Los tres ganaderos, dos hermanos y el hijo de uno de ellos, acusados de venta de caza ilegal de corzos, ciervos y jabalíes en los cotos de Asturianos y Palacios y los tres guardias civiles acusados de omitir el deber de denunciar estos delitos han negado hoy los cargos que se les imputan.
El ganadero acusado, F. J. O. C. y su hermano P. O. C., aseguraron hoy que las cabezas de corzos y ciervos las encontraban por el monte cuando iban con el ganado. «Hubo una enfermedad y murieron muchos y los perros encuentran rápidamente a los animales». Los dos hermanos imputados niegan que el matadero ilegal se use desde que se cerró, hace casi treinta años, «ahora es un garaje», aseguran, mientras insisten en que los numerosos jamones incautados eran para consumo familiar, de su propia matanza.
P. O. C., niega ademas que la escopeta ilegal que tenía la usara para cazar furtivamente por las noches solo, con amigos o con su padre. El joven indica, al igual que su tío y su padre, que ni vendían carne ni despiezaban caza mayor, solo matanza para casa. En cuanto a la escopeta, asegura que la encontró en un corral, en el monte, y nunca disparó a ningún animal con ella, «como mucho a algún bote». Sobre las escuchas telefónicas, en las que se refiere a capturas concretas de animales salvajes, afirma que lo dijo porque «soy muy mentiroso, por fardar». El acusado niega, asimismo, que tuviera contacto con los guardias civiles acusados de no denunciar a los ganaderos por furtivismo y por usar el matadero ilegal. Los ganaderos se han negado a responder al abogado del coto de caza y a la acusación particular.
Los guardias civiles niegan haber recibido denuncias por escrito
El primero de los tres guardias civiles del Seprona procesados, M. M. L., niega trato de favor a los ganaderos imputados, así como haber recibido denuncias por escrito de actividad de caza furtiva y venta ilegal de carne. El agente confirma que por el monte hay mucha cornamenta de ciervos y corzos, de animales que los cazadores dejan muertos y de cuando los animales cambian la cornamenta, «hay muchos, muchísimos», asegura.
Los otros dos guardias civiles niegan también que hubieran recibido denuncias por caza furtiva o que informaran sobre los servicios de vigilancia del Seprona y dicen que desconocen si se vendía carne o se cazaba furtivamente, aunque admiten que «había rumores», nunca vieron nada irregular en el supuesto matadero ilegal. «Claro que lo habría denunciado», asegura el guardia que tenía relación con la familia y les ayudaba a matar cerdos para consumo familiar, A. G. V.
Dos de los guardias han asegurado que se les ha denunciado como represalia por una denuncia anterior del la acusación particular, P. A. L, que la denuncia previa a un amigo del denunciante, P. A. L., por caza ilegal fue el desencadenante del procedimiento.
vía Los ganaderos aseguran que encontraban las cabezas de ciervo ´en el monte´ – La Opinión de Zamora.
