En la prensa

El rastrillado se considera una práctica agraria contra las especies cinegéticas

El rastrillado se considera una labor agraria justo después de la cosecha del cereal y facilitar así el  labrado que se lleva a cabo en los meses de otoño.

Esta práctica, sin embargo, no es bien recibida por los cazadores. Desde la FRC aseguran que tanto el chisel como la enfardadora, tras la siega, atacan el hábitat de las especies cinegéticas en la época de migración.

«Las máquinas enfardadoras, además de retirar el forraje, succionan todo lo que hay a su paso, desde insectos hasta sustancias nutritivas para otros animales, como perdices y codornices». Así lo lamenta el presidente de la Federación, Eduardo Cornejo. También el rastrillado se considera muy perjudicial.

Responsabilidad de la Administración

Pero la responsabilidad, asegura, es de la Administración regional, «quien debería incentivar y subvencionar prácticas agrarias proclives a no destruir el hábitat de estas especies».

Una cuestión burocrática pero que atañe a cazadores y agricultores. Ambas partes coinciden en un entendimiento mutuo para alcanzar una solución que beneficie a todos, «un diálogo que no genere fractura». Así lo creen desde el sindicato agrario ARAG-ASAJA, «más allá de los daños económicos que pueda ocasionar».

Su secretario general, Igor Fonseca, apoya una sensibilización de sus agricultores socios sobre los efectos de las prácticas agrarias en las especies silvestres. También pide «que los cazadores sean sensibles con los labradores y su trabajo».

Otro de los temas que ocupa la agenda agraria es la superpoblación del conejo común. Tras años exigiendo medidas urgentes a la Administración regional y «lejos de establecer normas que palíen la situación». Así lo entiende la secretaría general de ARAG-ASAJA, «la situación se agrava cada año».

El sindicato riojano pone de manifiesto un reciente Decreto Ley publicado por el Gobierno aragonés. En él ser apela a favor de una intensificación de la caza de conejos con el fin de mermar la población de esta especie y los daños que provoca en los cultivos.

El problema de los conejos

«Aquí los cazadores se aburren de capturar tantos conejos y tampoco existen medidas para la práctica cinegética de la caza como deporte», lamenta Fonseca.

Es por ello que desde el sindicato reclaman a la Administración que en aquellos cotos donde exista sobreabundancia de conejos, se obligue a permitir el paso a otros usuarios de diferentes reservas.

Por su parte, la Federación Riojana de Caza considera que esta superpoblación de conejos, ocasionada principalmente por las fuertes sequías, se ve fomentada por las prácticas agrarias empleadas.

Así, «la eliminación del espacio natural virgen provoca que los animales ataquen los campos de cultivo como forma de subsistencia», manifiesta Cornejo. Por otro lado, apela a la «rigurosidad» de la Administración regional para limpiar las parcelas abandonadas colindantes a los cotos, en las que proliferan los conejos.

«La diligencia administrativa a la hora de conceder los permisos de caza para estos casos debería ser fundamental en lugar de perder tiempo en  trámites que no hacen más que dificultar nuestra tarea».

Fuente: nuevecautrouno

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