En la prensa

Un lugués tunea un coche del 72 con dientes de jabalí, patas de corzo y ‘escornabois’

Los «tuneos» de coches no tiene por qué ser a base de llamativos alerones y llantas u otros cambios sustanciosos en el motor, ni mucho menos. Saturnino Neira, un vecino de A Pobra de San Xiao (Lugo), al que todos conocen como Tino, convirtió el salpicadero de su Citroën C8, del año 72, en un mini museo natural con insectos y partes disecadas de animales.Lleva colgada la cola de un zorro, las patas de un corzo, un «escornabois» y dos dientes de jabalí incrustados. Una pegatina en la carrocería, con una liebre montada sobre otra, advierte de que el utilitario es «turbo inyección», pero semejante afirmación mecánica no cuela. «Iso non, pero asegúrolle que ten acendido electrónico e non falla nunca», explica el propietario del vehículo.

Con 75 años a cuestas, jubilado, aficionado y experto cazador y una vitalidad espectacular, a Tino ni le importa que algunos piensan que tiene un friki coche. «Cando vou con el a Sarria ou a outro lugar, adiántanme e fanlle fotos», apunta. Como buen aficionado del Real Madrid que es, procuró tenerlo pintado de blanco. «Se me presento con el no Bernabéu, párase todo Madrid», bromea.

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