Escopeta negra

¡Hemos ganado!

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El problema radica en que cada vez que nos ponemos optimistas (que no triunfalistas), está demostrado, casi de forma empírica, que nos las dan por todos lados y alguno va y ‘nos parte la boca’. Por eso, como ya nos ha pasado en otras ocasiones, nos da un cierto repelús hablar de nuestros ‘triunfos’, si así pudieran llamarse. Somos más del dichoso dicho popular ese que dice lo de que me quede como estoy…

Para variar, este mes se repite la historia, una de cal… y unas cuantas de arena. Aunque la de cal nos gusta y mucho. Ya contábamos, en alguno de los reportajes del pasado mes, ¡En defensa de la caza!, que nuestro querido amigo y colaborador –auténtico experto en el mundo de las armas y defensor incansable de la naturaleza, además de cazador, claro– Michel Coya, le había plantado cara a uno de los energúmenos de turno, de ‘los valientes en las redes sociales’, animal animalista (con todo nuestro respeto para los animales) y lo había denunciado por amenazas e insultos, un hecho insólito en nuestro sector, sobre todo por la indefensión individual a la que nos vemos sometidos. Pues bien, permítannos que gritemos de entusiasmo, porque así lo sentimos y así queremos expresarlo: ¡hemos ganado! –y decimos hemos no por nosotros, sino por todo nuestro colectivo–.

El juez le ha dado la razón, a Michel, dejando claro que los hechos (las amenazas e insultos) son constitutivos de delito y ha condenado al… energúmeno «por una falta de vejación y una falta de amenazas, a una sanción económica, a las costas del juicio y se le ha impuesto una orden de alejamiento del denunciante, en una sentencia que deja claro que delitos de esta índole deben ser castigados». ¡Increíble!, el juez deja claro que este tipo de delitos se deben de castigar… Acostumbrados como estamos a que nos las den todas juntas en el mismo carrillo, no nos digan que no es como para gritar lo de ¡hemos ganado!, sobre todo porque sienta precedente y, suponemos, porque no somos letrados, también sienta jurisprudencia y nos da pie a que, a partir de ahora, no pasemos ni una por alto y plantemos cara, de una vez por todas, a todos aquellos que se creen, sobre todo desde ‘la valentía’ que dan las redes sociales, que atentar contra nuestro derecho y nuestro honor les va a salir gratis. A partir de ahora… ¡duro y a la cabeza!

Como consecuencia de esta sentencia ha ocurrido un hecho que no suele ser habitual, por desgracia, en este nuestro sector –y del que informaremos casi con toda probabilidad en nuestro próximo número y un poco antes en nuestro diario digital CazaWonke–. Un grupo de personas, profesionales, encabezadas por el propio Michel, ha decidido tomarse en serio lo de ¡En defensa de la caza! y no van a dudar en poner todo su empeño para que todos y cada uno de nosotros, cuando veamos menospreciado nuestro honor y nuestros derechos como cazadores, podamos recurrir a ellos para que nos defiendan, jurídicamente, y que a ‘los de siempre’ no les salgan gratis las amenazas, los insultos y todas las barbaridades que de forma habitual sufrimos. Y, de paso, decirle a la sociedad, de una vez por todas, que nuestra afición, nuestro modo de vida, es, ni más ni menos, tan legal y está tan regulado, quizá más, como otro cualquiera. También esto, si ocurre como está planificado, será para gritar ¡hemos ganado! Ya va siendo hora de que gritemos de vez en cuando y no precisamente de dolor, como suele ser la norma…

Pero, como decíamos al principio, poco dura la alegría en la casa del pobre, que dice nuestro acervo popular. Esta vez, la de arena, nos ha llegado cual cañonazo en toda la línea de flotación. No nos va a hundir, ni mucho menos, pero daño, lo que se dice daño, sí que puede hacer, principalmente por venir de donde viene, que no es otro sitio que del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Si, como la sentencia de antes, ésta también crea jurisprudencia, a partir de ahora ya nos podemos ir ‘poniendo las pilas’ porque los ecologetas activados se van a envalentonar y van a lanzar sus efectivos ¡a la carga!

Nos estamos refiriendo, como ya han podido imaginar a las dos sentencias emitidas contra la Orden de Vedas de 2011 (sentencia 01/2015) y el Decreto 257/2011 (sentencia (00670/2014), que afectan, básicamente al reclamo, media veda y caza del muflón y del arruí. A pesar del triunfalismo inicial, lanzado a bombo y platillo desde los prosélitos medios de comunicación del ecotontologismo oficial, en los que hablaban de prohibir, prohibir y prohibir (como buenos déspotas que son les encanta prohibir), lo cierto es que las sentencias no prohíben nada, tan sólo regulan fechas y cambian hábitos, pero nada más. El problema radica, como decíamos, en que se envalentonen, porque les hayan dado la razón (al menos así lo creen ellos) y no se conformen, que no se conformarán, y quieran más, que lo querrán. Y como haya jueces dispuestos a darles la razón… ya nos podemos ir preparando. Tanto la Junta de Comunidades, como la Federación de Castilla-La Mancha y Aproca han presentado recurso de casación… Recemos para que nos favorezca.

Por lo demás, todo sigue igual, tres por cuatro calles y a pescar en río revuelto.

Nosotros, todos los cazadores, al menos este mes… ¡hemos ganado!

Por A. Mata

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