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Claves de los ciclos reproductivos del jabalí

Por Gabinete de peritación Veterinaria Albéitares S.L.U.
El jabalí (Sus scrofa) es un suido artiodáctilo que se caracteriza por una serie de particularidades anatomofisiológicas, como la de presentar una piel gruesa –epidermis coriácea–, cerdas abundantes, extremidades terminadas en cuatro dedos –dos de ellos rudimentarios–, con glándulas sudoríparas carpianas muy desarrolladas y de típico olor sexual (feromonas).

Hoy en día la mayoría de autores están de acuerdo en que todos los suidos domésticos descienden de los jabalíes locales, llegándose a distinguir, según sus orígenes, dos grupos fundamentales: Las razas europeas derivadas del jabalí europeo, y las razas de cerdo chinas y siamesas derivadas del jabalí indochino (Sus scrofa vitattus).

¿Cuándo es reproductivamente madura una cochina?
El factor que determina cuándo las hembras de jabalí alcanzan su madurez sexual no es tanto la edad como con el peso alcanzado por el individuo, ya que este peso, a su vez, está estrechamente relacionado con el aporte nutricional del que disfruta el animal; y a la vez esta estrecha relación es también la que propicia que la futura progenie disponga del aporte energético suficiente como para avanzar en su crecimiento.

Este peso se ha llegado a establecer en aproximadamente los 30 kilogramos, que suele alcanzarse entre los 10 y los 12 meses de edad en la hembra de jabalí. Es importante resaltar que en el caso de carencias de alimentación esta madurez puede retrasarse hasta en 6 u 8 meses.

¿Cuándo sale en celo el jabalí?
Al contrario de lo que ocurre en las hembras de cerdo doméstico, que presentan múltiples ciclos sexuales independientemente del periodo de tiempo en el que se presentan, en el caso de los jabalíes su celo está directamente relacionado –una vez más– con el aporte de alimentación. Es por ello que el principal celo se vea circunscrito a los meses de finales de octubre a finales de noviembre, coincidente con la maduración de los frutos del bosque mediterráneo, en especial con la ibérica bellota de nuestras milenarias encinas. Igualmente, es importante resaltar que en épocas de abundancia suele aparecer un segundo celo, entre dos y tres meses después de la paridera anterior, coincidiendo con la finalización de la lactancia. Indicar en este punto que la gestación de un jabalí es prácticamente de 4 meses (más concretamente 3 meses, tres semanas y tres días). Esto supone un segundo celo apenas iniciada la primavera.

La alimentación también influye en el tamaño de la paridera
El tamaño de la camada depende de la madurez de la hembra y, de nuevo, de su aporte nutricional. El tamaño medio es de tres a cinco rayones, alcanzado valores superiores a cinco crías en hembras de gran talla y peso y en épocas de abundancia nutricional que garanticen la producción láctea que sustente a la progenie. La proporción de sexos de las progenies esta siempre cercano al 1:1, mientras que existen factores de deriva en base a las fuentes nutricionales. Así, en épocas de precipitaciones y abundancia de alimentos existen estudios que verifican la deriva hacia las hembras, lo que supone una eficacia de la población futura, mientras que en años secos existe una desviación a la población de machos. También existen datos que aseguran que las crías de mayor peso al nacer son los machos, y de ahí que, en épocas de abundancia, existe la mayor proporción de hembras en las camadas más grandes, mientras que en camadas pequeñas la incidencia de machos es mayor.

Pero sin duda, el caza vez mayor abandono de los terrenos anteriormente dedicados a la ganadería y a la agricultura favorece de forma extraordinaria que sean colonizadas por las especies salvajes más prolíficas, entre las que destaca el jabalí de forma predominante. Casos como los de Barcelona o Las Rozas en Madrid, donde la colonización de terrenos salvaje por parte de las urbanizaciones, manteniéndose esa colonización sin presión depredadora y/o cinegética, hace que la penetración del jabalí en zonas urbanas sea cada vez más frecuente. A ello se une el aporte adicional que los urbanitas hacen a estas «indefensas criaturas del bosque», que propicia no solo superpoblaciones de cochinos, sino el incremento del riesgo de accidentes de tráfico o de la aparición de zoonosis no deseadas.

Todo esto hace al jabalí el ‘rey’ de nuestros montes y el verdadero tesoro de muchas de nuestras jornadas cinegéticas. Su futuro es positivo, sustentado en su extraordinaria capacidad reproductiva, su verdadero poder y tesoro.

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