Fuente: elfarodevigo.es
Un viticultor de la zona de Amandi, en el municipio lucense de Sober, ha visto cómo unas doscientas cepas de una viña de su propiedad, dentro del territorio amparado por la denominación de origen Ribeira Sacra, han quedado prácticamente destruidas como consecuencia de los sucesivos ataques de los corzos.
En declaraciones a EFE, el propietario de la parcela, José Manuel López Pérez, ha explicado que sabe que fueron los corzos los que provocaron los daños en la finca porque los vecinos del lugar, conocido como Mirador de Chelos, vieron varias veces a estos animales en la propiedad y, en alguna ocasión, «llegó a haber más de siete juntos».
El viticultor ha aclarado que los ataques de los corzos afectaron más o menos a la mitad de una viña que tiene 2.000 metros cuadrados de superficie.
Los animales se comieron los brotes que salen en las cepas entre los meses de marzo y abril, por lo que muchas de ellas, de la variedad mencía, han quedado prácticamente destrozadas.
«Para el año ya no habrá poda para esas vides, porque muchas cepas morirán», se lamentaba el viticultor, quien también ha recordado que el pasado año recogió en esa misma parcela, que era «una plantación nueva», unos 2.000 kilos de uva.
«Este año no pasará mucho de 500 kilos», se ha quejado el propietario, quien también calcula que el coste de cerrar de nuevo la parcela para replantar las cepas afectadas oscilará entre 3.000 y 4.000 euros.
También ha recordado que los agricultores están «totalmente indefensos» ante ese tipo de ataques, porque «no se conceden batidas» para controlar la población de esa especie.
