En la prensa

Un parásito está diezmando la población de corzo en el norte de España

 

Un control lo más eficiente posible de los cupos y, sobre todo, la caza selectiva de ejemplares afectados por el ‘gusano’ será clave para el futuro de la especie.
Un control lo más eficiente posible de los cupos y, sobre todo, la caza selectiva de ejemplares afectados por el ‘gusano’ será clave para el futuro de la especie.

Un insecto desconocido en España hasta el año 2000 está diezmando la población de corzos en buena parte del norte de España, incluida Zamora. El problema ha dado pie a una investigación científica para estudiar el caso y atajar sus efectos, demoledores en algunas zonas tradicionales del corzo como los Ancares leoneses, donde la especie ha sufrido una gran merma. También Sanabria parece ya afectada por los efectos de la llamada moscarda del corzo, que en su fase larvaria, «al obstruir las fosas nasales», deja a los animales asfixiados o más que vulnerables a los predadores, como el lobo, cuya población ha registrado un incremento en los últimos años.

El calado de esta enfermedad también ha llevado a iniciar una campaña de información a los cazadores para que adopten las medidas pertinentes para evitar la expansión parasitaria.

La Asociación Nacional del Corzo y la Unión de sociedades de terrenos ordenados para el aprovechamiento cinegético, en Galicia, han editado varios miles de folletos para informar a los cazadores sobre la existencia de un insecto, denonimado científicamente (Cephenemyia stimulator), que está ocasionando un preocupante descenso en la población de esta especie de caza.

La moscarda del corzo, en su fase larvaria es un parásito obligado del rumiante. En el propio folleto se pone de manifiesto que «la aparición de nocivo insecto se relaciona con la importación irregular de corzos europeos en diversas regiones españolas y su brusca aparición en poblaciones densas de corzos está originando un importante incremento de la mortalidad». Se precisa, además, que «la muerte se produce en la época veraniega por la aspiración de las larvas, cuando su cifra es elevada». Apuntan que «más de 50 larvas por animal pueden ser letales». Desde la Asociación Nacional del Corzo se indica que «no existe tratamiento aplicable en el medio natural. La única solución es controlar la abundancia de corzos».

Sin riesgo para personas

Sobre la evolución especifican que «la mosca vuela en verano y deposita sus larvas en los orificios nasales» y precisan que «las larvas experimentan tres mudas, dos de ellas en la nariz y garganta del corzo». También se destaca que «no existe riesgo para las personas, porque no causa zoonosis».

La Asociación del Corzo Español está trabajando para conocer el alcance del proceso mediante la toma de muestras de sangre y su posterior análisis en el marco de un convenio con el departamento de Investigación de Sanidad Animal, de Galicia. El encargado de realizar el estudio es el equipo dirigido por la leonesa María Patrocinio del Carmen Morrondo Pelayo, catedrática de Enfermedades parasitarias de la Universidad de Santiago de Compostela.

Morrondo Pelayo señaló sobre este problema que «en estos momentos estamos estudiando la prevalencia, que es bastante elevada, y cada vez están apareciendo más corzos muertos o infestados por las larvas». Indicó, asimismo, que «es una miasis (enfermedad parasitaria)». Marrondo explicó que «la mosca adulta pone los huevos en las inmediaciones de los ollares del corzo y dentro de las vías respiratorios se desarrollan las larvas, que salen con los estornudos. Cuando el animal muere, se entierran en el medio ambiente y en unos veinte días, dependiendo de las condiciones ambientales, sale una nueva mosca».

Complicada

La catedrática de enfermedades parasitarias expresó que «es una enfermedad complicada de frenar o erradicar porque, así como en los animales domésticos se podría dar tratamiento, en la fauna salvaje requiere una gestión y lo que es posible por ahora es que cazadores, agentes medioambientales y las personas que hallen un corzo muerto retiren inmediatamente la cabeza y los restos hallados en el campo para evitar la evolución de las larvas».

El cazador, biólogo y gestor cinegético José Ignacio Regueras afirma tener constancia de la pérdida de población de corzos, pero en la zona de León y Asturias, «en escenarios que contaron con la mayor densidad de España y que ahora han pasado a tener una densidad testimonial». Respecto a la moscarda del corzo afirma que «es una larva que directamente no mata al animal, pero obstruye sus vías respiratorias y cuando lo persiguen los lobos rápidamente lo cogen porque al hacer un esfuerzo se asfixia al no poder respirar».

El corzo es una de las especies predilectas de los cazadores del medio rural, que en la comarca de Sanabria y Carballeda ha registrado en los últimos años una importante proliferación, de modo que es su visión es frecuente en las praderas próximas a los bosques de buena parte de los municipios.

vía Un parásito de reciente aparición diezma de forma preocupante la población de corzo – La Opinión de Zamora.

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