Gestión

El agua en nuestro coto y el manejo de las escorrentías

El agua limpia y abundante es, sin el menor género de dudas, uno de los tesoros más valiosos para nuestra finca o coto de caza.
Por G.P.V. Albéitares / [www.albeitares.es]
El agua limpia y abundante es, sin el menor género de dudas, uno de los tesoros más valiosos para nuestra finca o coto de caza, y solo debemos protegerlo, sino que también debemos trabajar para su conservación, mantenimiento y potenciación en base a las características propias de la finca o terreno.

La contaminación de nuestras fuentes de agua puede tener un origen determinado y focalizado, como en el caso de depósitos de estiércol, desagües industriales, etc.; o bien pueden tener una naturaleza dispersa, tal es el caso de las escorrentías.

La escorrentía es un exceso de agua en un terreno, bien sea por métodos artificiales como el riego o por métodos naturales como la lluvia, no puede retenerla, que lava el terreno desaguando en zonas declives. La causa más frecuente de generación de estas escorrentías es la pérdida de cubierta vegetal. A su vez, estas pérdidas de cubierta vegetal son generadas por un sobrepastoreo. La alimentación y el pisoteo de los animales provoca la eliminación de la vegetación y la compactación del terreno, lo que hace que éste pierda su capacidad absorbente. En este estado el terreno se transforma en una cubierta impermeable que facilita el paso del exceso de agua (que, por supuesto, no se aprovecha) y el consiguiente lavado y arrastre tanto de nutrientes minerales como de residuos provenientes del empleo de plaguicidas u otros elementos con capacidad tóxica.

Los beneficios del correcto manejo de las escorrentías
Este efecto de lixiviado no solo afecta a los acúmulos de agua en zonas declives, sino que por filtración puede afectar igualmente a suministros subterráneos, lo que debe ser valorado y controlado. Sin embargo, con un correcto empleo y manejo podemos minimizar este efecto de lavado y pérdida de nutrientes, al tiempo que nos permitirá aprovechar los excesos de agua y usarlos en almacenaje para aportes en épocas de carestía.

Pero además, los éxitos de un correcto manejo de las escorrentías nos proporcionarán importantes beneficios en nuestro coto, pues así se minimizarán los efectos de la erosión y la pérdida de nutrientes necesarios para la cubierta vegetal y por tanto para nuestras especies cinegéticas. La reducción de pérdidas minerales son extraordinariamente beneficiosas para el desarrollo de trofeos y de la capacidad reproductiva de los animales, pilares básicos en el desarrollo poblacional de nuestras especies.

Otro de los beneficios del manejo de las escorrentías es el aporte de alimento que supone la conservación de la cubierta vegetal con la eliminación de los excesos de acúmulos de agua, evitando el alcance a zonas no deseadas como lugares de cosecha, comederos, etc.

Métodos de control

Existen varios métodos para el correcto manejo de la escorrentía, siendo empleados de forma individual o conjunta en base a las necesidades y características del terreno.

El primero es el desarrollo de canales pequeños que dirijan el flujo del agua, y que acorten la distancia de vehiculación a un punto de almacenamiento. Esta práctica no solo reduce la erosión y el posible transporte de sedimentos, sino que conduce el agua de forma dirigida y controlada, favoreciendo al mismo tiempo la filtración de agua y facilita el desarrollo de practicas agrícolas que no contaminen los acúmulos protegidos de este exceso  de agua.

Otros de los métodos consiste en el desarrollo de filas vegetales por el contorno de las zonas declives, de manera que consigan reducir la velocidad de las escorrentías, favoreciendo el filtrado y reduciendo con ello el consiguiente efecto erosivo. Su principal efecto es que dispersa las escorrentías de una forma menos focalizada y disminuye los efectos del arrastre y la erosión de la misma.

Los focos de desagüe, a modo de canales naturales o artificiales, evitan las velocidades de arrastre y la formación de las cárcavas y ayudan y favorecen la filtración de los posibles contaminantes que acompañan a los sedimentos de arrastre.

Por último, el desarrollo de franjas de vegetación en los canales de agua o en las charcas o depósitos genera como beneficios el reciclaje de los nutrientes y la filtración de agentes contaminantes o patógenos que pueda contener el terreno tanto por el uso agrícola como por la carga ganadera, incluida la cinegética. Además, favorece la persistencia de los acúmulos de agua y su conservación, con el control de la erosión y de la sedimentación y reduciendo la pérdida de agua por evaporación. Todo ello, con la generación de un oasis vegetal, sin necesidad de cimentar los muros nuestros depósitos de agua.

La reducción de pérdidas minerales son extraordinariamente beneficiosas para el desarrollo de trofeos y de la capacidad reproductiva de las especies de nuestro coto.

 

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