Opiniones

Coloquios con José Ignacio Herce. Alfredo Quintas, joven ganadero y cazador

Alfredo Quintas (AQ) tiene 24 años, pero pese a su juventud ya es un ganadero y un cazador de reconocido prestigio.

Nuestro refrán al uso.

«De los toros solo saben las vacas», refranero taurino

¿Es verdad esto? 

(AQ) (Se ríe) Muy bueno, muy bueno… eso es cierto, de los toros solo saben las vacas sin lugar a dudas, los ganaderos solo sabemos lo que ellas nos dejan añadir (ríe).

¿Qué es para ti el toro?

(AQ) (Con auténtico sentimiento) Para mí es el animal más bello del mundo. Cuesta mucho explicarlo… quizá sea por el sentimiento que tengo hacia él, pero yo como cazador y ganadero he visto muchos animales en el campo y te digo que verle por el campo o como se estira al salir a la plaza es algo inigualable. Cada encaste tiene su carácter y a su vez dentro de él, cada toro es diferente, nunca sabes cómo te va a salir.

Alfredo Quintas: «Para mí el toro es el animal más bello del mundo. Cuesta mucho explicarlo… quizá sea por el sentimiento que tengo hacia él»

Define con una palabra lo que te sugiere el toro

(AQ) (Sin dudar) Bravura.

Cuéntanos algo sobre tu ganadería y qué significa para ti

(AQ) Buena pregunta… para mí es algo muy sentimental, la inicio mi tatarabuelo y llega hasta mi padre que vive y muere por la ganadería. Lo perdí muy joven cuando solo tenía dos años, pero dejó iniciado un proyecto que yo según iba creciendo fui asimilando. Mientras mi familia seguía con la ganadería, a mí se me iba metiendo el veneno en el cuerpo, hasta que cuando acabé mi carrera llegó el momento en que mi hermana Paula y yo decidimos hacernos cargo del proyecto. Empezamos con manso y ahora estamos con la tramitación para poder meter el ganado bravo lo que significaría llevar a cabo el proyecto de mi padre.

¿Y la caza?

(AQ) La caza es… (medita un rato) mi hobby, el tiempo que me deja el toro lo dedico al cien por cien a la caza. Me ayuda a despejarme, a desconectar de todo. Nada como una espera o el rececho de corzo… pienso que quien va a un rececho de corzo ya no puede dejarlo.

Alfredo Quintas: «El tiempo que me deja el toro lo dedico al cien por cien a la caza. Me ayuda a despejarme, a desconectar de todo. Nada como una espera o el rececho de corzo…»

¿Crees que en nuestro país se respeta al animal, sea toro o pieza de caza?

(AQ) Creo que en la caza no, por ejemplo, el tiro a larga distancia no es mi idea de la caza, a mí me gusta más el tiro cercano, dando opción al animal para que tenga las mismas opciones que el cazador. En cambio, en el toro sí que veo que se respeta, no te puedes imaginar lo que en este mundo se respeta al animal, pero no solo al toro, sino a cualquier animal.

¿Alfredo, qué sentimiento te despunto antes, la caza o la ganadería?

(AQ) La ganadería porque nací con ella, a la caza tardé en llegar. Fíjate que de mi afición a la caza también tiene la culpa mi padre porque viendo fotos suyas me doy cuenta de la afición que tenía y me empieza a picar la curiosidad. Empecé con mi amigo a hacer esperas, a ir al corzo y la caza se metió dentro de mí y ya no ha salido (ríe). Mi primera pieza fue un navajero con quince o dieciséis años.

¿Cuál es tu sueño dorado como ganadero?

(AQ) Mi proyecto es conseguir una ganadería de bravo que consiga ser realmente importante y llegar a las grandes plazas para que los toros de mi familia los pidan los grandes del toreo. Sería cumplir el sueño de mi padre.

¿Qué pieza de caza te hace suspirar cada vez que piensas en ella?

(AQ) (No duda) Cazar un venado en Francia, como hizo mi padre. Tan sencillo como eso. Y lo haré más pronto que tarde.

Si tuvieras que elegir entre una buena corrida de toros y una buena montería, ¿a cuál renunciarías?

