Opiniones Pluma invitada

«Patxi Andión, un cazador para la historia», por José Luis Garrido

Patxi Andión, un cazador para la historia.

Tan generoso en la amistad y tan amante de la caza.

El pasado 18 de diciembre cuando inauguraba Emiliano García-Page en el Museo Provincial de Ciudad Real la exposición: La caza, un desafío en evolución, llegó la noticia de la muerte en accidente de Patxi Andión. Fue una sacudida que me hizo perder el paso y llorar con rabia, pues habíamos sacado billetes para ir y volver juntos, como había sido habitual en los viajes al sur y en estos meses atrás para las reuniones en Ciudad Real sobre la exposición organizada por el IREC.

Casi todas las referencias de prensa, tras la tragedia, glosan sus actuaciones artísticas, todas sobresalientes y admirables para todos, pero ignoran que la caza era una actividad intensa de emociones para Patxi Andión. Por eso voy a hablar sobre esta faceta. Su amigo Raúl del Pozo, periodista, en la necrológica citó el amor por la cinegética de Patxi, con una expresión que ya había escrito un par de años antes: “Tiene muchas pasiones, pero sobresalen la caza y la guitarra. Patxi, que fue director de la Escuela de Caza, sabe que el halcón va del brazo de un rey al de un aldeano y que los mejores cazadores no son los que llevan polainas de oro”, dice el escritor en el libro biográfico: Patxi Andión (1). Leo de la Fuente, periodista de la caza en el Diario de Valladolid El Mundo, refería el trágico accidente del “gran cazador”, a quien ha entrevistado varias veces en su programa ‘A Tenazón’ de Radio Marca. El rector honorífico Luis Arroyo, fundador del IREC, comenta a su muerte el perfil rehalero dentro de un caleidoscópico y tenaz profesional de artes y letras. La caza fue una actividad entre dos amigos que compartieron y disfrutaron.

LA TRAGEDIA DE UN IRREDUCTIBLE

Además de ser poeta, compositor, productor, guionista, actor de cine y teatro, escritor, pedagogo, doctor en sociología, profesor y decano de Facultad de Comunicación en Madrid y director de Departamento de Arte en Bellas Artes de Cuenca, (UCLM), y de ser cantautor reconocido internacionalmente era muchas otras cosas, y sobre todo, un cazador integral e irreductible, como fue en otras facetas de su vida: un rebelde con causa.

Su última foto: Patxi, Lespi, Toño y Manolo. Autor: Antonio Rivas

El trágico accidente se produjo a “la hora lobicán” (su último disco) al anochecer del 17 de diciembre cuando regresaba a Madrid de cazar en Cubilla (Soria), y no fue conocido el siniestro hasta las primeras horas de la mañana siguiente. Hacia las siete de la tarde, al final de la jornada de caza, se hicieron una foto campera Patxi y tres amigos: Lespi, Toño Rivas y Manolo.

Fue sobre las ocho de la tarde del martes 17, anocheciendo, cuando salió Patxi hacia Madrid desde la gasolinera donde tomó un café con Toño, que estima en quince minutos lo que tardaría en llegar al fatídico km 59 de la A-15, Cubo de la Solana (Soria), pues conoce bien la ruta. Iba a dormir a Madrid pues al día siguiente, a las nueve, íbamos a coger el AVE a Ciudad Real para la inauguración de la exposición La caza un desafío en evolución, en la que Patxi ha participado.

Ignacio de la Torre, Rafael Mateo, José L. Garrido y Patxi.

SEÑOR DE REHALA

Su vena cazadora venía de lejos. Cuenta Patxi que comenzó compartiendo rehala con Manolo Morata hacia 1970. Relata una aventura de caza en un día de frío intenso, monteando por Valladolid, en las tierras de Pablo Barrigón, cosechero de Cigales. Al anochecer se perdió en el monte tras la pista de un jabalí herido, cuando estaba desesperado escuchó cercano un vehículo. Salió dando voces en la noche hacia una carretera donde se oía próximo un motor latiendo a parado. “Es evidente que me han oído. No soy religioso, pero pensé como siempre se hace en los límites: ¡Gracias, Dios mío!”

Por esa época, en 1971, creó su primera rehala y se hizo Señor de Rehala, en cristiano Perrero, decía él. “Si los perros pueden pertenecer in corpore al señor de la rehala, in anima su propietario máximo es sin duda el perrero”. Cazó en montes de las dos Castillas, hasta que construyó las perreras en los Yébenes, el centro geográfico de las monterías españolas. “Allí invertí todo”. A su perrero, Félix Antona “Tomatito”, le llamaba el perrero familiar; así está escrito en el noviazgo jabalinero de su hijo, que luego no ha maridado con la caza, como nos ocurre a tantos cazadores con los nuestros. Cuenta Patxi Andión en su primer libro sobre la caza: La caza racional. (2): ”Siempre sacó su vena más brava en defensa del perro y del perrero porque ha vivido muchas injusticias hacia quien lleva peor traje en algún ‘circo’ de montería”. Era un hombre de ‘trapío’; de los que entran sin dudar al agarre, para rematar a cuchillo y defender a los canes; aunque no llevaran el collar verde y amarillo de su rehala: campo y oro, decía él.

“Patxi, a pesar de tener ese envidiable currículo que he apuntado telegráficamente, no ha sido nunca un cazador pedante ni cursi, como otros halagados por la urbe del cemento; siempre un cazador cercano y querido por todos, notables o a granel, a los que ha respondido siempre con su generoso afecto”. (Comentario en la presentación de su libro de caza: La postura). (3).

