Antonio Cañones Castillo es un especialista en gestión, en genética, en cría, en alimentación de las especies cinegéticas, en grandes trofeos, en reses, jabalíes, perdices… un especialista en donde está la línea entre lo que es caza y no lo es.
No se pierdan lo que el CEO de Cañones WildLife Services le cuenta a José Ignacio Herce sobre la caza, ayer y hoy, y sobre la actual gestión cinegética.
Antonio Cañones Castillo (AC), el ‘Fieraaaa’, como le conocemos los amigos más cercanos, es una persona que no deja indiferente a nadie.
Un enamorado y un estudioso del campo y sus moradores, sobre todo los cinegéticos, alguien dejó su profesión por vivir el campo, un hombre de durante seis meses estuvo alejado del mundo para conocer a esos moradores del campo en el que iba a trabajar, un hombre en constante evolución.
JIH: Mucho se habla de Antonio Cañones, pero ¿quién es Antonio Cañones?
AC: Pues, sobre todo, Antonio Cañones es un apasionado del campo, hijo, nieto y biznieto de gente que ha nacido en el campo, concretamente en la sierra de Andújar, en la finca Sardina de la familia Flores.
Yo, como tuve que estudiar, me crié en Andújar, aunque todos los fines de semana me los pasaba en la sierra que era y es mi pasión.
Comencé mi vida profesional montando una empresa de seguridad, pero la dejé y me fui con Samuel Flores a El Palomar, donde estuve 18 años levantándome y acostándome en el campo y viviendo la caza, mi pasión.
JIH: ¿Muchos años en esto de la caza, no es así?
AC: Muchos, muchos (sonríe)… me he dedicado intensamente a ella desde que tenía unos 20 años y tengo ya 56, que no son pocos, una vida se puede decir (ríe).
JIH: ¿Los caminos camperos te han llevado más por la caza o la gestión?
AC: Mira, José Ignacio, en la caza se aprende todos los días y la vas viviendo en diferentes etapas.
Primero comienzas como espectador, luego te haces participe o morralero viendo al cazador al que acompañas o entrando con los perros y así vas avanzando hasta que llega un momento en que estas ligado a ella y ya te viene la fase de cazador y la de ‘criador’ o gestor.
En ese momento, ya vives por y para la caza, haya caza o no haya caza, haya veda o no haya veda, el cazador va al campo por inercia, no solo para cazar, cuida el campo y lo vive, sobre todo para poder cazar a la temporada siguiente.
Lo que creo es que no hay gestor que no haya sido o sea cazador porque, cuanto más cazador te haces, más te gusta la caza, más la disfrutas y quieres que haya más caza para poder seguir disfrutándola y entonces es cuando te transformas en gestor y cuidas la caza para que disfruten los demás como tú has disfrutado.
«El cazador va al campo por inercia, no solo para cazar, cuida el campo y lo vive»
JIH: ¿Cuándo y cómo empiezas a cazar?
AC: Puffff (sonríe), desde pequeño con la ‘plomera’ tirando a los pajaritos que es como empezábamos todos, luego te vas haciendo con tu escopeta de caza y ya vas a alguna espera, cazas en mano… vamos, como creo que empezaba todo el mundo porque la economía no te permitía ir a cacerías sociales y menos, cuando tienes 18 años y estas estudiando.
Luego ya con 20 años, como te dije, dejo la empresa de seguridad que había montado y cuelgo la escopeta entrando de lleno en la gestión con Samuel, porque él no cazaba, criaba caza.
JIH: ¿Cómo fue tu paso por una de las grandes fincas de España, El Palomar?
AC: Esa época fue una etapa de formación, fue como hacer una carrera más.
Porque se saben muchas cosas, pero descubres que son muchas más las que desconoces y por eso vivía una formación constante y continua que nunca termina.
Cuando pisé por primera vez El Palomar me quedé en el campo seis meses sin ver a la humanidad, solo veía a Samuel, a los compañeros, a los ciervos y a los toros (ríe).
«Cuando pisé por primera vez El Palomar me quedé en el campo seis meses sin ver a la humanidad, solo veía a Samuel, a los compañeros, a los ciervos y a los toros»
JIH: ¿Qué hacías allí?, porque me cuentan que tenías un sistema de propio de seguimiento de los grandes venados
AC: El Palomar era una finca grande, con más de 3.000 ha, y mi trabajo era doble, por un lado, estaba en la oficina como secretario de Samuel y, por otro, me dedicaba a observar y seguir a los animales.
Me amanecía y me anochecía viendo a los animales, porque la única manera de seguirlos es la continuidad de forma que estas tanto con ellos que llega un momento en que los llegas a conocer casi uno a uno, donde están, que hábitos tienen… era mi ganado, un poco arisco y estresado, pero no dejaba de ser mi ganado (sonríe).
