Coloquios con J. I. Herce Opiniones

José María Losa Reverte: «La caza es una manera de vivir». Coloquios con J. I. Herce

Amo la caza
José María Losa declara a José Ignacio Herce durante el coloquio que «la caza para mí no es un deporte, es una manera de vivir».

«Todo el tiempo que no se emplea en la caza es tiempo perdido»

(George Colman Sr)

JIH: ¿Estás de acuerdo con esta cita?

(JM) (Ríe) Estoy de acuerdo, pero hay que dedicarse a algo para poder cazar… aunque la frase me viene como anillo al dedo.

JIH: Abogado, pero, sobre todo cazador. ¿Curiosamente como abogado no te dedicas a temas de caza, o sí?

(JM) Sí, llevo temas de caza. Fundé la Asociación ENDECA y la cree precisamente para los cazadores de a pie, que en muchas ocasiones no tienen medios para contratar a un abogado que los defienda. Lo hice para defenderlos de los ataques en los medios y en otros pequeños casos del día a día a un precio más asequible. Sobre todo, mi idea era que sintieran que no estaban solos. Hoy día, seguimos en la brecha porque sigo creyendo que ese sector no debe de quedar indefenso. Quizá esto debía de hacerlo la Federación, además de otras muchas cosas…

JIH: Ahora que sale la Federación, ¿la caza es deporte para ti?

(JM) Para mí la caza no es un deporte, es una manera de vivir. El deporte lleva unido la competición y yo no compito con nadie.

«Para mí la caza no es un deporte, es una manera de vivir. El deporte lleva unido la competición y yo no compito con nadie»

JIH: Representante de la Región 43 en el Safari Club Internacional (SCI), que está formada por cinco Capítulos: Iberian Chapter, Italian Chapter, London Chapter, Helvetia Chapter y Lusitânia Chapter. ¿Cuéntanos qué es esto?

(JM) Probablemente se nos añadirá Francia, Grecia y Portugal. Además, me han dado también el Vaticano, pero no tengo muy claro si se hará Capítulo (sonríe).

El SCI es una asociación norteamericana sin ánimo de lucro pro defensa de la conservación y de la caza. Su objetivo es realizar una serie de actividades, en este sentido y los Capítulos lo que hacen es homogeneizarlas en unidades geográficas. Se busca sobre todo hacer actividades de carácter social, como la que hemos llevado a cabo desde el SCI Iberian Chapter, consistente en la donación de 6.500 raciones de carne de caza a comedores sociales para demostrar lo que la caza puede aportar a la sociedad. También hemos llevado sangre de venados de Ciudad Real al centro de la reserva natural de Cataluña para buscar la mejor genética de los animales. Y todo esto con la ayuda de nuestros socios, porque vivimos de nuestras cuotas, sin subvención de ningún tipo.

«En el SCI se busca sobre todo hacer actividades de carácter social, como la que hemos llevado a cabo desde el Iberian Chapter, consistente en la donación de 6.500 raciones de carne de caza a comedores sociales para demostrar lo que la caza puede aportar a la sociedad»

JIH: ¿Qué hacéis desde el SCI para promocionar a los jóvenes?

(JM) (Se ilusiona) Eso me parece importantísimo, he donado junto a otro socio corzas al SCI para atraer a gente joven. Una fantástica experiencia en la que los que tenían licencia completaban el rececho y los que no la tenían vivieron toda la acción de caza menos el disparo que realizaban los acompañantes. Te diré que tuvimos un socio de nueve años.

JIH: Pregunta obvia, ¿CIC o SCI?

(JM) A mí me da lo mismo, es más, desde el SCI estamos intentando acercarnos cada vez más al CIC porque entiendo que todos debemos remar en la misma dirección y poco a poco se va consiguiendo cosas, gracias al trabajo de gente como Miguel Estade, miembro de ambos clubes que ya va consiguiendo algunos acercamientos, aunque es complicado porque a las viejas asociaciones les cuesta soltar su soberanía.

JIH: Tú cazas mucho fuera de nuestro país y seguro que más de una vez piensas «ojalá fuera así en España», ¿cuándo, por ejemplo?

(JM) (No duda) En Centroeuropa viven la caza desde un punto de vista muy social, cada club o sociedad tiene su casita en el campo y después de una cacería no salen corriendo, se van allí y comen, comentan la cacería, toman decisiones… en suma, lo viven. Esa unión es lo que echo de menos en nuestro país, yo lo he intentado y es muy complicado.

Y luego echo en falta un museo de caza (ríe) donde poner todos esos trofeos que tenemos y yo, que soy optimista por naturaleza, confío en que algún día nuestro Capítulo tenga la posibilidad de llevarlo a cabo cerca de Madrid. Imagínate poder crear un círculo de cazadores donde juntarnos para charlar… ya que, a mí, como verás, me encanta hablar (ríe).

