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Pluma invitada: ‘¿Para qué sirve la investigación cinegética?’

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Si uno ojea la investigación que se realizaba hace treinta o cuarenta años en caza y fauna silvestre posiblemente se pregunte qué hubieran hecho con los medios de hoy aquellos investigadores. Antes no había ni radioseguimiento ni cámaras de fototrampeo ni GPS y apenas sí había ordenadores, por lo que las aplicaciones informáticas ‘brillaban por su ausencia’. Unos prismáticos, ropa de campo, buenas botas de campo y muchísimos días de monte detrás de los bichos. Eran otros tiempos.

Por Julen Rekondo

La tecnología ha ido ganando peso y la ciencia avanza por momentos. Lo estamos viendo todos los días con nuevas herramientas que vamos incorporando y que paulatinamente van llegando a la gestión cinegética, que falta nos hace.

Hace no mucho tiempo los investigadores y cazadores se preguntaban si en el futuro sería posible «poner una cámara» a los bichos para, además de saber dónde están ver qué están haciendo. Pues que no se asuste nadie porque esto ya es posible en algunas especies. Una empresa del sector ya ofrece collares para grandes mamíferos y los resultados son prometedores. Sí, en el futuro podremos ver en directo a nuestras becadas, perdices, corzos, jabalíes, ciervos, anátidas y codornices mientras vuelan, caminan o nadan en un río.

Pero realmente el objetivo de este artículo no es mostrar los avances habidos, sino que, partiendo de ellos, resaltar la importancia de la investigación cinegética, y por supuesto, su divulgación para el conocimiento del conjunto del sector cinegético.

Jabalies copy julen rekondoY, para comenzar, diré cuál debe ser el objetivo de la investigación cinegética. En mi opinión, es el de concienciar a la sociedad en su conjunto, y particularmente a cazadores, conservacionistas y administraciones, de que la buena gestión cinegética y de los recursos naturales requiere de una sólida base científica. Sobre qué debe abarcar la investigación científica, diré que todos los campos son importantes, y la clasificación varía según regiones y según nos pese más la caza mayor, la menor, o la conservación. Empezando por el final, parece importante poner en valor lo que la caza aporta a la sostenibilidad del medio rural, tanto económica como ecológica. En un mundo cada vez más urbanita, la caza va a ser crecientemente cuestionada, y es importante dar a conocer su papel y su potencial para la conservación.

En cuanto a las especies de caza, un elemento clave es monitorizar sus poblaciones de forma precisa y continuada. Esto ocurre en algunas regiones del Estado español, pero falta mucho esfuerzo en algunas otras. Sin un buen seguimiento de las poblaciones, difícilmente podremos medir el efecto de nuestra intervención.

Por otra parte, en un entorno tan crecientemente artificial como el europeo en general y el ibérico en particular, es importante impulsar la gestión activa, más allá de los simplistas planes cinegéticos. Sin duda, y para remarcar claramente la importancia de la investigación cinegética, un ejemplo concreto, es la demostración de que es posible recuperar las poblaciones de animales silvestres a partir de repoblaciones con animales silvestres. Que las sueltas duras de animales de granja, contribuyen a la extinción de las poblaciones naturales.

¿Cuáles han sido los logros más importantes en las últimas décadas? Se han establecido las bases de conocimiento mínimas de la biología y la ecología de la mayoría de especies cinegéticas ibéricas. Ya casi no hay que recurrir a datos bibliográficos de autores ingleses o franceses. También se han empezado a poner las primeras piedras de una investigación aplicada para la gestión. Ya no se responde a preguntas básicas, se busca saber cómo se comportan las poblaciones en diferentes escenarios de gestión.perdices copy julen rekondo

Sobre la perdiz roja autóctona, ¿hay que investigar y estudiar algo? Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena… y en estos tiempos hay de todo en “la viña…», desde posturas muy pesimistas, hasta otras intermedias y también algunas más optimistas. En mi opinión, hay demasiados intereses en juego y el mal está ya muy extendido. Creo que la perdiz roja silvestre es ya casi anecdótica en muchos lugares de la península Ibérica, lo que es casi decir en casi toda su área de distribución mundial. Muchas poblaciones están ya hibridadas y curar ese mal es complicado, sobre todo si no se pone freno a la producción «industrial» de aves de granja y no se apuesta en serio por fomentar la calidad. Las normativas de caza, en temas de calidad y pureza genética, acaban siendo cantos de sirena y declaraciones de intenciones sin más aplicación práctica. Por otra parte, la gente suele querer soluciones rápidas y cazar todas las temporadas, sin sacrificar nada ni renunciar a nada… y no existen varitas mágicas en la naturaleza. Para fomentar la caza, la gestión de hábitat es una herramienta útil y eficaz. Entiendo que debe ser la base de la gestión cinegética, aplicándose en combinación con otras medidas (cupos, reservas, predadores, etc.). Pero es un tipo de gestión que requiere tiempo y paciencia para obtener resultados. Y también capacidad de negociación con otros agentes implicados en el escenario territorial en el que se mueve la caza. El hábitat, el territorio, rara vez es propiedad de los cazadores, por lo que actuar sobre él es complicado o hay otras prioridades. Suelen ser demasiados problemas… Una cosa lleva a la otra y al final se acaba volviendo a las repoblaciones. Pero, pienso que todavía se pueden crear espacios cinegéticos en los que se gestione correctamente y se fomenten poblaciones de perdiz roja silvestre que actúen como reservorios.

Por Julen Rekondo, químico, periodista especializado en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente 1998.

 

 

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