Desde el pulpitillo

La Unidad Militar de Emergencias, ‘Premio Caracola de Oro Honorífica’

El sábado 27 de septiembre fue uno de esos días especiales, que dejan un sabor dulce y un espacio abierto para siempre en la memoria. Cumplía dos satisfacciones a la vez: el jurado de los Premios Caracola había estimado mi propuesta de conceder la Caracola de Oro Honorífica a la Unidad Militar de Emergencias (UME). Y, por otro lado, el mando de esta Unidad había comisionado a mi hijo, cabo de esta unidad en Zaragoza, para desplazarse a Los Yébenes a recoger el premio en compañía de dos de sus superiores del cuartel general: el coronel Gallego y el comandante Moreno.

 

Los cazadores españoles reconocemos así públicamente nuestro agradecimiento a la labor de este grupo de hombres y mujeres del Ejercito español, que se juegan la vida luchando contra los incendios que asolan nuestros montes. La Caracola de Oro es el premio con más solera y más prestigio dentro del panorama cinegético español y goza de gran predicamento en toda Europa y en algunos países de Estados Unidos. Este galardón es una garantía de calidad para cualquier empresa organizadora de monterías y otorga un especial reconocimiento a quien lo puede tener en sus vitrinas.

A partir de ahora, la Unidad Militar de Emergencias podrá hacer gala de este premio concedido por la revista Caza y Safaris, entregado y recogido en un acto en el que los más de cuatrocientos asistentes, representantes de las familias y empresas con más realengo del panorama cinegético español, así como las autoridades nacionales e internacionales que asistían al acto, entre otros, el consejero delegado del Safari Club Internacional, Phil DeLone, llegado desde Tucson (Arizona); Norbert Ullmann representante regional para Europa y presidente del Comité de Asuntos y Desarrollo Internacional del Safari Club Internacional, desplazado para la ocasión desde Alemania; el subdelegado del Gobierno, José Julián Gregorio; el director general de Economía, Competitividad y Comercio, Antonio Conde Bajén; la directora general de Calidad e Impacto Ambiental, Matilde Basarán;  el director general de Infraestructuras y Desarrollo Rural, Miguel Cervantes; el jefe de los Servicios Regionales de Caza, Pesca y Aprovechamientos, Enrique Sánchez Herrera; la presidenta regional de Asaja, Blanca Corroto; el senador Tomás Burgos Beteta; y el diputado y presidente de Recamder, Ángel Exojo, dedicaron un cerrado, mantenido y emocionado aplauso cuando el coronel Gallego recogió de manos de Antonio Mata, director de Caza y Safaris, y Amparo Ampuero, redactora jefe de la revista, el tan merecido reconocimiento.

Los cazadores españoles, que teníamos esta asignatura pendiente, que casi nos sentíamos obligados a descubrirnos al cruzarnos con un vehículo de la UME o al pasar frente a uno de sus acuartelamientos, reconocemos así, humildemente, el mérito de quienes hacen de salvar el monte del horror del fuego, no una forma de vida, sino, más bien, una forma de vivir. Dedican el año entero a prepararse física y mentalmente para afrontar esas horas interminables en que la adrenalina se descargará con la misma fuerza que fluye agua de las mangueras, cuando acuden a las llamas y como militares españoles cierran filas con arrojo para impedir el paso al enemigo en combates, a veces heroicos a la par que gloriosos.

El fuego, ese enemigo sordo y ciego que arrasa con cuanto encuentra  a su paso, destruyendo la vida y la naturaleza, encuentra en nuestros soldados de la UME una feroz oposición a fuerza de entrega, generosidad, entusiasmo, juventud y preparación que les hace merecedores de este premio.

Este galardón no es otra cosa que un enorme “gracias”, fundido en forma de Caracola, para que luzca en sus vitrinas y que se oiga en todas las sierras de España cada vez que un perrero haga sonar la suya, llamando a capítulo a sus leales. ¡Enhorabuena, UME!

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