En la prensa

Las batidas se abren en Lalín con una decena de jabalíes y en Silleda, con solo un macho

Fuente: farodevigo.es – Salomé Souteiro

Los cazadores lalinenses se centran hoy en cacerías a zorro y adiestramiento de perros

Las sociedades de caza de Lalín y Silleda iniciaron ayer su ciclo de batidas contra el jabalí, con un exiguo resultado debido al calor que reinó ya desde primeras horas de la mañana. El colectivo lalinense dispone de seis cuadrillas, con cerca de una veintena cada una. Por su parte, en Silleda operan tres.

Los cazadores de Lalín podrán organizar cacerías todos los sábados y hasta el mes de febrero. Para ello disponen de 168 precintos para jabalíes y 19 para corzos (17 machos y 2 hembras). Los grupos se repartieron por los montes de Palio y Cercio; Prado; Soutolongo; Catasós; Goiás y Donsión. Ya a primera hora de la mañana comenzaban las tareas de rastreo de los animales, que se antojó difícil por la falta de rocío y las altas temperaturas. A media mañana, la cuadrilla que ´peinó´ Palio y Cercio era la que mostraba mejores resultados: cuatro animales abatidos y otros dos que consiguieron escapar al cerco de los perros.

En Palio, los cazadores aprovecharon para hablar con los ganaderos y constatar que en esta zona los daños en las fincas de maíz suelen deberse más a hembras con camadas que a machos solitarios, ya que aquéllas tiran, por instinto, muchas más espigas al suelo. A última hora de la tarde, los deportistas continuaban rastreando el monte, pero sin conseguir sumar más piezas.

Los resultados en esta primera jornada de cacerías ya fueron más modestos para el resto de cuadrillas. La de Donsión y Gresande abatió uno en esta parroquia y otro en la de Botos, aunque también se disparó a otros dos, que huyeron sangrando y que, al cierre de esta edición, no habían sido localizados. Los vecinos de estos puntos también enseñaron a los cazadores dos fincas «totalmente destrozadas», según apunta el jefe de cuadrilla.

En Prado, los cazadores solo pudieron abatir a un animal –al igual que en Catasós–, a pesar de que los perros sí localizaron alguna que otra mancha de cerdo salvaje. A última hora de la tarde de ayer, faltaban por conocer los datos de la primera batida en Soutolongo, mientras que los cazadores de la zona de Goiás cerraron la jornada sin ningún animal abatido. Cada cuadrilla dispone de seis precintos por jornada.

Los resultados de la primera batida en Silleda también fueron escasos, con un único animal muerto. Eso sí, la pieza rondaba los 80 kilos. Trasdeza cuenta con tres cuadrillas que se reparten los montes del municipio y que, durante la jornada de hoy, se trasladarán a Dozón para dar caza a los animales que, aunque en menor medida que otros años, también realizan incursiones en las fincas de maíz que todavía están espigando.

Las batidas de jabalí en Silleda y Lalín se suman así a las que comenzaron ya a finales de agosto en Vila de Cruces. En este caso, se dispone también de tres cuadrillas, con 15 cazadores cada una. Al ser caza mayor, las cuadrillas no marcan un límite de perros. En toda la comarca y ya desde mayo se organizaron esperas nocturnas en las fincas con daños de este animal, pero con resultados también escasos debido a su carácter trashumante. El tiempo seco hasta bien entrado el verano tampoco facilitó la labor en esos meses.

Una primera jornada sin daños en los perros

La falta de rocío dificultó la labor de los perros casi ya desde el inicio de la jornada. Pero el calor también obligó a que la salida vespertina no se produjese hasta casi pasadas las 19.00 horas, no ya porque apenas quedase rastro de jabalíes sobre los montes, sino porque las altas temperaturas –las máximas alcanzaron los 27 grados– podían provocar golpes de calor o incluso problemas respiratorios a los canes. Gracias a todas las prevenciones que se tomaron con los perros, ninguno de ellos sufrió un golpe de calor ni fue herido por los jabalíes.

Una sesión con abundancia de corzos y lobos

El jefe de la cuadrilla de Palio, Javier Seixas, señalaba que durante la jornada sus compañeros pudieron ver a numerosos ejemplares de corzo, pero el hecho de que se pueda disparar, en la práctica, solo a machos, disuadió a todos los deportistas porque apenas da tiempo, a la hora de disparar, de discernir si se trata de macho o hembra. Los cazadores inciden no solo en la abundancia de corzos y jabalíes –aunque sea inferior a la de otros años debido a las intensas batidas del verano pasado– sino también en la presencia de lobos en la comarca dezana. Ayer se vieron dos.

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