En la prensa

La campaña de caza cerró con buenas capturas de conejo en la mayoría de cotos

Fuente: lavozdegalicia.es

 

La temporada de caza menor terminó el domingo con una satisfacción general entre la mayoría de los responsables de los terrenos cinegéticamente ordenados (Tecor, antes cotos) de la zona. Y eso que la caza es un asunto sensible en el que incluso las valoraciones de una misma cuadrilla tras una jornada en el monte pueden ser divergentes, así que mucho más en una zona amplia, con diversidad de terrenos y variables repoblaciones de especies o de métodos de trabajo, como es la Costa da Morte, con 22 tecores que se reparten los 2.528 cazadores federados, casi el 12 % de todos los que hay en Galicia.

 

José Manuel Fernández, presidente de A Caniza (Cances-Oza), de 3.200 hectáreas, asegura que la campaña ha sido «bastante boa», y eso pese a la relativa escasez de conejo, la especie estrella, «pero aínda así, ben». Tampoco ha ido mal en perdiz ni en zorro.

En este caso, al igual que en el de las arceas -esas aves del norte de Europa empujada al sur por los inviernos- los cazadores tendrán aún hasta el primer fin de semana de febrero, que es cuando acaba el plazo, para afinar su puntería.

En caza mayor, el cupo de jabalí se ha agotado, como en la mayoría de los casos, aunque técnicamente podrían seguir hasta mediados de febrero, y de hecho algunas sociedades lo harán.

El mayor tecor de la comarca, y uno de los mayores de la provincia (20.000 hectáreas) es el de la Venatoria de Bergantiños, que agrupa a más de 250 cazadores. Cuenta Lito Vázquez, su presidente, que «houbo altos e baixos», pero en general el resultado es bueno: «Non foi unha milagre de capturas, pero cumpríronse as expectativas». Lo mejor, con diferencia, las de conejo, «anque antes había máis». La perdiz, «regular». Vázquez es de los cazadores de la vieja escuela: «Non vas ao monte a buscar de comer, non son os tempos de antes, o caso é distraerse cos cans, e punto», comenta el carballés, veterano juez de competiciones cinegéticas.

José María Álvarez Villar, presidente del tecor de Coristanco (10.229 hectáreas, 176 licencias), está satisfecho de las piezas cobradas en todas las especies permitidas, aunque lamenta la «peste» que afectó a los conejos, lo que limitó notablemente sus capturas. Por lo demás, no hay queja.

Abelardo Trillo, responsable del coto de Dumbría (12.200 hectáreas, 244 cazadores), destaca la presencia de raposos, «moitísimos», y también de jabalíes, apreciación en la que coincide con el resto de consultados. En cuanto a conejo, la valoración queda entre «ben» y «moi ben». Trillo está contento por los resultados que le ha dado el trabajo de repoblación con conejos que han ido criando en el propio tecor, y que con una suelta de entre 20 y 30, el éxito se ha garantizado.

Raúl Ceán, de Ponteceso (6.060 hectáreas, 120 socios), cree que los casi tres meses de caza abierta han sido «mellor do esperado», especialmente en la zona de Monte Branco, «na que había moito conexo». Y eso que, en los dominios de la entidad, «non funcionaron moi ben as repoboacións». Las capturas de zorro se dieron bien sobre todo este pasado fin de semana. Perdices «houbo algunhas», y jabalíes, como en todas partes.

Menos alegres son las valoraciones desde el coto de Zas. Uno de sus miembros, José Calo, presidente hasta hace pocos años (ahora es Pedro Nieto, que volvió a un puesto que ya ocupó) y dueño de un bar en el que los deportistas de la escopeta suelen reunirse al término de cada jornada, califica la campaña de «mala», ya que «fallou o conexo, fallou a perdiz e a lebre e o xabarín, polo menos, mantivéronse». Calo, veterano de salir al monte, dice que hace años que no recuerda una temporada con tan escasos resultados, algo que, según comenta, también ha ocurrido en la vecina de Santa Comba.

 

Visones

Con independencia de las especies cazables, los practicantes han localizado numerosos visones en casi todos los tecores, una plaga que va a más desde hace al menos un lustro, y que acaba con algunos de los animales que se repueblan para cazar, lo mismo que ocurre con algunas aves rapaces, ahora en mayor cantidad que hasta hace pocos años.

La veda abierta de arceas o raposos se mantiene hasta principios de febrero.

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