAL.