En la prensa

Una manada de jabalíes cerca a varias familias de La Carrionina

Avilés es una «zona segura» para los jabalíes. Y estos cerdos salvajes lo saben. Tanto es así que juegan al escondite con los cazadores: mientras las cuadrillas organizan salidas al monte para cazarlos, los suidos se desplazan huyendo de los rifles a zonas donde los escuadrones tienen prohibido cazar. De ahí el aumento de su población en el cinturón rural de la ciudad y Castrillón, espacios catalogados «de seguridad» en la Ley de Caza del Principado de Asturias. En la comarca hay muchos vecinos hartos de estas bestias, pero los residentes en La Carrionina ya no pueden más. Una manada de jabalíes ha cercado a varias familias de este núcleo periurbano, que urgen una batida para terminar con ella, publica lne.es.

«Estamos muy cerca de Corvera y allí se pueden pegar tiros, pero aquí en Avilés, no. Por eso, se esconden en la ciudad: son animales, pero no tontos», explica una vecina afectada, Oliva Díaz, que como otras familias de La Carrionina se ha visto obligada a comprar pastores eléctricos para evitar la entrada de los cerdos salvajes a las fincas. «Los ‘praos’ están igual que si entrara un tractor a arar. Por la noche es difícil dormir porque los perros se ponen a ladrar cada vez que sienten la presencia de un jabalí y ya ha habido algún vecino que se ha llevado un buen susto con el coche por culpa de estos bichos», lamenta la vecina. Asegura que, en La Carrionina, también hay corzos, pero que estos no causan daños en las huertas.

«Estamos cansados y queremos que el Principado nos den carta blanca para matar a los jabalíes pero hasta el momento todo está en nuestra contra», asegura. Hace ya unos años, los integrantes de la asociación cinegética Sierra de Pulide-Nalón aseguraron haber encontrado la solución a este problema que afecta a numerosos vecinos y conductores: solicitar permiso al Gobierno regional para sacar con sus perros a los jabalíes de zonas en las que no se puede cazar, lo que se denomina «perrear». Lejos de hacer un tema «reggaeton», su intención es «asustar» a los jabalíes con sus perros (atados con cuerdas largas) para que los cerdos salvajes regresen a los cotos donde sí está permitida su caza.

Fuente: lne.es.

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