Fuente: el digital.es
En la gran batalla que se va a librar en Castilla-La Mancha por los Presupuestos de 2013, con el frente político y sindical, por un lado, las plataformas ciudadanas, por otro, y los colectivos que vayan descubriendo cómo les afectan las nuevas tasas, llama la atención la probable subida de tasas de entre 2 y 3 euros por hectárea a los cotos de caza.
Cuando se supo esta noticia, abrimos edición con la llamada de atención de la oposición, que cifraba en un 95% el porcentaje de cotos que entrarían en auténtico colapso, al tratarse de cotos sociales, gestionados muchos por entidades sin afán de lucro, y que sirven de vehículo para que los ciudadanos de CLM puedan acceder a lo que es un derecho desde tiempo inmemorial: la caza.
La caza es una actividad necesaria. Puede regularse y puede controlarse de manera que una actividad excesiva no ponga en peligro la subsistencia de las especies con ejemplares fuertes, adaptados y luchadores, frente a los ejemplares de granja, de más fácil captura y menor capacidad de supervivencia en libertad.
Cuando un cazador sale al monte a practicar su deporte, ha pagado una tasa por la obtención de la licencia y otra por el permiso de armas. Si es socio de un coto, con su participación, se ha pagado el IVA a la empresa con la que se contrata la guardería; las tasas al ayuntamiento y la compensación a los propietarios de las tierras, quienes, a su vez, han pagado la correspondiente Contribución y el IVA de todos los servicios. Antes de dar el primer paso por el coto, el cazador ha pagado el IVA por la munición y por el equipo, así como la parte correspondiente al perfecto estado de vacunación del perro. Ahora, puede que además tenga que contribuir a sufragar esos dos o tres euros por hectárea que quiere cobrar la Junta.
¿Ha calculado el Gobierno de Cospedal lo que puede dejar de ingresar si asfixia aún más a los cazadores obligándoles a abandonar los cotos? ¿Y el problema fitosanitario, amén de ecológico, que puede suponer el abandono de la caza con la progresión de poblaciones y la extensión de enfermedades, o los destrozos a la agricultura? Lo malo de todo esto es que no se tiene constancia de con quién se han reunido en la Consejería de Agricultura, o en la de Hacienda, para analizar esta subida. Esperamos que no se trate de una ocurrencia del tipo: “Con tantas hectáreas de caza en la región, cobrando dos eurillos por cada una, ingresamos un pastón”. La asfixia económica incentiva, además, el furtivismo.