En la prensa

Científicos sevillanos destapan el tráfico de marfil gracias a las bombas nucleares

Varios miembros del Centro Nacional de Aceleradores están trabajando en una operación junto a la Guardia Civil y el Ministerio de Transición Ecológica para descubrir el tráfico ilegal de este material.

Lo normal es que si uno piensa en las bombas nucleares y las posteriores pruebas realizadas con este mismo armamento, a su cabeza solo vengan imágenes en blanco y negro y la destrucción que estas produjeron. Su recuerdo se quedó en los años sesenta, cuando se prohibieron, al menos públicamente. Pero sus consecuencias no se limitaron al daño originado en los lugares donde cayeron y en la geopolítica posterior, sino que la propia naturaleza también se vio impregnada de este armamento a nivel global. Ahora, casi 60 años después de que se dejasen de probar, esta huella se está utilizando, al menos en algunos casos, para hacer el bien.

¿A qué nos referimos con hacer el bien? Estas pruebas nucleares hicieron que cambiase, en todo el planeta, el nivel de carbono que había en el ambiente, modificando la naturaleza, y eso está siendo aprovechado por las autoridades españolas para destapar casos de tráfico ilegal de marfil. Sí, puede sonar algo extraño, pero la Guardia Civil y el Ministerio de Transición Ecológica están utilizando desde hace tres meses la famosa técnica del carbono 14 que realizan en el Centro Nacional de Aceleradores (CNA) para poder datar de forma exacta cualquier pieza de marfil que se encuentre en el mercado y así dar con el tráfico ilegal de este material tan preciado.

«La idea vino del propio ministerio y de la Guardia Civil. Ellos querían datar las piezas de marfil que habían encontrado en todo tipo de mercados para descubrir si eran anteriores o posteriores a 1947, que es el año límite que establece la ley para comerciar con estos objetos. Todas las piezas realizadas con marfil posterior a ese año son ilegales, así que acudieron a nosotros para que fecháramos dichas obras», explica en conversación con Teknautas Javier Santos, físico, técnico general del CNA y uno de los responsables de grupo de científicos que trabajan codo con codo con la Guardia Civil. «Aprovechando la fecha límite, establecimos unos parámetros y comenzamos las investigaciones», comenta Santos.

El CNA no es un centro cualquiera y por eso acudieron a ellos. El grupo de Santos, formado por él y otras dos compañeras con formación como químicas, realiza las dataciones con una técnica única en España llamada ‘espectometría de masas con acelerador’ (para la cual se necesita un acelerador espectrómetro de masas que solo se tiene en ese centro), que permite distinguir sin lugar a dudas materiales posteriores al año 1950 de los anteriores a esa fecha, y lo que es mejor: solo necesitan unos 100 miligramos de la pieza para la prueba.

«Sacamos 100 miligramos de la pieza, evitando así que la obra sea deteriorada o destruida, y analizamos esa muestra. El acelerador destruye el material y separa las partículas que lo forman, clasificándolas por la masa. Así sabemos cuánto carbono 12, carbono 13 o carbono 14 contiene el material. Si los niveles de carbono 14 son superiores a los que se daban antes de 1950, que es, digamos, nuestro año de muestra, pues sabemos que es una pieza ilegal», explica Santos.

Lo normal es que a este centro gestionado por el CSIC, la Universidad de Sevilla y la Junta de Andalucía llegasen pruebas, sobre todo, arqueológicas y relacionadas con el medio ambiente, pero ahora han descubierto una nueva rama, lo malo es que las manos escasean. «En una situación ideal, una prueba de este tipo debería tardar unas dos semanas en tener sus resultados, pero, claro, somos pocos especialistas y de media estamos por el mes de duración de cada prueba».

Piezas decomisadas por la Guardia Civil. (Foto: G. C.)
Piezas decomisadas por la Guardia Civil. (Foto: G. C.)
Piezas decomisadas por la Guardia Civil. (Foto: Guillermo Cid)
Piezas decomisadas por la Guardia Civil. (Guillermo Cid)

500 piezas valoradas en 400.000 euros

A pesar de solo llevar tres meses y tener esas limitaciones para la investigación, los resultados de la operación, según la Guardia Civil, son bastante buenos. En lo que llevan de operación Thunderbolt (así se ha denominado este apartado de la macrooperación Celacanto contra el tráfico de animales que acaban de presentar), han sido confiscadas unas 500 piezas que se vendían, la mayoría, por internet y que están valoradas en 400.000 euros. Además, 197 personas han sido detenidas o investigadas y se han registrado 200 infracciones. Eso sí, el CNA va a otro ritmo.

Piezas incautadas. (Foto: G. C.)
Piezas incautadas. (Foto: G. C.)

Por ahora, ya han conseguido terminar la datación de hasta 11 piezas que tenían certificado como si estuvieran hechas con marfil anterior a 1947. Y han demostrado que 10 de ellas son posteriores a esa fecha. «Estamos recibiendo más, pero tenemos que ir poco a poco con los recursos que tenemos«, apunta Santos. Además, se les ha abierto un nuevo frente, y es que tras conocerse la investigación de la Guardia Civil, ahora son los propios coleccionistas los que acuden a revisar los certificados de legalidad de las obras que han adquirido. «Y veremos qué pasa cuando esto salga en la televisión».

Fuente: El Confidencial

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