(AQ) Un buen cartel lo puedes volver a ver… por eso lo mejor es ir de cacería y cuando se repita el cartel ir a la corrida (ríe).

¿Cuando se te sale el corazón por la boca, cuando sale uno toro a la plaza o cuando te entra el venado de tu vida?

(AQ) Es muy distinto, la adrenalina del lance de caza no tiene nada que ver con la sensación de ver a tu animal salir a la plaza, esta última es más una emoción que otra cosa.

Tanto en la caza como en la tauromaquia las presiones animalistas hacen prever un futuro cuando menos difícil para ambos sectores, pero ¿crees que tanto desde uno como desde el otro sector se están haciendo bien las cosas?

(AQ) La culpa es nuestra. Montan más lío seis animalistas en una plaza que las tres mil personas que estamos allí. Y en la caza lo mismo, nuestra pasividad es nuestro mal.

¿Cuales son a tu juicio los males del mundo taurino en nuestro país o, dicho de otra manera, que cambiarías para mejorarlo?

(AQ) En menudo embolado me metes… (ríe), pero te diré que quizá sea la perdida de las tres figuras más importantes del mundo del toro, el ganadero, el empresario y el apoderado. Cuando esas tres figuras se juntan, la esencia de esto se pierde. También quizá el mundo del toro esté un poco estancado y necesite modernizarse.

En la caza pasa una cosa parecida, hay que modernizarse, cambiar la imagen, dar a conocer los valores de la caza… defender lo nuestro, en suma.

Alfredo Quintas: «El principal mal de la tauromaquia es la perdida de las tres figuras más importantes del mundo del toro, el ganadero, el empresario y el apoderado; y quizá también que esté un poco estancado y necesite modernizarse. En la caza pasa una cosa parecida, hay que modernizarse, cambiar la imagen, dar a conocer los valores de la caza… defender lo nuestro, en suma»

¿Crees que la desunión une a estos dos mundos?

(AQ) Por supuesto, en ambos mundos impera la desunión. El principal problema que tienen en común sea quizá que las gentes que lo forman son incapaces de rebajar sus pretensiones en beneficio de todos. Hay que ir todos a una, olvidarnos de los intereses particulares.

¿Qué crees que piensan de tus aficiones la gente de tu edad?

(AQ) No tengo problemas especiales. Quizá haya más indiferentes que decantados hacia uno u otro lado. (Interviene Paula que opina que sí que existe un cierto rechazo al mundo del toro fuera de los ambientes que frecuenta normalmente, aunque lo desconozcan, quizá fruto de la moda animalista. Nos cuenta como la echaron materialmente de una asignatura en la universidad por defender los toros. Me han dicho que un trabajo sobre toros no me lo van a admitir, confiesa).

¿Qué te ha enseñado la caza?

(AQ) (Piensa) La caza me ha enseñado a observar todo lo que me rodea. Me ha enseñado a disfrutar del campo que para mí hasta entonces solo lo veía como trabajo. Siempre me había gustado porque yo no soy de ciudad, soy de los que cuando vengo a Madrid me pongo malo y de mal humor, pero no sabía disfrutarlo, al descubrir la caza, también descubrí el campo.

Alfredo Quintas: «La caza me ha enseñado a observar todo lo que me rodea. Me ha enseñado a disfrutar del campo que para mí hasta entonces solo lo veía como trabajo… al descubrir la caza, también descubrí el campo»

¿Y los toros?

(AQ) A ver cómo lo explico… la educación que hay en el mundo de toro es ‘como antigua’, hay un gran respeto a la jerarquía, cosa que en nuestra vida diaria se está perdiendo. Se respeta la tradición, los tiempos, todo… y que yo sepa hasta ahora nadie se ha saltado las normas.

¿Ves similitudes entre el mundo cinegético y el taurino?

(AQ) (Piensa un rato) El conjunto de animal y el campo, son distintos pero el concepto es el mismo.

¿Ese momento que nunca olvidaras como ganadero?