JIH: ¿Qué has aprendido en todas tus experiencias cinegéticas fuera de nuestras fronteras y que entiendes que todo cazador debería conocer?

(JM) (Tajante) El respeto al animal. He cazado en 43 países, pero mi espejo es Europa y aquí ese respeto por las pequeñas cosas, como tratan la carne… te hacen sentirte bien. Cazar un animal que es bellísimo y manifestándole respeto es algo maravilloso.

«Cazar un animal que es bellísimo y manifestándole respeto es algo maravilloso»

JIH: Hay un magnífico cuadro de Sorolla de título ¡Aún dicen que el pescado es caro!, por el esfuerzo y sufrimiento que supone. José María, ¿esto sería aplicable a algunos aspectos de la caza?, y no me refiero económicamente.

(JM) Evidentemente, sí, y te voy a decir por qué. Los que me conocéis sabéis que estoy gordo y mi gran ‘desgracia’ es que el tipo de caza que me gusta es la de alta montaña, así que imagínate mi esfuerzo. Yo voy despacito pero siempre llego. Todos nos tomamos nuestros esfuerzos como que no lo son, pero sí que lo son, hay gente que se cuida mucho, comen poco (no es mi caso), se madruga, se recorren miles de kilómetros… la caza siempre viene acompañada por el esfuerzo. No sólo es el trofeo, hay muchas cosas más. Yo disfruto de todo.

JIH: ¿Has tenido alguna experiencia en tus viajes que te hizo pensar «no vuelvo a salir más de casa»?

(JM) (Ríe) Una sola no, varias. En Tayikistán me fui a cazar el íbex y tras de tirarme el caballo, que no estaba contento con mi peso, me tocó hacer todo el recorrido andando. Después de cinco o seis horas andando me preguntaba «¿y yo qué coño hago aquí?». Pero se acabó, me vine sin trofeo, con una paliza enorme y me dije «¡no vuelvo nunca más a este país!…», y acabo de volver de allí (ríe).

JIH: ¿Qué ejemplar te falta y que no te querrías retirar sin haberlo cazado?

(JM) Muchos, pero por su coste y ubicación los marjores, pero, por ejemplo, me llama mucho la atención el mountain goat, la cabra blanca de Estado Unidos. Pero mis rodillas me dicen «a dónde vas sin dejar de comer», o dejo de comer o dejo de cazar en alta montaña… creo que dejaré de comer, que también es durísimo (sonríe).

JIH: ¿Crees que en España estamos aquejados de trofeitis aguda? ¿Tú la padeces?

(JM) No, yo me considero un coleccionista menor. Puedo estar orgulloso de haber cazado en 43 países y de tener amigos en todos ellos. Soy incapaz de pagar grandes cantidades por tener un trofeo más grande que el de otro. Yo respeto al que lo hace, pero no lo comparto, eso sí, no admito ni considero admisible tener un animal en una jaula para pegarle un tiro, por ejemplo. Si el animal no tiene posibilidad de escaparse no es caza.

«No admito ni considero admisible tener un animal en una jaula para pegarle un tiro, por ejemplo. Si el animal no tiene posibilidad de escaparse no es caza»

JIH: ¿Cuál sería tu retiro dorado, tu paraíso de caza al que te irías sin dudar?

(JM) (Piensa) Buena pregunta, pero, sin duda, España, soy español hasta la médula. Estoy enamorado de mi país. Quizá en mi casita de la playa donde tengo mis trofeos. Pero si tuvieseis que buscarme… hacerlo por África.

JIH: ¿Sin pensar, ese lance que nunca olvidarás?

(JM) (Sin dudar) El íbex alpino y también el león, el primero por la dificultad, llegando a pasar hasta peligros, y, el segundo, por la sensación que me produjo verle allí muerto y que me hizo pensar «por qué no te levantas y sales corriendo». Me dieron hasta ganas de llorar… una cosa muy rara que no me había pasado nunca (se emociona).

No olvidaré nunca la sensación que me produjo ver el león allí muerto y que me hizo pensar “por qué no te levantas y sales corriendo”. Me dieron hasta ganas de llorar… una cosa muy rara que no me había pasado nunca»

JIH: ¿Ese lance que te gustaría olvidar?

(JM) Pasar toda una montería cuerpo a tierra. Por eso solo voy a monterías que organizo con amigos y alguna más de las que no puedo decir que no.

JIH: ¿Qué has llegado a dejar por ir de caza, a sabiendas de que te iba causar un problema…?

(JM) (Sin dudar) Cuidar a mi familia, los quiero, los cuido… pero alguna vez me distraigo. Y también he dejado de pescar, que me apasiona, pero mi mujer me dijo vale una afición, pero dos… y, claro, tuve que elegir (gesto apesadumbrado).

