Opiniones

Lola Merino, la Dama de Hierro de Castilla-La Mancha. Coloquios con J.I. Herce

Lola Merino

Lola Merino, la Dama de Hierro de Castilla La Mancha. «No me veo yo tan dura»… (ríe abiertamente).

Hablar de Lola Merino (LM) es hablar del mundo rural en toda su extensión. Luchadora incansable en la defensa del papel de la mujer y de nuestras tradiciones como la caza o los toros, desde su doble faceta de presidenta de AMFAR y portavoz del Grupo Parlamentario Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha.

JIH: No creo que haya nadie de nuestro rural que no sepa quién es Lola Merino, pero por si acaso, defínete.

LM: Me considero una mujer natural, cercana, convencida de mi ideología y de su defensa. Muy firme en mis principios y convicciones y muy amante de mi familia, que es mi gran debilidad.

Tengo más principios que intereses, lo que me ha costado la crítica de algunos (ríe). Por supuesto amo el campo y la naturaleza, donde suelo ir los fines de semana con mi familia.

Soy una mujer leal que odia la traición, me gusta que se digan las cosas como se piensan… creo que hay demasiada hipocresía en la vida.

«Tengo más principios que intereses, lo que me ha costado la crítica de algunos»

JIH: ¿Esta manera de entender la vida te ha dado muchos problemas, sobre todo en la política? Lola Merino

LM: Pues sí, me ha dolido la cabeza más de una vez… (ríe), pero suelo estar convencida de lo que digo o hago, aunque muchas veces, reconozco que me he equivocado.

JIH: Lola, tu vocación por el mundo rural es bien conocida por todos, pero ¿cuándo y cómo te surge? ¿Va unida a la política o antes? Lola Merino

Me siento orgullosa de ser mujer, de pueblo, manchega y española. España sabe a pueblo, a vino, aceite, queso, a judías con perdiz… Somos la mayor superficie de viñedo del mundo. Tierra de toros y toreros. La envidia de Europa por la gran diversidad de modalidades y especies cinegéticas que tenemos.

Desde que tengo uso de razón, me he dedicado a la política.

Primero, a la política con mayúsculas como presidenta de la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR) y ahora como diputada y Portavoz del Partido Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha.

Tenía 24 años cuando comencé a presidir, AMFAR, la Federación de Mujeres Rurales. Un colectivo de más de seis millones de mujeres que viven en nuestros pueblos. Mujeres rurales que necesitan de una federación como AMFAR que lleve su voz, participación, la reivindicación de sus necesidades y la defensa de sus intereses donde proceda en cada caso o cuestión.

En casi 30 años de historia de AMFAR, hemos conseguido que se aprobara la Ley de Titularidad Compartida en las Explotaciones Agrarias, que se incluya al colectivo de mujeres rurales en todos los Planes de Igualdad, que estén presentes en el Consejo Estatal de ONGs, en la Comisión Europea de Mujeres Rurales o en el Consejo Económico y Social de la ONU.

«Me siento orgullosa de ser mujer, de pueblo, manchega y española. España sabe a pueblo, a vino, aceite, queso, a judías con perdiz…»

JIH: ¿Cómo vives tú el mundo rural?

LM: Con mucha pasión y ahora con un poco de tristeza por el grave problema de despoblación que nos aqueja, por la sangría demográfica que afecta a los más de 8.000 municipios españoles.

Un problema del que se habla mucho en los despachos y en los medios de comunicación, pero no veo yo de manera palpable donde están las soluciones que proponen (ríe). Me da mucha pena que se pierda tanto tiempo en hablar y hablar y poco concretar.

Estoy convencida de que una de las soluciones, quizá la más necesaria, pasa por centrar la mirada en las personas que viven en los pueblos y sobre todo en los jóvenes y en las mujeres, que son garantía de futuro. Un pueblo sin mujeres se muere. Un pueblo sin mujeres se masculiniza, envejece y desaparece.

Hay que tener una visión patriótica en este tema. España es una nación de pueblos.

Salvar el territorio rural español supone salvar el 80% de la superficie española, donde tan sólo vive el 20% de la población, pero que alberga un valor incalculable desde el punto de vista medioambiental, patrimonial, turístico, gastronómico o cultural.

La despoblación merece un discurso patriótico, sin siglas políticas. Merece compromiso y concienciación real para conseguir fijar la población en nuestros pueblos, atendiendo sus necesidades más fundamentales.

