En la prensa

Las sociedades de caza de la zona se muestran contrarias al guarda obligatorio

Fuente: diariovasco.com

 

El pasado día 31 de enero entró en vigor la ley que obliga a los cotos a contratar un guarda de caza, obligatoriedad que viene establecida en la Ley Foral 17/2005, de 22 de diciembre, de Caza y Pesca de Navarra. Hasta la fecha indicada se habían sucedido varias moratorias, que finalmente no se han ampliado, pese a los intentos de instituciones como la Asociación de Cazadores de Navarra (Adecana) -que ha liderado la oposición a la obligatoriedad-, cotos, sociedades y miles de cazadores individualmente.

 

De hecho, excepto en cotos como Baztan, que disponen de su propio guarda desde hace años, en estos momentos no se puede cazar en ninguno de los cotos en los que no se ha contratado un guarda. El colectivo de cazadores no se manifiesta contra la figura del guarderío, sino contra la obligatoriedad de contratarlo. Esta medida, que no se entiende desde el colectivo, supondrá un incremento importante en las cuotas que ya pagan los aficionados a este deporte, lo que supone un impacto en la línea de flotación de la casa social.

Por este motivo, las sociedades de caza de la zona norte de Navarra -entre las que se incluyen las de la zona del Bidasoa- han expresado públicamente su disconformidad con la nueva ley de caza, la cual obliga a contratar los servicios de un guarda si quieren practicar la caza.

Para los cotos de navarra norte «con esta ley se obliga a los gestores de los cotos de caza, que normalmente son las pequeñas sociedades locales, a una carga económica brutal que hace que muchas de ellas pasen a ser inviables para su gestión. En estos tiempos de crisis, vemos que con esta nueva implantación, estas sociedades van a tener que incrementar mucho las cuotas para poder hacer frente a estos pagos. Con la normativa actual, la elaboración de los planes cinegéticos, la contratación de seguros para hacer frente a cualquier contingencia -entre ellas los daños producidos por animales-, las diferentes tasas, suponen ya de por si un gasto muy elevado que soportan las sociedades adjudicatarias de los cotos y si ahora nos obligan a contratar un guarda, los gastos se incrementaran en un 150 %».

 

Vigilancia suficiente

Para los responsables de los cotos de caza del País del Bidasoa «ya cuentan con la vigilancia suficiente a través del Seprona de la Guardia Civil y de la Policía Foral y de los más de 110 guardas de Medio Ambiente y que si es necesaria la figura del guarda -a la cual no nos oponemos- el coste de esta debería ser sufragado por el Gobierno de Navarra y no por las Sociedades adjudicatarias de los cotos. Queremos resaltar que las labores a realizar por los guardas las vienen haciendo hasta ahora las sociedades adjudicatarias de los cotos de manera autogestionada, por lo que no entendemos la imposición de una persona a sueldo del acotado para que realice el mismo trabajo que hacemos nosotros sin coste alguno. Por todo ello entendemos que la contratación de guardas debería ser voluntaria y estar en mano de los adjudicatarios de los cotos».

Los propios cazadores conocen mejor que nadie la realidad de sus montes y cotos, la labor que hoy hacen los guardas que están en activo y los problemas por los que atraviesan: «Compartimos las inquietudes de los guardas respecto a que en los cotos en los que están presentes no tienen autoridad suficiente, que tienen que escuchar muchas veces que les están dando de comer y no se les considera con el suficiente respeto, cosa que no sucedería si fueran funcionarios públicos. Criticando este tipo de actuaciones queremos resaltar que parece incongruente que contratemos y paguemos con nuestros fondos al encargado de vigilarnos y se le exija firmeza en el cumplimiento de su trabajo».

Para destacar este aspecto los responsables de los cotos utilizan una metáfora que no puede ajustarse mejor a la situación: «existe una expresión popular que por desgracia en estos tiempos que corren tiene más vigencia que nunca y que los políticos que nos gobiernan parecen conocer a la perfección que dice que no morderás la mano que te da de comer» Dando en el clavo.

 

Decisión inexplicable

Para los cazadores la excusa de que esta ley dará trabajo no vale: «lo peor de todo esto, es que nadie explica nada del porque se van a ver favorecidos un colectivo de personas, que con unos estudios mínimos -puesto que su formación se basa en un cursillo y un examen- van a acceder a un puesto de trabajo por imperativo legal y no se hace lo mismo con gente mucho más formada. Por qué no hacer lo mismo con todos los licenciados que año tras año acaban sus carreras universitarias obligando a la contratación de médicos, biólogos, matemáticos, filósofos y a un largo etcétera de diplomados universitarios».

La única explicación posible pasa por satisfacer intereses particulares: «este tipo de actuaciones no hace sino incrementar la sensación de que hay intereses particulares entre los que se han encargado de aplicar la ley y a la vista de todos los casos de ‘amiguismo’ -por decirlo de manera suave y no hablar de prevaricación- no les debería resultar extraño que pensáramos en esa misma dirección. Así mismo esta medida y el incremento económico que ella supone va a conseguir que entremos en una espiral de bajas masivas de cazadores en las sociedades con el consiguiente encarecimiento para los que se queden de manera que la gestión se hará inviable económicamente y nos veremos abocados a la devolución de la gestión del coto a los ayuntamientos» denuncian los cazadores de la zona del Bidasoa.

 

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