El Seprona informó ayer que el joven que el pasado 3 de junio fue atacado por un oso en la localidad cántabra de Villaescusa había utilizado cebos olorosos y una cámara de fototrampeo, provista de sensor de movimiento, para realizar fotografías a los animales, una de sus principales aficiones.
Tras comenzar la instrucción de diligencias judiciales, los agentes realizaron reconocimientos al lugar y localizaron una huella de oso y en el interior de la zona boscosa donde ocurrió el ataque encontraron cebos olorosos y, próximos a ellos, una cámara de fototrampeo con la que tomar instantáneas a los animales que pasan cerca de ella., informa eldiariomontanes.es.
La Guardia Civil averiguó que la cámara «era propiedad de la persona herida». Con estas y otras actuaciones los agentes han llegado a la conclusión de que presuntamente no existe ningún tipo de responsabilidad penal, y que la agresión del oso es un hecho aislado.
Ver noticia completa en este enlace eldiariomontanes.es