Gestión y Medio ambiente

Seguimiento y recuperación de las poblaciones de conejo europeo (I)

Primera parte de la ponencia Seguimiento y recuperación de las poblaciones de conejo europeo (Oryctolagus cuniculus cuniculus) en Mallorca (Illes Balears) (2016-2019), de las Jornadas sobre Investigación y gestión dentro del ámbito cinegético del Consell de Mallorca, y publicado en la Monográfica nº 28, Recerca i gestió dins l’àmbit cinegètic, de la Societat d’Història Natural de les Balears.

Resumen

El conejo europeo (Oryctolagus cuniculus) es una especie clave y de gran interés económico y ecológico en los ecosistemas Mediterráneos. Durante las últimas décadas los drásticos cambios en los usos del territorio han transformado parte de él, modificando los hábitats naturales, problemática que se ha visto agravada con la incidencia de dos enfermedades víricas, la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica (RHD), lo que ha provocado un importante declive de las poblaciones de conejo en Mallorca. La conservación de la especie se ha basado en determinadas ocasiones en la realización de repoblaciones. En este trabajo se muestran los resultados de un estudio iniciado en Mallorca cuya finalidad última es la de minimizar los riesgos asociados con esta medida de gestión, y establecer las bases metodológicas para una correcta recuperación de la especie. Por todo ello, se ha llevado a cabo un muestreo de las poblaciones de conejo susceptibles de ser donadoras, analizando sus características genéticas y sanitarias, a la par que se realiza una prospección de la situación de las poblaciones de conejo silvestre de Mallorca. De esta forma, la administración cinegética de Mallorca ha desarrollado durante los años 2016 a 2019 la cría experimental de conejo de campo partir de seis poblaciones donadoras en condiciones controladas de semi-libertad en el Centre Cinegètic de Mallorca. Los conejos obtenidos han servido para repoblar zonas en las que la densidad de conejo era baja o nula. Las bajas causadas por la nueva variante de la RHD (virus RHDV-2) en los núcleos de cría, y la depredación en las áreas de repoblación, han sido las causas de mortalidad más importantes. Posteriormente, se han observado tasas de mortalidad menores, lo que sugiere una mayor capacidad de respuesta inmunológica natural a la RHD, y las siguientes repoblaciones realizadas en la isla hasta la actualidad han mostrado altas tasas de supervivencia y adaptación de los ejemplares.

Palabras clave: conejo, enfermedad hemorrágica, mixomatosis, sarna sarcóptica, Oryctolagus cuniculus, repoblación, Mallorca, gestión cinegética.

Introducción y antecedentes

El conejo europeo, también llamado de campo, de monte o silvestre (Oryctolagus cuniculus Linnaeus, 1758) pertenece al grupo de los Euterios, orden de los Lagomorfos y familia Lepóridos. Es un endemismo ibérico (Camps, 2000) que parece haberse originado durante el Pleistoceno Medio en el sureste peninsular (López Martínez, 1989). Durante las diferentes glaciaciones e interglaciaciones ocurridas en el Pleistoceno la distribución del conejo se expandió y contrajo de forma sucesiva, favoreciendo la existencia de dos subespecies; O. cuniculus algirus y O. cuniculus cuniculus, segregadas espacialmente entre sí, aunque se ha descrito la existencia de una estrecha franja de hibridación entre ambas subespecies, que transcurre desde el noroeste hasta el sureste peninsular, sugiriendo que ambas subespecies se encuentran en un nivel muy avanzado de especiación (Rafati et al., 2018). Los Pirineos actuaron como una barrera que no permitió su expansión hasta el incremento de la temperatura en el Holoceno (Branco et al., 2000; 2002; Ferrand 2008). La presencia generalizada en buena parte del mundo obedece a traslados realizados por los humanos, especialmente a partir del imperio romano (Thompson y King, 1994). De esta forma, O. cuniculus algirus se encuentra presente exclusivamente en la mitad sur-occidental de la Península, habiendo sido introducida en las islas Canarias y las Azores. Por su parte, O. cuniculus cuniculus es la subespecie más cosmopolita y de la que han derivado todas las formas domésticas (Carneiro et al., 2014).

