En la prensa

Un estudio revela cómo las relaciones transforman las bandadas de aves

Puede parecer que se mueven como un superorganismo, pero las grajillas, por ejemplo, vuelan «pegadas» a sus parejas, aunque esto perjudique al grupo ante posibles ataques de los depredadores. Fotografía: grajilla occidental (Corvus monedula), A. Sanz

Según un estudio publicado en la sección Biodiversidad, del diario ABC, las bandadas de pájaros parecen que se mueven con una sola mente, pero una nueva investigación muestra que las grajillas (Coloeus monedula) se pegan a sus parejas, aunque esto perjudique al grupo.

Los naturalistas victorianos se mostraban tan perplejos ante las bandadas de pájaros, las cuales se movían como si se trataran de un solo superorganismo, que pensaban que las aves debían de comunicarse telepáticamente. Desde entonces, los científicos han demostrado que tal comportamiento colectivo puede surgir si cada ave en un grupo responde a sus vecinos siguiendo reglas idénticas.

Sin embargo, un nuevo estudio realizado por biólogos de la Universidad de Exeter (Reino Unido), físicos de la Universidad Stanford (Estados Unidos) y científicos de la computación de la Universidad Simon Fraser (Canadá) demuestra que no existen reglas idénticas.

En cambio, los pares de grajillas, que se aparean de por vida, sí que vuelan muy próximos dentro de la multitud. Los hallazgos revelan una compensación: las aves emparejadas se benefician porque usan menos energía en vuelo, pero la existencia de pares reduce la capacidad de la bandada a la hora de reaccionar ante los depredadores.

«Al igual que los amigos en una multitud humana, los pares de grajillas se mantienen unidos cuando vuelan a gran velocidaden grandes bandadas», subraya Alex Thornton, de la Universidad de Exeter.

«Esto anula nuestra comprensión actual sobre cómo funciona el comportamiento colectivo, porque todos los modelos actuales se basan en el supuesto de que los miembros de la bandada son agentes idénticos que siguen las mismas reglas. Lejos de ser agentes «sin sentido», es probable que los animales de muchas especies se enfrenten a importantes demandas cognitivas para reconocer y rastrear a individuos específicos cuando se mueven como parte de un grupo», agrega el experto. «Nuestros resultados requieren un mayor replanteamiento de nuestra comprensión sobre el comportamiento colectivo en la naturaleza», insiste.

Los investigadores rastrearon el movimiento de grajillas individuales en bandadas y produjeron modelos 3D de los resultados. Al calcular la frecuencia de aleteo de todos los individuos, encontraron que las aves emparejadas utilizan menos energía que las aves no emparejadas cuando vuelan. Sin embargo, las parejas inhiben la forma en que la información pasa de un ave a otra, lo que reduce la capacidad de respuesta de la bandada a perturbaciones, como los ataques de depredadores.

Fuente: ABC

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