Decenas de agricultores exigen indemnizaciones al Gobierno a causa de los ataques de estos animales en la Sierra de Arrábida.
Una insólita manifestación recorrió las calles de Lisboa el último día de julio: se lanzaron a protestar los perjudicados por los jabalíes. Los viandantes miraban atónitos al paso de la marcha reivindicativa, que tomó el Terreiro do Paço (antes de llegar a la estación fluvial con destino a Barreiro) para plantarse a las puertas del Ministerio de Agricultura.
Allí las decenas de concentrados elevaron sus gritos con el objetivo de clamar contra las embestidas de estos animales, que salen cada vez más de sus escondites en la Sierra de Arrábida para buscar comida desesperadamente en las localidades cercanas a la capital portuguesa.
Los manifestantes, que portaban banderas de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA), pedían indemnizaciones porque los jabalíes destrozan cosechas y muestran una agresividad que provoca temor en los habitantes de la franja próxima a Setúbal, a 53 kilómetros de Lisboa.
Los damnificados exigen un paso adelante por parte de la Administración, mientras alzan su voz para decir: «Los agricultores no podemos seguir condenados a alimentar a los animales a costa de la ruina de nuestras producciones».
Además, advierten que el panorama no va a hacer sino empeorar en las próximas semanas, debido al calor y la sequía. Y otra cosa: causan accidentes de automóvil con gran frecuencia y son transmisores de enfermedades.
En total, se han presentado ya 900 reclamaciones en el ministerio, por lo que las autoridades aseguran que van a «estudiar» el pago de las indemnizaciones reclamadas.
De momento, se ha encargado un análisis «real» de la situación en la zona de Arrábida, pero el Gobierno sostiene que ya está en vigor un plan para el control de los jabalíes y la prevención de la peste porcina africana.
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