Respecto a la introducción del conejo en las Illes Balears cabe destacar que el registro fósil más antiguo no proviene de ningún yacimiento arqueológico, sino de las calas realizadas a la brecha fosilífera del Pas d’en Revull, en Menorca. Entre la fauna recuperada, junto con las especies autóctonas, había restos de fauna introducida. Un hueso de conejo datado con C14 proporcionó una fecha situada a grandes rasgos entre 800-500 a.C. (Quintana et al., 2016). No obstante Seixas et al. (2014) indican que las estimaciones moleculares de los eventos de colonización sugieren que el conejo fue introducido en Mallorca hace unos 4.000 años por los primeros habitantes de la isla. A pesar de que Gibb (1990) sugirió que los conejos baleares correspondían a O. c. algirus supuestamente liberados en tiempos fenicios, los haplotipos mitocondriales de los conejos de Mallorca y su comparación con los de poblaciones continentales sugieren que la introducción se realizó con la subespecie O. cuniculus cuniculus (Seixa et al., 2014).

El conejo es considerado «especie clave» de los ecosistemas mediterráneos (Delibes-Mateos et al., 2007). Se han citado más de 40 especies que consumen ocasional o frecuentemente conejos como parte de su dieta en nuestras latitudes (Delibes e Hiraldo, 1981; Palomares, 2001; Delibes-Mateos y Gálvez-Bravo 2009), y es la presa principal de especies endémicas y amenazadas. Entre éstas destacan en las Illes Balears el águila de Bonelli (Aquila fasciata) y el milano real (Milvus milvus). Se considera una de les especies cinegéticas más importantes junto con la perdiz roja (Alectoris rufa), tanto por el número de animales cazados, como por los cazadores que la demandan (Villafuerte et al., 1998). Además, históricamente ha supuesto un recurso de subsistencia en la economía rural (Barceló, 2009).

En Mallorca es considerada una especie con gran valor por ser la base de la caza social y pieza objeto de modalidades de caza tradicionales tan especializadas como la que emplea podencos ibicencos, una raza de perro que encuentra su hábitat idóneo para la caza en las marinas litorales de las Illes Balears, y que sufre significativamente la falta de un recurso tan importante. El monográfico sobre esta raza El ca eivissenc: l’alternativa (Rosselló et al., 1987) pone de manifiesto que en la década de 1980 eran unas 1500 personas en Balears las que se dedicaban a la cría, adiestramiento y caza con estos perros, y que aún hoy, pese a que el número de cazadores ha disminuido, sigue siendo una modalidad de caza muy popular. No obstante, la disminución generalizada (ya sea con esta o cualquier otra la modalidad de caza) que hoy se observa en Mallorca en el número de ejemplares de conejos capturados viene a confirmar el descenso de la especie como recurso cinegético (Fig.1).

Fig. 1. Número de conejos silvestres que se estiman capturados durante las temporadas de caza 2009/10 a 2017/18 en Mallorca. Datos registrados por el Servei de Caça del Consell Insular de Mallorca – Illes Balears.

A esto hay que unir que el conejo europeo en los últimos años ha experimentado un descenso en la mayoría de sus poblaciones (Delibes-Mateos et al., 2009) a causa de la confluencia de varios factores, entre los que destacan la enfermedad hemorrágico vírica del conejo (RHD, por sus siglas en inglés Rabbit Haemorrhagic Disease) y la mixomatosis, que prácticamente lo han hecho desaparecer de amplias zonas de Mallorca, donde era la especie más abundante.

La mixomatosis es una enfermedad causada por un poxvirus y que se transmite a través de pulgas y mosquitos. Es originaria de Sudamérica y se introdujo voluntariamente en Europa en 1952, extendiéndose rápidamente y causando altas tasas de mortalidad (Fenner y Ross, 1994). En la Península los primeros casos de mixomatosis se detectaron en los meses de septiembre-octubre de 1953, en la provincia de Girona (Sánchez et al., 1954). Entre los años 1950 y 1970, se desarrollan formas menos virulentas de la mixomatosis y la mortalidad descendió, permitiendo una leve recuperación de las poblaciones que sobrevivieron al primer impacto de la enfermedad. Actualmente, la mixomatosis es una enfermedad endémica de las poblaciones silvestres españolas (Villafuerte et al., 2017).