(AQ) Tengo un recuerdo de muy pequeño. Yo en infantil, cuando iba al colegio, en la mochila metía mi muleta y mi capote y en el recreo había una carretilla en el patio que utilizábamos como cuernos y me dedicaba a torear a mis amigos con ella (ríe). Tenías que ver una fila de niños esperando para ponerse la carretilla en la cabeza y que los toreasen…

Por cierto, ¿no te dio por ser torero?

(AQ) Nooo, la ‘patata’ no me da para ello… (Al fondo su hermana Paula afirma que hay algo de mieditis). Respeto muchísimo a los toreros que, aunque la gente no lo crea, cada día se juegan la vida ante un animal salvaje.

¿Y el qué te hizo pensar lo dejo todo y me dedico a otra cosa?

(AQ) (Apesadumbrado) De dejarlo todo nunca, pero de casi perder la ilusión fue cuando comencé los trámites administrativos para conseguir llevar adelante la explotación de bravo. He comenzado, pero no sé cuándo terminaré…

Lo mismo, pero con la caza, ese lance inolvidable

(AQ) Pues seguramente mi primer corzo, aunque en la caza se me vienen más momentos. Fue un mes de julio en Segovia, después de tres días sin ver nada, a punto ya de irme absolutamente desencantado, entre dos luces nos apoyamos en una piedra y le dije a mi amigo que esto no es para mí, entonces se levantó un corzo, me tiré al suelo y casi sin colocarme le tiré. Así abatí mi primer corzo y me abrí una brecha en la frente con el visor… que aún tengo de recuerdo.

Y el absolutamente ‘olvidable’

(AQ) No soporto a los cazadores ansiosos, cada vez que veo uno me pongo malo. Tienen que salir y matar algo… yo la caza no la entiendo así. Por eso prácticamente no monteo, me dan miedo las monterías.

Esto viene porque ni la caza ni los toros los defendemos desde dentro. Los animalistas sí muestran muy bien lo que quieren ‘vender’, nosotros no enseñamos nuestro mundo como es en realidad. Los jóvenes tenemos que tirar del carro, pero siempre con el apoyo de los veteranos como vosotros.

Alfredo Quintas: «No soporto a los cazadores ansiosos, cada vez que veo uno me pongo malo. Tienen que salir y matar algo… yo la caza no la entiendo así. Por eso prácticamente no monteo, me dan miedo las monterías»

¿Francia se ha convertido en un referente para el mundo del toro?

(AQ) Por supuesto, necesitamos pensar y vivir como Francia si queremos que el toreo no se siga hundiendo en nuestro país.

¿Rabo de toro o estofado de venado?

(AQ) Sin duda el rabo de toro (a ambos se nos viene a la cabeza el que nos hace nuestra querida amiga María Ángeles Palmero).

¿Qué pregunta te habría gustado que te hubiera hecho?

(AQ) (Lo piensa mucho) Pues quizá si veo futuro al mundo del toro y de la caza… (Y se responde) Viendo lo que aportan ambos mundos a todos los niveles, es imposible que acaben con ellos. Por ejemplo, si desaparecieran los toros desaparecería el toro bravo, las dehesas… y quién se iba a ocupar de los pastos, ¿los veganos cortándolo a diente?

Alfredo Quintas: «Si desaparecieran los toros desaparecería el toro bravo, las dehesas… y quién se iba a ocupar de los pastos, ¿los veganos cortándolo a diente?»

Paula que ya ha incorporado hace un rato a este coloquio corrobora las palabras de su hermano.

Alfredo es un joven serio, enamorado de su trabajo y de su ganadería, con un sueño por el que va a luchar con todas sus fuerzas. Ama su trabajo, al que se dedicó prácticamente después de terminar su carrera universitaria, ya que después de dos meses de despacho decidió que ese no era su camino y se fue a trabajar a su campo.

Si bien comenzó un poco nerviosillo, se fue soltando y al final hicimos el coloquio más largo de los que llevo realizados. Además, contamos con la presencia de su hermana Paula, una guapísima joven ganadera que también participo en el coloquio y con la que espero realizar otro pronto. Gracias a ambos por hacerme pasar ese rato tan agradable…

Coloquios con José Ignacio Herce Álvarez

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