Sonaron, una vez más –y van 32– las Caracolas. Subieron, los perros al escenario… hubo lágrimas de emoción, y de alegría, por supuesto. La gran fiesta de la montería se llenó de amigos, ¡gracias, otro año más, por estar ahí!
Hubo palabras, muchas, muy sentidas, muy ciertas, de desencanto por la situación que atraviesa nuestra afición, de ánimo para superarla, de agradecimiento, de alabanza…
Jaén, como siempre –¡gracias mil veces a la capital del Santo Reino!– nos recibió, por tercera vez, con los brazos abiertos. Rosario Morales de Coca, concejala delegada de Deportes y Turismo, nos abrió las puertas de su ciudad. Ángel Vera, diputado de Recursos Humanos y Gobierno Electrónico de la Diputación de Jaén y presidente de IFEJA, nos abrió las de toda la provincia y, cómo no, nos dejó abiertas las de IFEJA para volver. La colaboración y el trato recibido por parte de IFEJA e Ibercaza, con esa enorme persona, Pedro Más –capaz de estar en muchos lugares al mismo tiempo–, al frente de todo su personal, no se puede narrar con palabras ni tampoco agradecerlo salvo con el corazón –¡gracias, chicos, sin vosotros no hubiera sido posible!–.