A finales de los años 80 se origina la RHD, enfermedad que supuso un acusado descenso de las poblaciones de conejo, con una mortalidad entre el 50% y el 80% (Villafuerte et al., 1995). El agente que causa la RHD, denominado virus de la enfermedad hemorrágica de los conejos (RHDV), es un miembro de la familia Caliciviridae y fue descrito por primera vez en 1990 (Parra y Prieto, 1990; Ohlinger et al., 1990). Este virus se trasmite por contacto directo, casi siempre por vía oral, nasal o conjuntival, y a través de cadáveres o materiales contaminados (excrementos de conejo, patas de las aves, insectos, botas, neumáticos, etc.). El periodo de incubación es muy corto, entre 1 y 3 días, transcurrido el cual los conejos mueren súbitamente. En 2011 aparecieron en varias granjas de la Península casos atípicos de la enfermedad, provocados por una cepa variante de la RHD que producía la muerte de gazapos de entre 11 y 40 días, más jóvenes que los afectados por la estirpe clásica (mayores de 50 días). Desde 2012, la nueva variante de RHDV se ha detectado en la mayoría de las granjas de conejos del país y en varias poblaciones silvestres distribuidas en España y Portugal, lo que sugiere que se ha extendido rápidamente por toda la Península Ibérica (Dalton et al., 2012; Delibes-Mateos et al., 2014).

Otra enfermedad presente en les Illes Balears es la sarna sarcóptica causada por el ácaro Sarcoptes scabiei. No se trata ni mucho menos de una patología nueva, los primeros casos en una población de conejo silvestre se registraron en una zona de caza en Mallorca (Millán, 2009) y desde entonces se han descrito casos en nuevas localidades (Millán et al., 2012), esta afección está contribuyendo junto con las dos anteriores a dificultar la recuperación de las poblaciones de conejo. Y es que, aunque los conejos pueden superar esta enfermedad de forma natural, tanto su coexistencia con las otras patologías como la confluencia de condiciones ambientales adversas (escasez de alimento, depredación, etc.) puede llegar a determinar que el estado de las poblaciones empeore drásticamente (Millán et al., 2012).

De forma simultánea al efecto de las enfermedades, la situación de muchas poblaciones se ha visto agravada por la falta de un hábitat adecuado o por un déficit en su gestión. Los cambios en el modelo socioeconómico insular, muy condicionados por el devenir turístico, han suscitado también variaciones de los usos agrarios (Barceló, 2015). En sentido territorial amplio, si bien la agricultura tradicional se caracterizaba por un uso extensivo y alternante de cultivos, con ausencia de mecanización, abonos naturales y uso de técnicas tradicionales, la agricultura moderna es opuesta, con uso intensivo del suelo, mecanización y productos químicos abundantes (López Ontiveros, 1992).

Entre 1965 y 2013 se pasó, en el sector primario (I), de una ocupación del 32,29 % a tan solo el 1,6%. En cambio, el sector servicios (III) pasó de una ocupación del 34,17% a un 85,72 % (Fig. 2). Así en cuanto a la fauna, la menor actividad en el campo ha provocado que muchos espacios agrarios queden sin gestionar, y en consecuencia disminuyen los hábitats adecuados y la disponibilidad de alimento (Barceló, 2015; IBESTAT, 2013). El abandono de las tierras de cultivo y el fenómeno de la rururbanización  (Bauer, 1993; Dezert et al., 1991) han contribuido al descenso del hábitat idóneo para la especie, como puede observarse en las Figuras 2 y 3, en las que se muestra el aumento de urbanización rural e incremento de superficie forestal a partir tierras de cultivo.

Fig. 2. Porcentajes de ocupación por sectores económicos entre 1965 y junio de 2013. Fuentes: año 1965, Barceló et al. (1995), Geografía Universal, Volumen X, Illes Balears (pág. 307). Año 2013: IBESTAT.

En la región mediterránea europea, y como resultado de la tendencia generalizada al abandono de tierras agrícolas, su posterior ocupación por matorral y bosque de las últimas décadas, han surgido grandes desafíos de conservación (González Bernáldez, 1991; Romero-Calcerrada y Perry, 2004). Esto ha conducido a pérdidas de hábitat para especies asociadas con la vegetación de sucesión temprana y hábitats de borde, que se han beneficiado de la estructura de mosaico creada por el manejo tradicional de los paisajes mediterráneos (Farina, 1998; Morera et al., 2010).

Fig. 3. Ortofoto 1956. Proximidades de Cas Concos – Es Carritxó (TM de Felanitx). Fuente: www.ideib.cat.
Fig. 4. Ortofoto 2012. Área de Cas Concos – Es Carritxó (TM de Felanitx). Fuente: www.ideib.cat.

Con la finalidad de conocer la evolución de la densidad de las poblaciones de conejo de campo, la administración cinegética de Mallorca, en el ámbito de sus competencias, y a partir de la campaña de seguimiento poblacional de los años 2012, 2014 y 2016 analizó los datos obtenidos mediante transectos (nocturnos en vehículo) con una variante simple basada en el método d’Emlen, denominado coloquialmente «método truncado” (Prohens et al., 2019) y Distance Sampling 6.2 (Thomas et al. 2003; Buckland et al. 2004). A partir de estos datos se detectó una reducción significativa de la densidades de conejo desde el año 2012 (Fig. 5) en el conjunto de la isla. Tal disminución resultó aún más acusada en aquellas comarcas cinegéticas, como las «garrigas y montes» (Barceló et al. 2018), a las que la densidad resultaba tradicionalmente baja al tratarse en su conjunto de un hábitat subóptimo para la especie.

