Las brumas del Duero Opiniones

Soledad rehalera

images_wonke_opinion_felipe_vegueCon la última de las manifestaciones que tiene preparada el mundo rehalero, dará comienzo un nuevo periodo de consultas donde la Mesa de Trabajo deberá intentar, por todos los medios, explicar las pretensiones ministeriales a todos aquellos que olvidan la gravedad del momento que, en general, está atravesando la montería española.

La actividad de la caza con rehala en nuestro país es tremendamente variada, como corresponde a una nación con tanta diversidad, con variaciones muy distintas en el manejo de los perros y en la aportación que cada uno de los propietarios hace a la montería. De siempre al propietario/s de los perros se le compensaba de alguna forma por los gastos ocasionados para la ayuda a su mantenimiento y en algunas comunidades, incluso, toda la cuadrilla comparte los gastos que ocasiona la rehala.

El derrotero que se está dando a la caza mayor en España, el excesivo interés en convertirla en ‘caza comercial’ y el ansia justificativa del dinero y las necesidades que cubre la caza en amplias zonas deprimidas de nuestra geografía, nos ha hecho cambiar el discurso y, claro, de estos polvos…

El caso es que tenemos un Ministerio de Trabajo empecinado en ver la rehala como una actividad económica sin más y en todos los casos. Los criterios ni los esgrimen, sólo aplican las conclusiones que sus inspectores, en sus autos, ofrecen como dogma.

Y antes tanto despropósito las rehalas opinan, en su amplia mayoría, que no pueden salir a cazar y éste sí que es un verdadero drama para el mundo de la montería la comercial y la deportiva.

La decisión de manifestarse es sólo una de las muchas acciones que están previstas y consensuadas en la Mesa de la Rehala frente a los burócratas ministeriales, a quienes que se cace o no puede parecerles irrelevante.

Incluso entre muchos de nuestras filas existen diversidad de opiniones y planteamientos personalizados, pero no así en las posturas consensuadas de la Mesa de la Rehala, donde, todos a una, se trabaja en la misma dirección y con los mismos intereses.

Asociaciones dispares están obligadas a encontrarse en la defensa rehalera, incluso podrían parecer lógicos planteamientos empresariales en la montería que, a su vez, tienen obligaciones y deberes fiscales. Hasta la fecha, la elección de una u otra forma de caza se practicaba obligada por los ingresos y planteamientos de los aficionados, sobre todo de este último, pues muchos no entienden la caza como una elección de libertad frente a los resultados y garantías de la caza comercial.

Pero no entremos en este debate que daría muchos y profundos estudios. La realidad es que la montería española necesita del concurso rehalero para celebrarse. Y no hay derecho a que en la fiesta montera no puedan participar multitud de figuras que obtenían otras satisfacciones fuera de las monetarias: son parados y jubilados a los que se les niega ciertos derechos, el jubileo les llega a muchos para poder cazar y vivir intensamente la rehala y lo toman como premio a una vida de trabajo y, otros, que tienen la desgracia de encontrarse en paro, además tienen que quitar tus perros si no quiere perder las prestaciones y muchos más desatinos.

En este sentido son muy pocas las voces que se han pronunciado en contra del Ministerio. Dentro de la Mesa ha primado la prudencia en las declaraciones como vía para lograr un consenso con Trabajo. EN este sentido no necesitamos que se creen nuevos grupos en diferentes direcciones a las trilladas por la Mesa, que de estos protagonismos tenemos siempre malos recuerdos. AER, ARRECAL, ATICA, APROCA, FEC, FER, federaciones autonómicas, ONC, clubes y sociedades, y muchas más, ya se encuentran representadas en la Mesa de Trabajo. Con esta sensación y realidad de unión, que hemos logrado transmitir a los responsables ministeriales y políticos, se conseguirán resultados (¡qué duda cabe!) con una única percepción del problema.

Que las voces que se pronuncien hasta los organismos públicos y todo tipo de personas cuya influencia pueda ayudar a la resolución del problema, no contribuyan a la dispersión del mensaje que se quiere transmitir: rechazo contundente a la medida mientras no se conozca el fondo de la cuestión por éste y los futuros ministerios que quieran, una vez más, señalar a la rehala como blanco específico de futuras disposiciones. Son ya muchos años peleando contra tantas disposiciones absurdas arrojadas a la actividad cinegética, por silencios de partidos políticos que, en teoría, nos representan, pero que no pronuncian una palabra a favor de los cazadores.

Tenemos poco tiempo para informar antes de la temporada montera. Mientras tanto y aunque algunos puedan desmarcarse, no debemos comprometernos a montear la próxima temporada. Necesitamos seguridad para la rehala y esto es algo que no nos proporcionan. Nos puede gustar más o menos, pero todos tienen que apoyarnos por la falta de garantías y ausencia de los derechos adquiridos, aunque estemos en posesión de documentos legales que hasta la fecha eran los apropiados para cazar con rehala.

Sabemos el grave perjuicio que para los rehaleros puede suponer dejar de cazar. Esta medida es para no generar mayor tensión y grave daño para las maltrechas economías familiares hasta no recibir una contestación satisfactoria por parte del Ministerio de Trabajo.

 

Por Felipe Vegue.

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