‘Overbooking’, por José García Escorial.
Siempre admiré a esos empresarios (en terminología actual serían emprendedores y dirigirían o formarían una “emprendeduría”, palabro que no existe en la RAE) que, con nula formación académica, montaron su exitosa empresa, tuvieron todo su mérito y crearon lo que he llamado el «mundo de los polígonos», que ha cubierto tantos metros cuadrados de naves en los extrarradios de nuestras ciudades y pueblos, a la vez que zonas de caza en todo el mundo.
Uno de tantos, muy airado, me llamó por teléfono a mediados de los años noventa, desde el aeropuerto, para quejarse amargamente porque le habíamos facilitado un billete con overbooking.
Era en la época en que, de forma obligatoria, todos nuestros cazadores se desplazaban a sus destinos con los vuelos que se emitían a través de un mayorista de viajes.
Sabiendo de quien se trataba, y de su casi nula formación, intenté informarle que los billetes no tenían esa cualidad, sino que eran los aviones cuyas plazas estaban vendidas por encima de sus posibilidades, práctica, además, legal.
No tuve modo de convencerle y se irá a la tumba jurando que el billete que él tenía era inferior a cualquier otro de su cabina, al gozar del estigma del sobrevendido, del overbooking.
Su habilidad empresarial iba acorde con su cerrilismo y, años más tarde, le tuve que borrar de la lista de contactos, porque con el paso del tiempo se agigantó su ignorancia hasta términos intolerables.
El “aletrado” quisquilloso realizó su vuelo previsto, la verdad es que no conozco a nadie que de forma involuntaria tuviera que quedarse en tierra por la acción de un overbooking.
En alguna ocasión, sobre todo llegando al aeropuerto con poco tiempo antes de la salida del vuelo, me han informado de la posibilidad de riesgo de overbooking, pero nunca me quedé en tierra.
En los cuatro vuelos intercontinentales que he realizado en el cuarto trimestre de este tremendo año de 2020, los aviones estaban a un 30% de su capacidad de viajeros, siendo optimistas, incluso en compañías aéreas que habían bajado su frecuencia a tan solo un vuelo semanal, cuando antes lo hacían a diario.
Por tanto, la posibilidad de que algunos viajeros tuvieran algún billete con overbooking estaba desechada para tranquilidad de mi antiguo “intelectual” cliente.
Los planes para 2021
En 2021 no habrá ferias de caza en América, me refiero a las grandes convocatorias, todas han cancelado.
En Europa las dos mayores convocatorias, Dortmund y Salzburgo, han atrasado sus fechas hasta mayo; en España se han ido hasta junio para presentar Cinegética.
Pero la realidad es que, sin empezar a distribuir las vacunas del Covid 19, hacer planes para el año que entra es más arriesgado que poseer un billete de vuelo que llevará de verdad adjunto su calidad de overbooking.
En estos momentos dudo sobre si se podrán realizar estas ferias en Europa, en cambio, tengo muy pocas dudas sobre su efectividad, que creo que será casi nula.
La contratación en la caza se rige, como todas las acciones mercantiles, por la acción de la oferta y la demanda; a veces la rigidez impositiva pública impide o modera la acción absoluta del mercado, pero al final este se impone, no hace falta ser Keynes para entenderlo.
Muchos cazadores están a la expectativa sobre los precios futuros, pero la respuesta es imposible, porque hay una pregunta previa: ¿podremos ir de caza? Que se complementa con la siguiente: ¿las zonas de caza, los campamentos, estarán llenos, habrá overbooking?
A la primera pregunta no hay respuesta real, inteligente, científica, técnica en este momento.
A la segunda es más compleja. Si el proveedor realizó una buena gestión de ventas para la temporada 2020 y se quedaron pospuestas sus cacerías hasta 2021, entonces no tendrá disponibilidad, solo podrá contar con las cancelaciones y muy pocos de los nuevos cazadores solo se podrán aprovechar del overbooking.
Por tanto, los buscadores de chollos, de rebajas insólitas, crecerán como setas en otoño pasado por agua; pero si el hotel, el avión, la zona de caza, el campamento, la finca, tiene todo vendido, entonces habrá que pensar que para nuestra aventura, nuestro sueño, nuestra cacería para 2021 no dispondremos de un billete (coste total de la expedición) más económico y, por supuesto, con overbooking.
Post data:
Para mi sorpresa, el personal de vuelo de KLM me entregó personalizada esta tarjeta. Está claro que disponen de más tiempo para poder escribir esta agradable e inédita misiva a sus clientes categoría “Platinum”.
Un artículo de José García Escorial
Diciembre de 2020
Paoland Lodge. Alicedale. Eastern Cape Province República de Sudáfrica
