En la prensa

1911 mal año para los linces

lince doñana

La reciente suelta de una hembra de lince ibérico, Mirabel, en la finca del Castañar (Mazarambroz), uno de los cotos históricos de la provincia de Toledo, ha sido aplaudida por los ecologistas, los representantes de las administraciones públicas y la sociedad en general, publica latribunadetoledo.es.

Esta sensibilidad hacia la naturaleza, concretamente hacia una especie que se encuentra al borde mismo de la extinción debido a la caza ilegal y la significativa reducción de la población de conejo -efecto, en buena medida, de la manera en que son gestionadas las grandes fincas de caza mayor-, era muy diferente hace apenas cien años, cuando la caza estaba considerada un «esport» y las «mejores escopetas de España», entre ellas el rey Alfonso XIII y aristócratas como el duque de Alba y el conde de Romanones (propietario de terrenos en Buenavista), acudían a los cotos toledanos con bastante frecuencia.

Fueron abatidos 16 lobos y linces durante la temporada de caza, once más que el año anterior • Conocemos las cifras gracias a las crónicas de «El Morralero», publicadas en el semanario La Campana Gorda

Conocemos este ambiente gracias a la prensa de la época, como por ejemplo La Campana Gorda y sus crónicas de caza, publicadas semanalmente bajo el seudónimo ‘El Morralero’. Gracias a este autor conocemos cuáles eran los principales cazaderos de Toledo, cuál su estado y quiénes eran sus dueños, así como el número de piezas abatidas. Durante la temporada 1910-1911, según se publicó el 16 de marzo de este último año (un día después del arranque de la veda), la cifra total de animales cobrados en los cotos y dehesas dedicados a la caza menor fue de 31.358 (de los que 10.519 fueron perdices, 2.672 liebres, 16.360 conejos y 1.807 aves acuáticas).
Una de las conclusiones de ‘El Morralero’, con la que parece anticiparse varios años a la desastrosa situación del conejo a mediados del siglo XX como consecuencia de la plaga de mixomatosis, fue calificar de «desastrosa» la cría de este animal respecto al año anterior, pues el número de piezas cayó en 35.386 conejos de 1910 a 1911, manteniéndose las cifras en el resto de animales.
Con respecto a las cacerías, celebradas en dehesas de la provincia como Cazaderos de Navahermosa, San Martín de la Montiña (Orgaz) o Balandrinos (Los Yébenes), el número de piezas cobradas ascendió a 176. De ellas, las más abundantes fueron venados y jabalíes. Llama notablemente la atención el número de linces y lobos, dieciséis, lo que suponía un incremento de once piezas más respecto al año anterior.
No hemos conseguido encontrar ninguna fotografía de linces abatidos en Toledo, pero recogemos aquí sendas imágenes del conde de Peña Ramiro, publicada en la revista La Esfera en 1923, y del infante Alfonso de Borbón y Battenberg (1907-1938), primogénito de Alfonso XIII, cinco años después. Ambas fueron tomadas en Andalucía, en las marismas del Guadalquivir. Parafraseando al periodista Manuel Ansede -que hace escasos años se hizo eco en la revista Materia de los avances del biólogo José Antonio Godoy-, en la actualidad, el príncipe de Asturias «habría sido condenado a 20 meses de cárcel y a 115.000 euros de multa si se aplicara la misma pena que al matrimonio acusado de envenenar en 2008 a un ejemplar en su finca de Andújar (Jaén)».

Publicaco en latribunadetoledo.es

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