LA ESCUELA ESPAÑOLA DE CAZA

Su llegada como directivo a la Real Federación Española de Caza (RFEC), a principios de siglo, supuso para la entidad una acción sobresaliente de eficacia y sin duda de marketing. Tengo el orgullo de que me sucediera una persona de la talla de Patxi Andión, tras ocho años como director de la Escuela Española de Caza. Ha sido un don que un hombre de su calidad se hermanara y hayamos tenido juntos tantas vivencias de felicidad. Su cariño ha sido el mejor galardón que me ha regalado la caza en tantos años de actividad.

Patxi expone a las directivas de las Federaciones el Plan de 2007

Patxi se hizo cargo de la dirección de la Escuela Española de Caza en 2006. Preparó el programa docente para 2007 y la estrategia de divulgación, pues “sin comunicación no se puede transmitir el conocimiento. La Escuela Española ha sido y es un buen escaparate para la Federación y la caza”. Apuntó con tino: “Los cazadores tenemos el deber de explicarle a la sociedad, no sólo por nuestro bien, sino también por el suyo, que cumplimos una función inexcusable en la gestión sostenible del medio natural que alberga poblaciones de animales salvajes. Tenemos que asumir que la caza es una actividad fuera de la estética de la modernidad, donde se asimila a esquemas relacionados con la violencia, más que con la gestión responsable. La sociedad debería comprendernos, incluso admirarnos, pero nunca nos amará, porque perseguimos la muerte del animal inocente”. Propuso Patxi la creación de Aulas de Interpretación de la Naturaleza en Castillejo de Robledo y para ello disponer unas cabañas dotadas en uncampamento para niños: deportes, inglés y explicaciones de medio ambiente y animalario diarios. Presentó a la asamblea de la RFEC el proyecto detallado del Perfil sociológico del cazador español, una investigación sociológica. También creó un diseño para la biblioteca de la Escuela Española de Caza – FEDENCA y RFEC.

CAZA Y AMISTAD

Patxi trataba a todos los amigos con la filantropía y afecto tan propios de él y recibía respuestas igual de cariñosas. Tenía siempre una sonrisa cargada y no nos costaba a ningún amigo quererle. Creo que por su vena más socióloga Patxi se interesaba por todo lo nuevo o desconocido que tuviera perspectivas felicitarias y acababa disfrutándolo. Aprendía todo lo que le parecía que reportaba placer, pues en su filosofía ha sido un hedonista que disfrutaba de todos los placeres que puede ofrecer la vida que nos ha tocado. Unas veces por asuntos de Federación y Escuela, otras por su vida artística, por cacerías o por otros actos lúdicos y últimamente con las reuniones para la exposición,  hemos coincidido muchas veces en estos años de amistad.

Carlos, José Luis, Patxi, Dulce y Leo, a la salida de los camerinos del Teatro Calderón (Valladolid). Copy: Leonardo de la Fuente.

En los relatos de La caza racional fija sus primeras aventuras cinegéticas, hacia 1970, por estas tierras vallisoletanas que ha seguido visitando cada año desde que nos conocemos. Ha venido por variados motivos: presentación libros Don Quijote, gran madrugador y amigo de la caza, de Santi Ballesteros, o Modalidades y métodos de caza; a cantar en el paraninfo de la Universidad en homenaje a trabajadores de enseñanza (El Maestro) o al recital Un millón de sueños, en el Teatro Calderón en recuerdo a Cecilia, dentro de un congreso universitario y otros actos.

Casa Cervantes (Valladolid). Presentación ‘El Quijote gran madrugador y amigo de la caza’. Foto: L. de la Fuente.

Pero por lo que ha venido más veces a esta provincia ha sido para compartir  actuaciones lúdicas, principalmente de caza y campeo. Fue en los inicios de este siglo cuando nos conocimos personalmente y se enganchaba a cualquier propuesta de ocio con ese “vamos a ello” tan personal. Lo mismo si era ir a cangrejos en Hornillos de Eresma con Jacinto, o hacer algún  herradero en Toros Taru de la mano de Carlos o una mañana jabalinera en el Montecillo donde arribó Patxi hace unos doce años y ha fallado muy pocos.

Se enganchó más que por la caza, siempre a su mano, por la bonhomía de Marcos que además sabe de punteo con guitarra y por ese manjar que hace especial a esta cacería: el lechazo al estilo Traspinedo, que Patxi definía como “una obsesión gastronómica”. Hace años, Carlos ya le enseñó la liturgia culinaria y el apaño del corderillo dispuesto para que Patxi sorprendiera en su casa toledana. En ella nos citó a todos estos amigos el otoño pasado y lo dejamos para esta primavera siguiente…

Presentación en Valladolid del libro ‘Modalidades y métodos de caza·. Patxi entre Marcos y Leo, con Santi y Carlos. Imagen: L. de la Fuente.

Siempre estuvo muy acomodado y feliz en estos años que hemos compartido. Si para todo lo demás era muy especial, hablando de su familia “se le llenaba la boca” ─como a todos los padres orgullosos─ cuando mencionaba a cualquiera de sus hijos Jon, Marko o Íñigo. Muchas veces hilvanábamos la hebra sobre tantas ausencias caseras por culpa de la caza y lo mal que lo llevan todas las esposas; era muy habitual esta contestación: “Gloria se empeña en hacerme feliz…».

 Nada parece realidad salvo cuando el espacio se estrecha en el abrazo y ya no queda aire para lo que no sea cariño” (Patxi Andión). Dedicatoria en La postura.

Por José Luis Garrido

 

  1. Luis García y Antonio Marín, Patxi Andión, biografía. Ed. DALYA. San Fernando (2017).
  2. Patxi Andión, La caza racional, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuenca (2003)
  3. Patxi Andión, La Postura. Edita: ©FEDENCA-Real Federación Española de Caza-EEC (2012)

 

 

 

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