En la prensa

Afectados por ‘correrías’ del jabalí exigirán cacerías

«Todo lo que se diga sobre el tema del jabalí es poco». Los ganaderos de la zona rural de Gijón ya no pueden más y ayer se juntaron en una reunión multitudinaria para plantar cara a un problema que, reconocen, «nos supera», publica lne.es.

Porque, como relatan los afectados, los suidos «ya nos entran en casa». Y no es broma: la Policía Local de Gijón se vio obligada a abatir en la madrugada de ayer a un ejemplar que se metió en una finca en Cabueñes, los dueños tuvieron miedo a que los atacara y fue necesaria la intervención policial.

Otro de los ganaderos mostraba en su móvil una imagen tomada a escasos centímetros de un ejemplar alimentándose en el comedero de los «xatos», y al resto de los que ayer se juntaron en el Alto del Infanzón para denunciar la situación que viven, unos 80 trabajadores del campo, les faltaban dedos en las manos para enumerar las fincas que tienen «fozadas de cabo a rabo» por el jabalí. «Lo raro es encontrar una que no lo esté», clamaba Hernán García, ganadero de Cabueñes que, exigía «que intervengan los cazadores para acabar con esta sobrepoblación».

Fue la principal reivindicación con la que concluyó la reunión de ayer. Las 47 asociaciones de vecinos de Villaviciosa -también presente en el encuentro- y Gijón han acordado la redacción de un documento en el que exigen a la Consejería de Desarrollo Rural que se organicen batidas con perros para sacar al jabalí de las zonas de seguridad, en las que han proliferado «de forma exagerada» en los últimos tiempos, conscientes los animales de que en estas áreas cercanas a las poblaciones están a salvo. Y de forma complementaria, que se organicen batidas de caza «con cazadores en vez de con guardas, que para eso pagan su licencia», apostilla Hernán García.

El problema no es pequeño, recalcan los ganaderos gijoneses. «Llevo cerca de 60 fincas en Santurio y no hay una sola que se libre del jabalí», recalca Juan Vallina, impulsor de la reunión de ayer. «Es gravísimo y en la Consejería hacen oídos sordos», indica, después de haber contado ayer mismo «piaras en mis fincas de hasta 24 animales». Por eso «es necesario que haya cacerías, que se saquen los jabalíes con perros a la zona de monte y allí se les mate, o que se haga en las propias parroquias avisando a la gente», resume.

Como él, Héctor Menéndez, ganadero de Caldones, denuncia otro daño añadido: «ya no se conforman con fozar los praos, ahora ya han empezado a comer las bolas de silo, que en cuanto se abren se echan a perder al poco tiempo. Y este verano no vamos a poder segar, están los praos en tierra, la pérdida económica es enorme», afirma consternado el vecino.

Miguel Ángel Sánchez, de Santurio, asegura que los ganaderos «estamos asustaos» ante tanta proliferación de jabalíes. «Está abrasao, llegan a la puerta de casa», clama, convencido de que «el sistema está al revés; el sector agrícola está en declive y no recibimos ayuda ante problemas como éste». El ganadero hace hincapié en la necesidad de «concienciar a la gente, hacer una manifestación también sería buena idea».

El hambre voraz de las poblaciones incontroladas ha llevado a que plantaciones enteras de maíz aparezcan destrozadas de un día para otro. Lo sabe bien Andrés Vega, harto de que «nos coman la cosecha en grano y en mazorca, cerramos con pastores eléctricos pero no respetan nada», asegura, en un sector en el que «los márgenes de beneficio son muy pequeños y los costes económicos muy altos». Así las cosas, muchos ganaderos se han visto obligados a empezar a comprar forraje extra, porque los suidos se comen las tierras de maíz, los silos y hasta el pienso que echan en los comederos para las vacas.

A ello se suma que reclamar daños «no merece la pena, porque muchas fincas son en llevanza y lleva más papeleo que compensación», reflexionan los ganaderos, hartos de contabilizar nuevos daños cada día que pasa. «Hay fincas que están como si hubiera pasado el tractor con el arado, nosotros mismos nos asustamos de ver cómo están».

Por eso, la redacción de un documento en el que exigirán al Principado acciones inmediatas no es más que «un primer paso, estamos dispuestos a seguir unidos para que se nos escuche porque ya no podemos más».

Publicado en lne.es.

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