Opiniones Pluma invitada

El Gobierno de Canarias, sin rumbo en materia cinegética


Rebuscando, encontré en el Boletín Oficial del Parlamento de Canarias del 21 de marzo la respuesta a Asunción Delgado Luzardo, del Grupo Parlamentario Podemos, preguntando sobre la reunión mantenida entre el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo Batlle, junto a la consejera Nieves Lady Barreto Hernández, de Política Territorial, Sostenibilidad y Seguridad, con el lobby de la federación deportiva de caza. Al parecer, en dicha reunión llegaron a un acuerdo entre esas partes para que la cacería pase de la Consejería de Medio Ambiente a la Consejería de Agricultura, como así contesta en el citado boletín el viceconsejero de Relaciones con el Parlamento y Transparencia, José Francisco Armas Pérez, a la Sra. diputada de Podemos: “Si se mantuvo la reunión por la que pregunta y habrá una próxima con el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas”. Hasta el momento institucionalmente no se había pronunciado nadie.
Por otra parte, la Asociación Canaria de Entidades de Caza (ACEC) mantuvo una reunión el pasado 7 de abril con la viceconsejera de Medio Ambiente, Blanca Delia Pérez Delgado. En el encuentro se pusieron diversas cuestiones sobre la mesa como la democratización en la elección de los representantes en los Consejos de Caza, la carencia de planes de caza y gestión de las zonas de caza controlada y la reinversión del dinero de los cazadores en el campo por parte de los cabildos. Destacando un estudio de las enfermedades del conejo, propuesto recientemente por la ACEC y que ya se debiera haber hecho a iniciativa del Gobierno por ser el responsable de ello.
Para el estudio de las enfermedades, según la Ley de Caza, las Consejerías de Medio Ambiente y Agricultura deberán ponerse de acuerdo como así lo expusieron los cazadores a la citada Viceconsejera. Sin embargo, los miembros de la ACEC pudieron leer entre líneas que ya Blanca Delia poco podía hacer. Las cuestiones cinegéticas están en manos de Agricultura de forma oficiosa, debiéndose generar algún tipo de trámite administrativo-legislativo para hacerlo firme.
En otro orden, la Ley de Caza contempla a la Consejería competente en Medio Ambiente como administrador en materia de caza. Por tanto, se plantea la siguiente cuestión: si el Gobierno pasa a Agricultura la cacería deberán hacer una modificación de la ley haciendo insostenibles las prebendas a sus amigos cercanas a la inconstitucionalidad.  Aunque también pueden articular algún tipo de modificación puntual aprovechando otra norma e incluso cediendo competencias por alguna ventana legislativa. Sea como fuere, mucho me temo que no podremos participar y mucho menos alegar en las normas que nos afectan como ciudadanos y cazadores.
Bien es verdad que durante todos estos últimos años Medio Ambiente no ha mostrado interés por la cacería, todo lo contrario. Se ha sometido a grupos ecologistas con la prohibición de la codorniz y tórtola común sin datos fiables, ha redactado un procedimiento para las repoblaciones a los pocos meses desfasado y ha mirado para otro lado en muchos asuntos. Pero en Agricultura no quieren a la cacería como he comprobado en mis carnes, además de desconocer la actividad. Es aquí, en la ignorancia, donde algunos quieren pescar, perdón, cazar. Los mismos, estos días estaban frotándose las manos porque la Consejería de Deportes del mismo gobierno canario dispondrá de 1,5 millones más para los deportistas canarios que se desplacen a competiciones, mientras la caza y cazadores canarios desaparecen.
En definitiva, la cacería pasará a Agricultura por la puerta de atrás con todos los problemas atrasados. Como hasta el momento, no habrá ni un solo administrativo dedicado a la pasión de los cazadores en toda Canarias por lo que seguirá sin rumbo, en el presente hasta sin capitán.  Por si ello fuera poco, desde Medio Ambiente podrán poner alguna traba ecológica cuanto menos burocrática o simplemente se quitaran el marrón de encima sin más. Mientras tanto, seguiremos perdiendo biodiversidad y cazadores de una actividad ancestral, rendida a intereses espurios por políticos mirando hacia sus poltronas alejadas del bien común.
Por Eloy Coello Luis, presidente de la Sociedad de Cazadores la Laurisilva y vocal de la Asociación Canaria de Entidades de Caza (ACEC)

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