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Abandono de perros de caza en España: datos reales

Una de las mentiras del colectivo animalista más difundidas es que la mayoría de los abandonos de perros en España se producen justo después de terminar la temporada de caza. De la misma forma, con el partido PACMA a la cabeza, los animalistas denuncian sin rubor que el abandono de galgos es de 50.000 ejemplares al año en nuestro país.

¿Qué hay de cierto en estos datos? En ANATUR, hartos de los dogmas falsos, eslóganes tendenciosos y frases de denuncia sin base sobre el abandono y maltrato de perros por parte de los cazadores, queremos aportar luz al debate desde el rigor y aportando datos oficiales.

En primer lugar, ANATUR desmiente que en España sea la temporada de caza el momento del año donde se producen más abandonos. Eso es directamente falso, y lo es tanto atendiendo a datos de la Fundación Affinity como a cifras ofrecidas por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA).

La Fundación Affinity es una organización de prestigio que lucha contra el abandono y la tenencia responsable de mascotas y publica anualmente un informe detallado de los perros abandonados, adoptados y perdidos en nuestro país. Este informe anual denominado “Estudio sobre el Abandono de Animales de Compañía” se realiza a través de encuestas a más de 250 protectoras de animales y todos los ayuntamientos de más de 10.000 habitantes. Según datos del pasado año, en España se abandonaron algo más de 100.000 perros de los que, desglosados por causas de abandono, un 15% fue por causa del comportamiento del animal, otro 15% por ser camadas indeseadas, un 12% por factores económicos, un 10% al finalizar la temporada de caza, un 9% por cambio de domicilio y el 39% restante por otras causas. En resumen, sólo un 10% de los perros abandonados en España lo son tras la temporada de caza, cifra que no encaja con el mantra animalista que quiere desprestigiar al colectivo cazador.

Pero hay más: la Fundación ofrece los porcentajes de perros abandonados en los tres cuatrimestres del año y, de nuevo, los datos no encajan con el mensaje de PACMA y sus acólitos. El porcentaje de abandono en el primer cuatrimestre es del 32%, en el segundo cuatrimestre, del 35%, y en el tercero, del 33%. La temporada de caza finaliza en el primer cuatrimestre del año (febrero), precisamente cuando menos abandono de perros hay en España. Es precisamente el segundo cuatrimestre, coincidiendo con las vacaciones estivales, cuando se produce la mayor tasa de abandono. Ante los eslóganes animalistas, datos.

Con respecto a la segunda gran falacia de protectoras de animales y PACMA (el abandono y ahorcamiento de 50.000 galgos al año en España), las cifras son, si cabe, aún más clarificadoras. De hecho, el capitán del SEPRONA José Manuel Vivas reconoce públicamente que el abandono y muerte de galgos tras la temporada de caza es, literalmente, “leyenda negra”.

Analicemos las cifras: según los registros de la propia Federación Española de Galgos, en España hay 27.000 ejemplares de galgo español registrados con garantías genéticas. Ese dato ya implica la imposibilidad que se abandonen y maltraten 50.000 galgos al año en España, porque, sencillamente, no los hay.

En cualquier caso, atendiendo a los mismos datos de la Fundación Affinity, si en España se abandonan de todas las razas unos 100.000 perros al año, y de los mismos sólo el 10% es tras la temporada de caza, es sencillamente imposible que sean 50.000 los galgos abandonados, las cuentas no salen. Es, pues, deleznable que asociaciones como SOS Galgos o Scooby, o incluso partidos políticos como PACMA o Ciudadanos, se apoyen en cifras que son radicalmente falsas.

Si de algo sufren los galgos en España no es de maltrato o abandono de sus dueños legítimos (que es algo absolutamente residual), sino de la lacra del robo por parte de mafias organizadas. En concreto, según datos del SEPRONA, más del 50% de los perros que se roban en España son de la raza galgo. Este robo indiscriminado es lo que engorda las cifras de abandono de esta raza, ya que los delincuentes, una vez probados los animales robados, pueden abandonarlos o maltratarlos si no les encuentran salida en el mercado negro. Es decir, sí que se abandonan galgos en España, pero no son los cazadores (galgueros) los que practican estos delitos (que pueden suponer penas de hasta 18 meses de cárcel).

En 2016, según datos del SEPRONA, se produjeron 132 denuncias por robo de galgos. Sin embargo, en palabras de la Federación Española de Galgos, en ese tipo robos suelen llevarse en torno a 4-5 galgos de los criaderos donde acceden los ladrones, por lo que la cifra real debe oscilar entre 500-600 galgos robados anualmente. Por desgracia, la mayoría de estos galgos robados son abandonados y maltratados por los delincuentes que los sustraen, provocando que el colectivo galguero, dueño legítimo de los animales y el mayor garante de su bienestar, sea injustamente señalado por parte de la opinión pública, ignorante de lo que realmente ocurre.

Desde aquí, ANATUR quiere romper una lanza en favor de la Federación Española de Galgos, ya que es la única institución nacional que se ha presentado como acusación particular en los casos que, sobre estos temas, se han instruido en España en los últimos años. De hecho, en el caso de la Operación Harry/Clavijo, la Federación se hizo cargo de los más de 100 galgos requisados por la Guardia Civil, ya que las protectoras no quisieron hacerse cargo de los animales. Las protectoras aludían a que “no podían darlos salida”, ya que los galgos debían estar a disposición del juez instructor. Hipocresía y negocio animalista resumidos en una sola frase.

De la misma manera, en ANATUR queremos denunciar la mala praxis de protectoras de animales como BaasGalgo, que no denuncian cuando recogen galgos abandonados, cuando, probablemente, muchos de ellos sean animales robados, perfectamente identificados y que se podrían devolver a sus legítimos dueños. Lo mismo ocurre con la Asociación Protectora Zarpa, tristemente famosa por ofrecer en adopción, de las manos de Dani Rovira en el programa “El Hormiguero”, un galgo identificado con un tatuaje en la oreja de la Federación Española de Galgos (método de identificación implantado en 2010 ante el creciente número de robos que sufría el colectivo galguero. Este método es legal y está incluido en el artículo 3 del Reglamento de Carreras en Campo de la Federación Española de Galgos, aprobado por el Consejo Superior de Deportes). La ignorancia de la protectora era tal que afirmaron sin rubor que el tatuaje se utilizaba como registro para carrera ilegales, y se vieron, incluso, obligados a pedir disculpas públicamente y entregar el animal a la Guardia Civil para localizar a su propietario.

Desde ANATUR queremos concluir diciendo que los cazadores, en general, y los galgueros, en particular, son los mayores amantes de sus perros. Para todo cazador que se precie, su perro es su compañero de lances, su amigo. No permitiremos que las falacias, datos sesgados y mensajes oportunistas pongan en cuestión a los mayores garantes del bienestar de los perros de caza, que son, precisamente, los cazadores.

Por Jordan Santos – Acción Natural Ibérica (ANATUR)

 

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