En la prensa Opiniones

«La caza, motor económico de la España rural»

El impacto generado por la actividad cinegética es de 6.475 millones de euros, lo que representa el 0,3 por ciento del PIB anual de España, y supone 186.758 puestos de trabajo

Por su interés para todo el sector cinegético, e información en general, reproducimos el artículo de Jorge Bernard, publicado el pasado 24 de marzo en ABC de la caza.

«En el año 2006, el profesor Jaime Lamo de Espinosa me encargó un artículo sobre la incidencia que pudiera tener la caza en el desarrollo rural en España, que fue publicado en la colección de estudios socioeconómicos Mediterráneo Económico de la Fundación Cajamar. En este artículo ya llegábamos a una conclusión, que aún a muchos le resultará difícil de creer, y es que «hoy, vale más un ciervo que una vaca y diez veces más una perdiz que una gallina». Después de 10 años, y gracias al completo informe encargado por la fundación Artemisan y redactado por Deloitte, podemos afirmar que, mientras que el valor de los ciervos y de las perdices casi se ha duplicado, el de las vacas y las gallinas, desgraciadamente, sigue siendo prácticamente el mismo, lo que necesariamente nos debe hacer reflexionar sobre la importancia económica que tiene la caza en nuestro país.

Evidentemente la defensa de la caza no puede argumentarse solo por su importancia económica, ya que igual o más importante es su aportación al cuidado y conservación del medio natural, siendo hoy en día además un elemento esencial para la reducción de la siniestralidad agrícola y viaria, para el control de poblaciones y la prevención de enfermedades. Es incuestionable que los mejores espacios naturales de nuestro país han sido originariamente cotos de caza, que se han mantenido gracias al esfuerzo de generaciones de cazadores que han invertido en ellos importantes recursos. Muchos de ellos han sido declarados espacios protegidos bajo distintas figuras de protección, pasando a ser gestionados por las distintas Administraciones autonómicas con un éxito más que dudoso, prohibiendo actividades tradicionales como la caza sin la menor justificación para ello. La repercusión económica de la caza en España ha sido tema desconocido hasta hace poco. Se han publicado interesantes estudios previos al encargado por Artemisan, pero realmente es a partir de la publicación de este estudio cuando hemos conocido las cifras reales de la caza en España. De hecho, este informe, que ha sido remitido a todos los grupos políticos, ha servido para darles a conocer la importancia económica que tiene la caza en nuestro país, permitiendo que cambiaran la percepción que tenían de una actividad que, junto con la tauromaquia, alguno incluso se atrevió a calificar de «casposa».

Riqueza y empleo

Los resultados alcanzados por este informe han permitido acreditar que la caza contribuya a la generación de riqueza y empleo en España, tanto por la generación de gasto y empleo directo e inducido, vinculado a la actividad de organización necesaria, como por su capacidad para atraer a cazadores que realizan un gasto que revierte en riqueza adicional para nuestro país. En el gráfico que acompaña este texto comprobamos que el gasto total movilizado por el sector caza en España en 2016 asciende a 5.470 millones de euros. Si lo comparamos con otros sectores como, por ejemplo, el del vino, sin duda de gran trascendencia en nuestro país, comprobamos que el gasto movilizado en España por la actividad cinegética es equivalente a las ventas netas del subsector del vino (94%) y a más de la mitad de las ventas netas del subsector de aceites y grasas (53%). El empleo que genera la caza es de 186.758 puestos de trabajo, que se desglosan en 141.261 puestos de trabajo mantenidos y 45.497 puestos directos. El impacto generado por la caza representa el 0,3% del PIB anual de España, que es el equivalente al 13% del PIB de todo el sector de agricultura, ganadería y pesca del país. Y en cuanto a su repercusión fiscal, la actividad cinegética ha contribuido a la recaudación por las Haciendas públicas de 614 millones de euros vía retornos fiscales (IS, IRPF, IVA y otros impuestos y tasas). No podemos olvidar la importancia que tiene la actividad cinegética en la fijación de empleo en las zonas rurales.

La despoblación rural constituye, sin duda, uno de los mayores problemas de nuestro país, en el que, según datos del Ministerio de Política Territorial y Función Pública y del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 90% de la población vive en el 30% del territorio, siendo el país más despoblado de todo el sur de Europa. En muchos pueblos de provincias altamente despobladas como Soria, Burgos o Teruel los ingresos por el arrendamiento cinegético de sus términos municipales representan en ocasiones hasta un 90% de su presupuesto anual. De ahí su preocupación ante la noticia de que la caza pudiera quedar suspendida en Castilla y León tras el sorprendente auto del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (Valladolid) que estimó la medida cautelar presentada por el partido animalista radical PACMA.

Perjuicio medioambiental

Llama poderosamente la atención el que aún existan personas que, con un evidente desconocimiento sobre la materia, sigan pensando que prohibir la caza beneficia a los animales, cuando la realidad es que su prohibición implicaría, además de una pérdida económica importantísima, un perjuicio medioambiental tan grave que las distintas Administraciones autonómicas tendrían que contratar a cazadores para controlar las poblaciones de animales silvestres, control que en la actualidad estamos haciendo los cazadores, y además pagamos por ello. Afortunadamente la práctica totalidad de los partidos políticos se han manifestado recientemente a favor de la caza, y seguro que el informe sobre su importancia económica encargado por la fundación Artemisan ha sido decisivo para ello».

Fuente: ABC de la Caza. Jorge Bernad. ABOGADO. Fundación Artemisan

www.bernad-abogados.es

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