El Servicio de Fauna de Kenia ha afirmado este miércoles que la investigación sobre la muerte de un conocido elefante en el Área de Conservación de Tsavo, «no es concluyente», después de que se informara de que había muerto a manos de furtivos.El organismo ha indicado que «la inspección inicial (…) durante la extracción de los colmillos no reveló ninguna marca inusual y, por ello, se consideró que habría muerto por causas naturales», según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
«El cadáver no fue tocado por ningún carroñero, lo que llevó a la deducción de que podría haber muerto envenenado. Sin embargo, los resultados no son concluyentes sobre si (la muerte) fue resultado del furtivismo o de un ataque por miembros de alguna comunidad por un conflicto entre seres humanos y la fauna salvaje», ha remarcado.
El blog Africa Geografic informó el lunes de la muerte de Satao 2, conocido por el gran tamaño de sus colmillos, agregando que «se trata de un golpe devastador para la conservación de elefantes y para los genes de supercolmillos».
Africa Geografic afirmó que la muerte de Satao 2 supone que sólo quedan seis tuskers –elefantes cuyos colmillos pesan más de 45,5 kilogramos– en el Área de Conservación de Tsavo. Así, detalló que los colmillos de Satao 2 –que recibió este nombre tras la muerte de Satao en 2014 a manos de furtivos– pesaban 51 y 50,5 kilogramos.
El cuerpo del elefante fue localizado por el Servicio de Fauna de Kenia antes de que los cazadores furtivos pudieran extraer los colmillos al animal.