En la prensa

Un cazador llanisco necesita 49 puntos de sutura tras ser atacado por un jabalí

El cazador llanisco Lucas Fernández Piquero, vecino de Posada, participaba el pasado sábado en una cacería en la mañanga de Porrúa y resultó atacado por un jabalí herido que le causó daños de consideración en el rostro y en una pierna. Derivado al hospital de Arriondas, aquella misma tarde regresó a su domicilio con «40 puntos en una pierna y nueve en la cara», según reconocía en la mañana de ayer el propio cazador. Los médicos le recetaron antibióticos, le recomendaron reposo y le advirtieron de que el gran peligro de este tipo de heridas son «las infecciones».

Se da la curiosa circunstancia de que Lucas Fernández es la persona a quien el pasado 7 de julio la Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos abría un expediente sancionador por «tener un cuervo en cautividad» y calificaba los hechos como una infracción administrativa leve «que puede ser sancionada con una multa de 500 a 5.000 euros». El cuervo en cuestión era una corneja que decía «papá, mamá, hola y Coca-cola» y se llamaba ‘Paco’.

Lucas Fernández forma parte de la cuadrilla de cazadores llanisca que capitanea Manuel Cuanda del Río y el sábado estaba cazando desde primeras horas de la mañana muy cerca de la localidad de Porrúa, en el lote conocido como Mañanga. Antes de las once de la mañana, en el puesto de Los Llodos, a la vera de la carretera que asciende hacia El Mazucu, Dionisio Ruiz Moradiellos disparó sobre un navajero de 80 kilos que se marchó herido de importancia para terminar haciéndose fuerte en un tupido matorral. Hasta allí llegó la jauría y los monteros. No había forma de desalojar al verraco y, armado con un cuchillo, Fernández Piquero decidió poner fin a aquella pelea entre el suido y los canes. Entonces, el jabalí se arrancó y efectuó «cinco embestidas» contra el cuerpo del cazador.

Explicaba ayer Lucas Fernández que el cerdo salvaje «no dejaba de atacarme dentro del bardal y me costó trabajo acabar con él». Al salir de la espesura «no sentía nada, ningún dolor, ni me percaté de que estaba herido, hasta que otros compañeros me advirtieron de que tenía el pantalón y la cara llenos de sangre». Sus colegas le trasladaron al centro de salud de Posada y desde allí le derivaron a Arriondas donde le suministraron «40 puntos de sutura en la pierna izquierda y nueve en la cara». Al liberarle del pantalón se hacían visible «cuatro puñaladas diferentes en la pierna. Por algunas zonas del cuerpo me había atravesado completamente el músculo».

Sus compañeros comentaron que el jabalí que atacó con saña a Fernández Piquero era «un superviviente. Corría sobre tres patas al faltarle una como consecuencia de disparos en anteriores cacerías».

vía Un cazador llanisco necesita 49 puntos de sutura tras ser atacado por un jabalí.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.