Fig. 5. Densidad estimada de conejo de campo (O. cuniculus) en Mallorca (modificada a partir de Prohens et al., 2019).
Fig. 6. Densidad estimada de conejo de campo (O. cuniculus) en la comarca cinegética de «garrigas y montes» (modificación a partir de Prohens et al. (2019)). Comarca diversa, con espacios de contacto litoral y próximos a la Sierra de Tramuntana (caza mayor y bajas densidades de caza menor) y zona más interior que presenta similitudes con la Marina (mayores densidades de conejo). Barceló et al. (2018).

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente se puso de manifiesto la necesidad de desarrollar un proyecto de recuperación del conejo, que partiendo de experiencias previas fuese capaz de favorecer la recuperación de las poblaciones de la isla de Mallorca a largo plazo. En la Península tales experiencias se basan en mantener altas las prevalencias de animales con anticuerpos naturales frente a la mixomatosis y la RHD, lo que se traduce en el menor efecto de esas enfermedades (ej. Cotilla et al., 2010; Villafuerte et al., 2017). Para ello, es necesario incrementar puntualmente las densidades de las poblaciones de conejo, pero manteniendo el virus en circulación (ej. Rouco, 2008), lo que provoca que el nivel de inmunidad natural incremente a la vez que se mantienen altas las abundancias poblacionales (Cotilla et al., 2010). De esta forma no se requiere ni una inmunización artificial (vacunas), que además se han mostrado del todo ineficaces en conejos silvestres, ni evitar la presencia de las enfermedades, del todo imposible en el medio natural (ej. Ferreira et al., 2009).

Así pues, se planteó el objetivo final de recuperar las poblaciones de conejo en Mallorca, generando poblaciones de alta densidad (núcleos de cría de alta densidad) a partir de manejos de hábitat que permitan la colonización de ejemplares procedentes de núcleos de cría, y creando al mismo tiempo, otras áreas de dispersión, capaces de albergar buena parte de los animales procedentes de dichos núcleos. De esta forma, se generan áreas de alta densidad de animales con altos niveles de anticuerpos frente a las enfermedades víricas. Por consiguiente, el proceso de recuperación requiere (1) analizar la situación de las poblaciones de conejo en Mallorca, estudiando no solo las abundancias y tendencias poblacionales, sino también las características sanitarias, y sobre todo genéticas de las poblaciones; (2) la creación de los núcleos de alta densidad, y (3) la selección, captura y liberación de los animales silvestres susceptibles de ser empleados para la colonización de estas áreas. En este trabajo se presentan los primeros resultados del estudio de seguimiento y recuperación de las poblaciones de conejo de campo en Mallorca.

María MUÑOZ1, Antoni BARCELÓ1, Catalina RAYÓ1, Margarita BERNAT1, Joana M. BARCELÓ 1, Vanesa CASTILLO1, Francisca CASTRO2,3, Patricia H. VAQUERIZAS3,4, José Antonio BLANCO-AGUIAR5,6, Fernando APARICIO3,4, Bartomeu SEGUÍ1 , Rafael VILLAFUERTE3,4  

  1. Servei de Caça del Departament de Desenvolupament Local del Consell de Mallorca. Llar de la Joventut. General Riera, 111, 07010 Palma (Mallorca) Illes Balears.
  2. Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales y Experimentales. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Córdoba. Avda. San Alberto Magno s/n, 14071 Córdoba.
  3. Departamento de Zoología, Universidad de Córdoba. Campus de Rabanales, 14071 Córdoba.
  4. Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC). Campo Santo de los Mártires 7, 14004 Córdoba.
  5. Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC). Ronda de Toledo s/n, 13005 Ciudad Real.
  6. CIBIO/InBIO, Centro de Investigação em Biodiversidade e Recursos Genéticos, Universidade do Porto, Vairao, Portugal.

Autor de correspondencia:

María del Carmen Muñoz Muñoz

Servei de Caça del Consell Insular de Mallorca, Departament de Desenvolupament Local

General Riera, 111, 07010 Palma de Mallorca, España.

Tel: +34971219846

Email: [email protected]

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.