«La despoblación merece un discurso patriótico, sin siglas políticas. Merece compromiso y concienciación real para conseguir fijar la población en nuestros pueblos»

JIH: ¿Cazas, pescas, te gustan los toros…?

LM: Lo que más me gusta es la caza y, sobre todo, el corzo y las esperas de jabalí.

Confieso que pasé la mayor parte de mi noviazgo debajo de un chaparro. Fueron muchas noches de espera. Imagínate las broncas que me he llevado de mis padres, cuando llegaba a casa a las tantas… y yo debajo de un chaparro (ríe abiertamente).

He disfrutado mucho. Lola Merino

Ahora tocan otras cosas, y no puedo ir de caza como antes.

Tengo 51 años, madre de dos hijas, trabajo dentro y fuera de casa y si me quejo de que necesito dormir más, imagínate todo lo demás (ríe abiertamente). Eso sí, aunque no cace, la bandera de la defensa de la caza no la suelto.

JIH: ¿Te consideras una mujer rural?

LM: ¡Clarooo! Soy de pueblo y rural hasta la trancas… (ríe) y muy orgullosa de serlo.

Una manchega de pura cepa. Es más, soy la segunda de siete hermanos, y como era normal en mi época, para pagar los estudios y algún que otro capricho, había que ir a vendimiar, a coger aceituna, patatas, cebollas o lo que tocara.

JIH: ¿En algún momento te has sentido discriminada por ello?

LM: Sí, en demasiados momentos, sobre todo en los primeros años al frente de AMFAR. Era muy joven, tenía 24 años y me tocó romper el tópico de la imagen que se tiene de la mujer rural española.

En más de una ocasión, tuve que aclarar que ser de pueblo o de campo no era ser de otro planeta, que incluso teníamos televisión y teléfono… (ríe).

«En más de una ocasión, tuve que aclarar que ser de pueblo o de campo no era ser de otro planeta, que incluso teníamos televisión y teléfono»

Ya te hemos situado, ahora vamos a centrarnos algo más en uno tus proyectos más emblemáticos, sino el que más. La Federación de Mujeres y Familias el Mundo Rural (AMFAR).

JIH: ¿Tanta necesidad tiene la mujer rural de ser defendida en nuestros tiempos?

LM: Sí, por supuesto, es absolutamente necesario. Lola Merino

En muchos pueblos, la falta de recursos, de infraestructuras, la propia idiosincrasia del municipio, pone limitaciones al hecho de vivir en el ámbito rural.

Muchas mujeres no han podido desarrollar sus inquietudes laborales o profesionales porque sobre ellas recae, aún hoy en día, el cuidado de toda la familia. Primero de los hijos, luego los mayores, luego a los hijos de tus hijos… en definitiva, a cuidar de todos los dependientes de esa familia.

Ante la falta de servicios, son las mujeres las que suplen esas carencias. Eso lleva consigo que las mujeres sean las primeras en abandonar los pueblos y sobre todo, las más jóvenes, para poder desarrollar esas inquietudes y esa proyección personal, laboral o profesional que lógicamente desean.

«Muchas mujeres rurales no han podido desarrollar sus inquietudes laborales o profesionales porque sobre ellas recae, aún hoy en día, el cuidado de toda la familia»

JIH: Se habla mucho de la mujer en el mundo rural pero pocos sabemos realmente cual ha sido su figura más allá del puro folclore. Lola, dinos cuál ha sido en realidad ese papel.

LM: En el mundo rural se sigue siendo más tradicional y cuesta más romper los tópicos establecidos.

Muchas veces, las propias condiciones de este mundo te obligan a vivir de esa manera, así, en una pareja rural si hay que cuidar a alguien de la familia o abandonar el trabajo por alguna cuestión familiar, el sacrifico suele recaer sobre la mujer, el hombre no suele abandonar su trabajo para cuidar de los hijos o de un familiar.

JIH: Los tiempos han ido cambiando y con ellos el papel de la mujer en nuestra sociedad, pero ¿crees de verdad que el de la mujer rural ha ido parejo al de la mujer llamémosle, «urbana»?

LM: Las ciudades te ofrecen todo, tienes todo y de todo.

En las zonas rurales, tienes lo que tienes, hay municipios que debes ir a un punto determinado para poder hablar por el móvil. No obstante, quiero resaltar el coraje y la valentía de las mujeres rurales, sobre todo en los peores años de crisis económica.

