En la prensa

La mala convivencia con el jabalí en Gerona

Accidentes mortales tras chocar con un jabalí en el Alt Empordà; daños millonarios en las plantaciones agrícolas provocados por jabalíes en Pla de l’Estany); vecinos exigiendo la intervención política ante la presencia urbana de jabalíes en el Baix Empordà; veraneantes fotografiando una Zodiac a la que intenta subirse un jabalí en la Costa Brava… La presencia de este animal en Gerona ha crecido desde 2009 hasta convertirse en un problema, publica elmundo.es.

De poco ha servido la política basada en cacerías controladas impulsada desde el Departament d’Agricultura y llevada a cabo por las 259 sociedades de caza de la demarcación. Los datos presentados recientemente por el Servei Català de Trànsit en los que se advierte que los accidentes provocados por animales, principalmente jabalíes, han aumentado un 23,5% en Gerona durante los tres últimos años han reabriendo una vez más el debate: ¿qué hacer con la problemática proliferación de jabalíes en Gerona?

«El exterminio no es el camino, como sociedad no podemos permitirnos que la solución para el control de las poblaciones de animales salvajes sea la caza», explica la coordinadora del PACMA en Gerona, Pilar Ferrándiz. Para la portavoz animalista las batidas no tienen ningún sentido porque además del peligro que representan para las personas que frecuentan los bosques,–»porque las cacerías no siempre están correctamente señalizadas», según un estudio de carreteras realizado por la Generalitat–, muchos de los accidentes con jabalíes se producen cuando las batidas se están llevando a cabo. «Es decir, cuando los ejemplares, principalmente individuos jóvenes que, o bien han quedado heridos, han perdido a la manada o han matado a su madre en una batida, quedan descontrolados y buscan zonas seguras, yendo a parar muchas veces a una carretera transitada», añade Ferrándiz.

Una presión de caza sobre el animal que según la portavoz de la asociación animalista LIBERA!, Rosi Carro, podría ser uno de los muchos motivos de su creciente número. «Un estudio realizado en Francia ha demostrado que las hembras de una manada que son sometidas a la presión de la caza, tienen a sus crías antes de lo previsto, con lo que su ciclo de reproducción se vuelve más rápido». Por todo ello, desde LIBERA! proponen una solución alternativa. «La Universidad Autónoma de Barcelona ha llevado a cabo una investigación sobre la esterilización del jabalí a través de vacunas que ya se ha realizado con éxito en Estados Unidos con otras especies, y de la que este año se hará una prueba piloto en aquellos municipios con presencia de jabalíes en las zonas urbanas. Es una solución más ética ya que los datos demuestran que la caza como única medida no es la solución», declara Carro.

11.134 ejemplares abatidos en 2012, 12.349 en 2013, 13.000 en 2014, 13.800 en 2015… Los datos registrados por los cazadores de Gerona en los últimos años así lo confirman:por más que disparen no consiguen frenar al jabalí. Pero para ellos, la posibilidad de disminuir su creciente número a través de una vacuna «es totalmente inviable». Lo afirma el presidente de la Societat de Caçadors de Camprodon y exvicepresidente de la Federació Catalana de Caça en Gerona, Jaume Vilarrasa. «Primero porque económicamente es inasumible y segundo porque exige un largo periodo de tiempo, de años, para comprobar si funciona y que el campesino al que le estropean los cultivos cada cosecha no tiene. Hoy por hoy la única solución son las batidas, imagínese que los 15.000 ejemplares que prevemos cazar este 2016 campasen por la provincia, comiéndose los campos y causando accidentes, sería una plaga».

Una problemática constante ante la que Vilarrasa admite que «estamos superados, cada vez somos menos cazadores [60.000 menos desde 1992], y hacemos el máximo de batidas que podemos, tres a la semana es todo lo que alcanzamos porque cada cacería conlleva un gasto que pagamos de nuestro bolsillo. Sin contar el coste de los vehículos, del armamento o de las licencias, el gasto en veterinarios a los que llevamos a los perros heridos en la caza, ascendió el año pasado a un millón y medio de euros en toda Gerona».

¿Qué hacer entonces si además tal y como ha concluido el programa de seguimiento de poblaciones jabalíes de la Generalitat durante la temporada 2014-2015, «la caza no está consiguiendo reducir significativamente las poblaciones de jabalíes en muchas zonas de Cataluña»? Para Vilarrasa una opción sería potenciar el jabalí gastronómicamente como ocurre en Francia o Bélgica donde es un hábito culinario ya establecido, y que genera un consumo que soluciona parte del problema del exceso de jabalíes, común en toda Europa. Sin embargo, según Carro, «mientras el departamento de Agricultura continúe optando por la opción más barata, que son los cazadores, y no invierta en otras alternativas, el problema nunca se solucionará y continuará habiendo campesinos resignados».

Publicado en elmundo.es.

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