Comentaba, en este mismo medio, hace unos meses, que el aficionado a la caza pasaba de cazador a pieza con motivo de las famosas inspecciones de Trabajo y por la cuestión local derivada del interés de varias entidades por organizar una feria de caza en Ciudad Real del 12 al 14 de septiembre.
El sector privado apostaba por ella, en particular la empresa cordobesa Deportalia y por otro lado, la ciudadrealeña Comercio Activo. Las dos lo hicieron por iniciativa propia, sin pactos previos; por tanto, ambas se consideraban capacitadas por sí solas para organizar el evento.
Como cualquiera con más de dos dedos de frente, lo primero que hicieron fue hablar con las asociaciones más destacadas del sector, que como todo conocedor del mundo cinegético sabe, tienen en Ciudad Real una importante representación. Recordemos, por ejemplo, a APROCA, la sección de caza de ASAJA, ASICCAZA y ATICA C-LM.
Al menos, dos de dichos grupos propusieron que sería conveniente la unión de locales y foráneos para revivir la feria de septiembre, cuestión que, al menos la aspirante local, consideró como acertada, lo que ha reconocido públicamente. Comercio Activo, seguro que con otros méritos, que desgraciadamente desconozco, tenía reservado el pabellón ferial de la ciudad, lo que impedía a los cordobeses lograr este requisito, y Deportalia contaba con la experiencia en organizar ferias de caza y una importante cartera de clientes para dar salida a las distintas ubicaciones.
La falta de acuerdo, entre ambas, tuvo como consecuencia que nos quedemos sin feria de la caza en septiembre. Deportalia no disponía de un sitio adecuado para organizar la feria, por lo que quizá no podamos reprocharle nada. Comercio Activo tenía el sitio adecuado, pero… ¿le era imprescindible la colaboración de la empresa cordobesa? Me queda la duda de si alguna de las candidatas pidió colaboración a nuestras administraciones. No quiero entrar en más detalles.
Ambas, al parecer, por lo publicado a primeros del pasado mes en el diario La Tribuna, de Ciudad Real, están dispuestas a organizar FERCAZA el noveno mes de 2015. Por el bien de la actividad y de la propia ciudad espero que pueda llegar el acuerdo y, en caso contrario, que una de las dos ceda y no impida su celebración.
También sería conveniente que intentaran recuperar el nombre de FERCATUR, por aquello del poso, y para que, a mi entender, una de las grandes capitales de la caza en Europa no tenga una feria, a estas alturas, con el apellido de primera edición.
Con todo, el mes en el que por fin podría haberse ensalzado el nombre de Ciudad Real al más alto nivel, como merece en el ámbito cinegético, empezó cojo.
Nos tuvimos que conformar únicamente con la jornada del viernes 26, del I Congreso Nacional de Turismo Cinegético, en la que estuvieron programadas, además de una serie de actividades populares por la ciudad, tres mesas redondas. Una gastronómica, como se deduce del nombre Del campo a la mesa y de las otras dos, sólo puedo decir que no terminé de ver el interés.
Las anunciaron como ‘venta directa o paquetes’ y en referencia a la gestión ‘¿Qué han hecho otros países?’, quizá alguien algún día nos explique su importancia sobre otros temas de actualidad, amén de posibles conferencias y ponencias.
En todo caso, sólo se trató de una jornada y el organizador hizo lo que consideró más adecuado. Los cazadores y sus organizaciones echaron en falta la presencia de reconocidos conferenciantes, así como de la exposición y debate de temas de actualidad, como es el caso de la problemática de las rehalas y del conjunto del sector a causa de las inspecciones de Trabajo y Seguridad Social, la actualidad y potenciación del sector de la carne de caza, la nueva Ley de Caza de Castilla-La Mancha que está a punto de salir a la luz…
No quiero olvidar que el día 27 esta revista, Caza y Safaris, a mi entender, la de mayor importancia en España en cuanto a las actividades que realiza, tuvo la deferencia de organizar su gala anual de entrega de las Caracolas –en este caso su XXX edición–, y la comida de hermandad, en la ciudad.
Más vale tarde que nunca…
Por Juan Caballero de la Calle.
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