En la prensa

La invasión de animales en la calzada causó 844 accidentes en 2011

Los siniestros dejaron 33 víctimas, ninguna mortal. Desde 2003 las colisiones con corzos, jabalíes, o perros se han duplicado

Fuente: ElComercio.es – R. MUÑIZ, GIJÓN- 03/04/2012

Diez personas fallecieron y 84 resultaron heridas graves el año pasado en España en los 17.000 accidentes de tráfico motivados por la irrupción de un animal en la calzada. Este es el balance provisional que acaba de publicar la Dirección General de Tráfico (DGT) en su revista oficial con los datos recabados en todas las comunidades. En Asturias la fauna provocó 844 colisiones y se cuentan por 33 los heridos de gravedad. En lo que va de año ya hay una víctima mortal en el Principado: la mujer de 56 años que viajaba en el asiento del copiloto cuando, el 24 de enero, el turismo que conducía su marido colisionó con un caballo en la A-8, a su paso por el concejo de Llanes.
El problema va en aumento en los últimos años. En 2003 la Dirección Provincial de Tráfico apenas imputaba 444 accidentes a la fauna suelta en la carretera. Es decir, desde entonces la siniestralidad por causa animal se ha duplicado en la región.

«El origen del problema no está en la carretera, no es cuestión de seguridad vial», indica Raimundo García Cuesta, presidente de la Asociación Española de Accidentología Vial. «Lo que ocurre aquí es que tenemos una deficiente gestión del jabalí, un reparto inadecuado de cupos para su caza que genera mucho bicho cerca de la calzada dispuesto a saltarte en cualquier momento», explica.
La estadística le avala. De los 844 siniestros localizados en Asturias, el 53,5% se imputan a jabalíes y otro 30,4% fueron causados por corzos. Ambas son especies cinegéticas cuya población está aumentando y ocupando nuevos territorios ante el declive de la caza. Un estudio del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) sobre el asunto estimó que la región tiene cada año un 18% más de corzos y un 7% más de jabalíes; por contra las licencias de caza menguan a ritmos de un 4% anual.
El desequilibrio causa problemas a los dos lados del cercado. En la carretera aumentan los siniestros causados por los animales y la norma determina que por cada uno se le cobre una penalidad a las reservas de caza. El problema es que igual que hay menos escopetas disparando, también las reservas tienen cada vez menos socios para repartirse esta derrama. En el Oriente por ejemplo un aficionado a la caza venía pagando ya cada año 125 euros sólo para hacer frente al atropello de especies cinegéticas.
El Principado elaboró el pasado año todo un mapa con los ‘puntos negros’ en cuanto a colisión animal. Según el documento, el riesgo más alto de atropellar a un corzo o jabalí se encuentra en la autovía del Cantábrico (A-8) desde el límite con Cantabria hasta Ribadesella, a partir de ahí el peligro acecha en los márgenes de la N-634 entre la costa y Siero, la A-64 Villaviciosa-Oviedo, las afueras de la capital y la red de carreteras en torno a Tineo.
Corzos y jabalíes se llevan el protagonismo en la materia, pero la DGT tiene anotados también 85 accidentes en Asturias por cruce con perro y 50 con caballos.

Reaccionar en un segundo
Las posibilidades de salir bien parado de un encuentro fortuito con un animal son limitadas. «Vale más encomendarse al santo que esté de guardia», indica García Cuesta. «Se estima que todo ocurre en apenas un segundo, y lo malo es que la visibilidad de todo lo que se mueva a menos de 25 centímetros de altura es muy reducida», abunda. En todo caso, recomienda mentalizarse «para tener sangre fría, intentar que la maniobra evasiva sea lo menos brusca posible y sujetar fuerte el volante para no salir de la vía, que debe ser la última opción».


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