Las autoridades de Brasil confirman la captura de una red de furtivos en la selva amazónica, frontera con Perú, que utilizaba perros como carnada.
La policía ha desmantelado una red de delincuentes dedicada al furtiveo de jaguares y otras especies en peligro de extinción de la selva amazónica, que llevaba funcionando más de treinta años.
Las autoridades han conseguido desmantelar la red de furtivoss después de tres meses de interceptaciones telefónicas y rastreos de los principales cabecillas, y han detenido a siete hombres. «Entre los integrantes del grupo hay un médico, un agricultor, un agente penitenciario y un electricista, entre otros», según informa la fiscalía.
La organización fomentaba la muerte y venta clandestina de pieles y ejemplares de jaguares. Los implicados podrían enfrentarse a penas que van desde multas hasta la cárcel, según la actividad que realizara cada integrante.
De los 55 mil ejemplares que se estima que viven en Brasil, alrededor de cuarenta mil lo hacen en la Amazonía que comparte con Perú y casi catorce mil en el Pantanal, según el Instituto Chico Mendes de Conservación y Biodiversidad, que depende del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil.