Concluye una nueva temporada de caza menor irregular, casi exclusivamente salvada por el conejo en muchos cotos, donde perdices o liebres siguen estando en una situación crítica y difícilmente reversible, al menos a corto plazo. A su vez, las migratorias han retrasado sus entradas a causa de las anómalas condiciones meteorológicas presentes en buena parte de Europa durante el otoño y principios del invierno.
Una vez más, por tanto, tenemos que elevar a la categoría de protagonista a una especie pocas veces considerada como se merece y casi siempre tratada como secundaria en lo cinegético e, incluso, dañina por su capacidad para provocar conflictos con los agricultores.