En la prensa

Kenia implanta microchips a los rinocerontes para combatir el furtivismo

Fuente: lavanguardia.com

El Servicio de Vida Salvaje de Kenia ha puesto en marcha un programa para implantar microchips en los rinocerontes que viven en este país africano con el objectivo de luchar contra el furtivismo de animales y el comercio ilegal de sus cuernos.

En el marco de este programa de vigilancia, la delegación en Kenia de la organización internacional de conservación de la naturaleza WWF ha donado al Servicio de Vida Salvaje de Kenia 1.000 microchips y cinco escáneres para iniciar los trabajos de vigilancia. 

 

Los responsables de WWF explican que «para contrarrestar el furtivismo de vida salvaje, perpetrada por grupos criminales cada vez más sofisticados, es vital que las organizaciones y autoridades dedicadas a la conservación usen tecnologías cada vez más avanzadas». «La colocación de microchips en los cuernos, junto a las técnicas de ADN, asegurarán la trazabilidad de cualquier cuerno de rinoceronte keniata; así, se fortalecerá el control de las poblaciones de rinoceronte, se protegerá a los animales sobre el terreno, y se apoyarán los esfuerzos contra el tráfico de cuernos de rinoceronte a nivel regional», indica la organización conservacionista internacional.

La implantació de microchips permitirá a los investigadores relacionar los casos de furtivismo con los cuernos confiscados, una prueba crucial en los juicios contra los criminales acusados de tráfico de especies. Esta tecnología se está utilizando a nivel internacional para apoyar a la justicia en su lucha contra estos crímenes, así como para fortalecer la colaboración entre distintas autoridades (aduanas, policías, jueces, guardas…).

Además, los microchips permitirán seguir el rastro de los cuernos y sacar a la luz y desmantelar las redes criminales internacionales dedicadas al sangriento negocio del tráfico de vida salvaje.

Los datos de WWF indican que gracias a los grandes esfuerzos dedicados a la conservación de los rinocerontes negros, la población de estos animales críticamente amenazados ha aumentado hasta los 4.834 ejemplares (censo de 2013), distribuidos en cuatro países: Namibia, Zimbabue, Kenia y Sudáfrica, que alberga el 40% de la población de rinocerontes negros en libertad.

Pese al trabajo de entidades conservacionista y gobiernos, la creciente demanda de cuerno de rinoceronte en algunos países asiáticos, donde se vende a precio de oro por la falsa creencia de que se trata de una medicina milagrosa, está provocando un aumento salvaje del furtivismo. A finales de septiembre de este año el número de rinocerontes masacrados por furtivos en Sudáfrica ya era 704, superando el anterior récord anual de 668 establecido en 2012.

Además de los microchips para rinocerontes, WWF lleva a cabo otros programas de protección de la naturaleza con soporte de las tecnologías más avanzadas e imaginativas como los drones o aviones no tripulados desplegados en diferentes puntos de África o el collar radiotransmisor implantado recientemente a un tigre en la selva de Nepal. 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.