En la prensa

El plan de conservación del urogallo busca unir a vecinos, ganaderos y cazadores

La custodia del territorio de la que se habló ayer en el parque natural de Redes para impulsar la conservación y la mejora del hábitat del urogallo cantábrico pretende implicar a propietarios, vecinos y diversos sectores en el futuro no sólo de esta especie, si no también de todas las áreas naturales de la cordillera. Se trata de un concepto que implica, en cierto sentido, un cambio en la percepción de las relaciones entre los distintos colectivos involucrados en la vida en los pueblos.

«Conservacionistas y cazadores, por ejemplo, tienen muchas más cosas en común de las que se piensan», afirmó Óscar Prada, del Foro Asturias Sostenible, y encargado de impartir las conferencias sobre la custodia del territorio del programa Life+ para la defensa del urogallo cantábrico. Para fomentar la colaboración con el plan, Prada puso algunos ejemplos de acuerdos que ya se han rubricado y que se encuentran en marcha en estos momentos. En el Alto Sil, en León, la asociación de cazadores y tres juntas vecinales (las de Salientes, Valseco y Salentinos) se han unido para realizar desbroces, controlar la población de especies competidoras y depredadoras (ciervo y jabalí) y no cazar a la arcea (un ave de coloración similar a la urogallina).

En la zona del valle del Nalón existe además uno de estos acuerdos, cimentado en la confianza entre vecinos, guardas y promotores del programa de conservación del ave. En Caleao (Caso), la parroquia, propietaria del monte Cotorgán, de utilidad pública. En esta zona se realizan desbroces selectivos (12 hectáreas en total), se ha permitido generar empleo y se ha solicitado -está aún en trámite- poder aumentar la presión cinegética sobre los venados y los jabalíes del entorno.

Juan Antonio Valladares, de la Asociación de Ganaderos Trashumantes de Asturias, mostró su implicación con la propuesta de «custodia del territorio» que se está extendiendo por toda la zona de la cordillera Cantábrica, fue más allá de lo que es la mera conservación de las especies, y abogó por un cambio en los hábitos de consumo de todo tipo de productos, empezando por los que pueden ser más cercanos a los asturianos, como pueden ser la carne o la leche. Valladares apostó por «retomar el modelo tradicional de pastoreo» que ayuda a conservar «el medio natural, los ecosistemas». «Asturias», añadió, es en su conjunto (a excepción de las áreas netamente urbanas), un espacio «silvopastoril», modelado precisamente por la ganadería. Entre los peligros de esta actividad con los urogallos se encuentran los cierres de fincas, que recomiendan señalizar para que las aves no se estrellen. La ganadería en sí puede ser beneficiosa para el desarrollo de la población del ave, siempre y cuando no se haga competir por la comida al urogallo con los animales domésticos.

Fuente: lne.es

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