Yola Corrochano
El valle de Andrín es un lugar privilegiado , situado en el Oriente de Asturias, entre la Sierra del Cuera y el mar Cantábrico; donde podemos ver a las gaviotas sobrevolar el mismo monte en el que triscan los corzos y hozan los jabalíes. Cada día llega con una nueva emoción y una pregunta ¿Saldrá el sol o lloverá? Esta incertidumbre climática, es lo que permite la belleza y la diversidad del paisaje. Los prados relucen en un verde intenso, los manzanos y zarzales están llenos de frutas y en la huerta de Maita para comer una ciruela, solo hay que extender un poco el brazo para cogerla del árbol. En la cercana vaquería de Marcos, las vacas mugen inquietas, ya que se acerca la hora del ordeño.
En el centro de este mágico Valle (Asturias, es una gran sucesión de valles), está el pueblo que lleva su mismo nombre. Pueblo ganadero y de labranza donde el tiempo parecer detenido y los días transcurren al compás de las estaciones.
Pero hoy es diferente: ¡Es fiesta en Andrín! ¡Es 15 de Agosto, día de Nuestra señora!
Entre voladores el día amanece incierto y de todas casas sale un rezo para que no llueva y se luzca la Virgen, que muy tempranin ha de salir acompañada por devotos, desde su ermita en el valle hasta la iglesia parroquial.
¡Ya suenan las gaitas por las calles que van recogiendo a su paso a las aldeanas y porruanos, que engalanados con los trajes típicos salen de las casas!
Pañuelinos repicaos, monteras piconas, enaguas almidonadas. dengues y faldas ricamente bordadas con azabache, llenan de bullicio y risas el ambiente.
La Virgen llega a la explanada de la iglesia, donde es recibida con emoción, haciendo sonar en alto las panderetas, el tambor y las gaitas. Al terminar la misa solemne, repican las campanas y todo el mundo canta Asturias patria querida… Las mozas en el pórtico, ofrecen el ramo con sus cantares y la procesión se inicia para llevar de nuevo la virgen hasta la ermita; donde pasará el invierno al pie del monte, cuidando de todos. Pero antes de entrarla la vuelven de cara a la sierra del Cuera y en el prado comienzan los bailes, que ejecutan los chavales y chavalas con gran entusiasmo, ensayados por Juan: La Jota Asturiana, el Quirosanu, el Corrí Corri de Cabrales…Y como colofón el Pericote, ancestral baile de esta zona del concejo de Llanes; que parece que ya se refleja grabado en piedra, en el imponente y cercano ídolo celta de Peñatú.
Para comer no podían faltar les fabes, el quesu picañon, el arroz con leche y la sidra escanciada. Y aquí no paso como en aquella canción…
Les fabes nun estaban bones, Morciella nun vi ninguna… Tocin taba en el gochu, ¡Válgame Dios que fartura! Y dixo Melchor… Que tan vaina yes tú como yo y yo como tú y semos los dos.
Aquí todo estaba buenísimo y abundante. Os paso las recetas tradicionales que nos da Uca, amiga entrañable, que nos invita para otro día a comer en su preciosa casa de Llanes. Esta vez junto al mar y que para no perder nuestro epígrafe tiene magnificas vistas al monte.