En esos años de crisis, si hubo un sector que tiró del carro para sacar adelante el país fue el sector agrario y si hubo un colectivo de emprendedores que optó por salir de casa y montar su negocio fueron precisamente las mujeres rurales, concretamente el 54% del total de los emprendedores de nuestro país, fueron mujeres rurales.

«Las ciudades te ofrecen todo, tienes todo y de todo. En las zonas rurales, tienes lo que tienes, hay municipios que debes ir a un punto determinado para poder hablar por el móvil»

JIH: ¿Cuál es vuestra principal reivindicación hoy día en pro de la mujer rural?

LM: La primera sería exigir un reconocimiento real a la gran labor que realizan las mujeres en los pueblos. Los pueblos tienen vida porque hay mujeres en ellos, así de claro.

JIH: Una de vuestras reivindicaciones es el reconocimiento social y jurídico de la figura del Cónyuge Colaborador en las explotaciones o empresas familiares agrarias, ¿esto qué es?

LM: Esta ha sido una nuestras primeras reivindicaciones en AMFAR, pero conseguimos darle forma a través de la Ley de Titularidad Compartida en la Explotación Agraria, que está en vigor desde el 2011.

La situación de partida era discriminatoria para las mujeres.

En el campo, el titular de la explotación y sus rentas siempre era el hombre, pero las mujeres trabajaban en el campo igual que ellos.

Acogiéndonos a una directiva comunitaria del año 1985, AMFAR solicitó el reconocimiento del trabajo de ese cónyuge colaborador que es la mujer.

Después de muchos años ‘cansineando’ por el ministerio de agricultura, conseguimos en 2010 una ley de titularidad compartida que permite que la explotación agraria haya dos titulares, uno de ellos mujer y evidentemente con una vinculación entre ambos.

Es poco conocida, apenas 600 mujeres se habrán acogido hasta ahora a esta figura.

JIH: Defíneme cuál es para ti la imagen que queréis proyectar de la mujer rural del siglo XXI.

LM: Sencillamente la de una mujer actual, que vive con las condiciones propias de cada municipio, pero que eso no vaya en detrimento de la persona.

Nos gustaría ser de primera división, como los demás (ríe abiertamente).

«A las mujeres rurales nos gustaría ser de primera división, como los demás»

JIH: ¿Cuáles son los principales obstáculos que encontráis a la hora de conseguirlo?

LM: Generamos poco interés para las instituciones y quizá pocos titulares para los medios de comunicación. Y me da pena que sea así por la gran relevancia que tenemos.

JIH: Vamos con la Lola Merino política, ¿cuáles son brevemente los males de nuestro rural?

LM: Primero que no tenemos verdaderos interlocutores en el Gobierno para defender el mundo rural, por ejemplo en el Ministerio de Agricultura. Lola Merino

Ahora se está negociando la PAC y están en juego las ayudas directas a los agricultores y las políticas de desarrollo rural, el Gobierno de Mariano Rajoy se trajo para España cuarenta y ocho mil millones de euros, sin embargo, hace unos días tuvo lugar una reunión para la negociación de la nueva PAC y no fue nadie del Gobierno español.

Esto me me preocupa, y no te cuento si alguno de los ministerios que nos afectan caen en mano de los podemitas…

Resumiendo, nos hacen falta interlocutores válidos y comprometidos con la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca y el mundo rural.

«Nos hacen falta interlocutores válidos y comprometidos con la agricultura, la ganadería, la caza, la pesca y el mundo rural»

JIH: Lola, ¿qué es para ti y como entiendes tú la caza dentro del mundo rural?

LM: La caza además de un modo de vida, la considero como una actividad agraria más, necesaria desde el punto de vista medioambiental y, que al contrario que en otros países europeos, en España cuesta verla y defenderla como una actividad agraria, económica, comercial.

Parece que hay que justificarse a la hora de tomarse unas judías con perdiz o un solomillo de venado… mientras que en otros países es todo lo contrario, se aplaude y se promociona.

Hay que hacer entender a los poderes públicos y a la sociedad que la caza es buena y necesaria.

«La caza además de un modo de vida, la considero como una actividad agraria más, necesaria desde el punto de vista medioambiental»

JIH: ¿Visto lo anterior, crees que desde los poderes públicos se está haciendo lo suficiente para potenciar este recurso natural? Lola Merino

Pues la verdad es que he visto muy poco movimiento en el mundo político a favor de la caza, es más, concretamente en Castilla-La Mancha, me tocó sufrir directamente como el presidente García Page pactó una ley anti-caza con los podemitas, sabiendo lo que significa la caza para nuestra región, que es además, el corazón cinegético de Europa.