JIH: ¿Crees que existe relevo generacional de la caza en nuestro país o el animalismo nos va comiendo terreno?

(JM) Estamos jugando una partida y, aun con cartas, la estamos perdiendo por no saber jugar. Jóvenes y potencial tenemos, pero si somos tan egoístas que no queremos llevar a un joven a cazar porque nos molesta, si no permitimos que un joven nos espante un lance, si no permitimos cosas como estas que nuestros padres y abuelos sí hicieron, estamos perdidos.

«Estamos jugando una partida y, aun con cartas, la estamos perdiendo por no saber jugar. Jóvenes y potencial tenemos, pero si somos tan egoístas que no queremos llevar a un joven a cazar porque nos molesta, estamos perdidos»

JIH: ¿Qué habría que hacer para fomentar ese relevo?

(JM) Lo que comentaba antes, mis hijas y sobrinos cazan porque me los he llevado al campo y les he ido enseñando todo, el porqué de las cosas, etc… Hay que fomentar que los amigos de nuestros hijos vengan a cazar con ellos e ir saliendo de nuestro entorno.

Y proyectos como el que he comentado del SCI de promoción de caza entre los jóvenes.

JIH: ¿Qué crees que se debería hacer por parte de los cazadores para cambiar esa imagen que se tiene actualmente propiciada desde los sectores animalistas, quizá labores sociales como la que habéis realizado recientemente?

(JM) ¡Pues claro! Cosas así son las que van cambiando nuestra imagen. Dimos 2.000 raciones a una ONG que se llama AVANZA e incluso servimos la cena a los sin techo. Los que comen allí, lo hacen gracias a los cazadores.

JIH: Por cierto, y ya que estamos con ello, ¿por qué no se come carne de caza en España siendo un país cazador?

(JM) La verdad es que no entiendo el porqué, aunque cada vez se va comiendo más. Quizá no se ha sabido cocinar. Recuerdo que en el Capítulo de Cataluña hicimos el día de la becada que allí cazábamos. Nos las cocinó un chef con estrella Michelin… y lo voy a repetir este año.

Ahora tenemos una gran suerte y es que hay tres o cuatro cocineros de prestigio que están trabajando la carne de caza. España es uno de los mayores productores de caza de Europa, con una carne certificada, sana y que nos permiten confiar en que este mercado tome fuerza.

Yo en mis cenas siempre pongo carne de caza, salvo cuando pongo caracoles (ríe).

JIH: Hay que hablar del 3 de marzo, ¿qué te parece esta situación de división?

(JM) (Rotundo) Horrible. A mí me da igual quien la encabece, el SCI estará allí, porque apoyaremos cualquier actividad en favor de la caza.

«Me parece horrible la situación de división ante la manifestación del 3 de marzo. A mí me da igual quien la encabece, el SCI estará allí, porque apoyaremos cualquier actividad en favor de la caza»

JIH: Creo que tienes una ‘cierta’ afición a la gastronomía en todas sus variantes y sobre todo de caza ¿Con qué plato de caza salivas solo de pensarlo?

(JM) (Ríe y creo que saliva…) Yo hago unas fantásticas albóndigas de caza, pero te reconozco que cualquier pieza de caza, si la tratas con mucho cariño te sale bien.

Hace poco en Zimbabue cazamos un impala y les hice una especie de ‘roast beef’ que estaba tremendo (me parece que sigue salivando con su recuerdo) y después un estofado de rabo de elefante que ni te cuento.

Y también esta buenísima la carne de alce.

JIH: La pregunta final, ¿qué te gustaría que te hubiese preguntado y no lo he hecho?

Pues quizá, ¿por qué hago todo esto?, y la respuesta es muy sencilla, porque estoy enamorado de la caza. Amo la caza y es algo que no puede dejar perder para que la disfruten mis nietos, biznietos… y puedan saber lo que es vivir el campo y la caza como lo he vivido. Nadie tiene derecho a quitárselo y por eso hago lo que hago.

Amo la caza y es algo que no puede dejar perder para que la disfruten mis nietos, biznietos… y puedan saber lo que es vivir el campo y la caza como lo he vivido. Nadie tiene derecho a quitárselo y por eso hago lo que hago»

Un agradabilísimo coloquio en el que no sé cuál de los dos hemos hablado –y espero que disfrutado– más… y porque teníamos almuerzos pendientes, que sino todavía seguimos charlando. Y, sobre todo, una cosa que me encantó fue el ver que estábamos de acuerdo al cien por cien en casi todos los temas que tocamos.

Gracias, José María, por tu tiempo y, espero, por tu amistad.

Coloquios con José Ignacio Herce Álvarez

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