«He visto muy poco movimiento en el mundo político a favor de la caza, es más, concretamente en Castilla-La Mancha, me tocó sufrir directamente como el presidente García Page pactó una ley anti-caza con los podemitas»

JIH: ¿Te ha quedado alguna espinita clavada en tu vida política con respecto a la caza?

LM: Sí, cuando fui concejal en el ayuntamiento de Ciudad Real, inicié un proyecto para convertir a Ciudad Real en capital de la caza en Castilla-La Mancha.

Organizamos jornadas informativas, un congreso de turismo cinegético, jornadas gastronómicas de carne de caza, talleres para niños, se realizaron actividades con los rehaleros, cetreros, con el mundo de la moda cinegética, etc. Pero en las siguientes elecciones, el PSOE pactó con Ganemos la alcaldía y el proyecto se fue al garete…

JIH: ¿Ves las tradiciones del mundo rural como la caza, pesca, tauromaquia reconocidos como elementos dinamizadores a tener en cuenta para frenar la despoblación de nuestros campos? Lola Merino

LM: Claro que sí, pero institucionalmente no se han reconocido esos valores tanto de la caza como de la tauromaquia.

En Andalucía se están dando pasos pero queda mucho por hacer frente al ecologismo radical y el animalismo.

El sector cinegético debería hacer mucho más en este sentido, sobre todo, dar más información, concienciar más a la sociedad.

JIH: Y la tauromaquia, con los vientos que corren, ¿cómo ves su futuro?

LM: España es tierra de toros y toreros y forma parte de nuestra tradición y es la base del mantenimiento de nuestras dehesas, por ejemplo.

No soy muy taurina, pero te digo, o ‘zapateamos’ o se la cargan también. No hay que callarse. El que calla otorga.

«No soy muy taurina, pero te digo, o ‘zapateamos’ o se cargan también la tauromaquia. No hay que callarse. El que calla otorga»

JIH: Se acaba de crear o recrear la Alianza Rural. ¿Cuál es la aportación de AMFAR a la Alianza Rural? Lola Merino

LM: AMFAR tiene una vocalía en la junta directiva, buscamos mediante esta Alianza Rural tener un lobby fuerte, una alianza de los profesionales más importantes del campo y del mundo rural español.

AMFAR trabaja para que a través de la Alianza, las mujeres tengan el peso específico que les corresponde tanto en el campo como en el medio rural.

«AMFAR trabaja para que a través de la Alianza Rural, las mujeres tengan el peso específico que les corresponde tanto en el campo como en el medio rural»

JIH: ¿Muchos grupos no hacen peligrar la unión?

LM: Qué va, me parece un gran proyecto al que aún se puede sumar más gente. Eso sí, siempre y cuando el interés sea defender el campo y medio rural.

Lo importante es hacer un grupo fuerte ante los ataques que sufrimos o que podamos sufrir.

JIH: ¿El liderazgo puede ser un problema? Lola Merino

LM: Yo confío en que no. Es un gran proyecto, ilusionante, con muy poca vida todavía, aún no nos ha dado tiempo a tener problemas (ríe).

La riqueza de un grupo como este está en la pluralidad de sus miembros, pero su fortaleza reside en la capacidad que hemos tenido para unirnos en defensa del campo y del medio rural español.

JIH: Para terminar, Lola, es la hora de comer… ¿Qué pedimos?

LM: Una tortilla de patata (ríe abiertamente) y unas tapitas de chorizo de venado o jabalí. Si hablamos de plato de cuchara, unas judías con perdiz calentitas…

Da gusto conversar con Lola Merino, belleza y sonrisa franca y abierta permanente detrás de la cual encontramos a una mujer que cree fervientemente en lo que hace y dice, caiga quien caiga. Una mujer con mano de hierro en guante de seda.

Gracias, Lola, por tu lucha por el rural en general y por reivindicar el papel de la mujer rural en nuestra sociedad.

Como siempre quiero agradecer a NOVOTEL MADRID CENTER y concretamente a nuestra buena amiga Lucia Salcedo, su jefe de relaciones públicas, por sus atenciones para poder realizar este coloquio. Lola Merino

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