Te puedo decir que yo los he criado a ellos y ellos me han criado a mí y, fíjate, llegó un momento en el que los animales ya reconocían mi olor y no se espantaban de mí porque yo para ellos era parte del paisaje, una mata más campo (ríe).
«Llegó un momento en el que los animales ya reconocían mi olor y no se espantaban de mí porque yo para ellos era parte del paisaje»
JIH: ¿Y cómo finalizó esa etapa?
AC: En la vida hay un momento en que necesitas evolucionar, necesitas aprender más, conocer más. Necesitaba ampliar mis conocimientos de gestión.
JIH: Una fotografía en la que apareces junto al rey emérito y con un récord de venado –que fue portada de Caza y Safaris– te lanzó a la ‘fama’, ¿cómo fue eso?
AC: Siii, fue en el año 2000, y recuerdo a don Juan Carlos como una persona muy humana, una gran persona, muy cercano, un gran cazador y, sobre todo, un gran señor que representaba a España como se merecía.
«Recuerdo a don Juan Carlos como una persona muy humana, una gran persona, muy cercano, un gran cazador y, sobre todo, un gran señor que representaba a España como se merecía»
JIH: ¿Cómo era ese venado?
AC: Era un venado con una predisposición genética especial, que con ocho años tuvo una luxación en la mano derecha por lo que cojeaba lo que le impedía saltar cercas, por lo que ya no podía acceder a la comida y corríamos el riesgo de que se nos ‘viniera abajo’.
Se lo comenté a Samuel diciéndole que era el venado más grande que había visto en mi vida y se decidió cazarlo, ofreciéndoselo a S.M.
JIH: ¿Cómo fue ese lance, porque creo que fue ‘épico’?
AC: Fue inolvidable, el más bonito de mi vida y, cuando menos, curioso (sonríe).
Salimos sobre las 7:00, de noche con linterna y andando desde la casa oyendo al venado berrear ‘a la volcada’.
Cuando clareó el día el venado se calló y nosotros sin asomar, hasta que mi tío José avanzó un poco y me hizo el gesto de que no le veía, por lo que me acerqué yo y a unos 300 metros lo vi entre la coscoja, me di cuenta de que alguno de los acompañantes se había adelantado charlando y dije «nos ha visto», y así fue, se espantó y se fue.
Vinieron momentos de disgusto y enfado, pero yo le dije a Samuel: «No se preocupe que el venado vuelve» y comenzamos de nuevo a localizarle.
«Bingo, el venado vuelve»
A eso de las 11:00 me dicen por la emisora: «Bingo, el venado vuelve», se empieza a acercar despacito, en eso chifla una muflona, el venado se pone ‘horquillao’ y con las mismas se da la vuelta y le damos por perdido definitivamente.
Ahí pensé en el último intento, que era dar la vuelta y entrarle por un punto desde donde se le podría ver. Yendo andando hacia allí, ¡se vuelve el venado a su sitio! Volvimos al sitio anterior y a esperar porque se había tumbado. Nos dio la hora de la comida y nadie se movió de allí hasta que anocheció…
A eso de las 20:00 casi ya no se veía, S.M. estaba tumbado codo a codo conmigo y le digo: «El venado se ha levantado», pero no le veía por lo que le pregunté si veía un camino abandonado, me dijo que sí y le contesté «apunte ahí que el venado va a salir», y así fue, le tiró a unos 240 metros y lo ‘enganchó’… Un rececho de media hora que hicimos en trece horas (ríe).
JIH: Ahora eres muy conocido por tu faceta como empresario dentro del sector cinegético y uno de tus logros es haber conseguido un pienso casi ‘mágico’.
Dos preguntas, ¿es necesaria la alimentación suplementaria y cuál es tu secreto y sus efectos hasta en los jabalíes?
AC: La alimentación suplementaria hoy día por el ‘trofeismo’ que hay es imprescindible porque el campo da lo que da, con el agravante de que las densidades de población en muchos sitios no se controlan y cada vez hay menos disponibilidad de comida natural.
Ante esto vamos a intentar aportarles algo de la mayor calidad para conseguir mejores animales.
«La alimentación suplementaria hoy día por el ‘trofeismo’ que hay es imprescindible porque el campo da lo que da»
JIH: ¿Cuál es el secreto para llegar a conseguir esta mayor calidad en los animales?
AC: Yo me lié a investigar el tema de la alimentación en El Palomar –ya hacia algo de esto para los toros–, con un grupo de nutrición muy reconocido en el mundo.
Cuando empecé me llamaron loco porque he roto ‘varias barreras del sonido’ en este campo, como fue el aporte de más de un 17 % de proteína, algo impensable en aquellos años.
Fue algo que hice después de estudiar tesis doctorales, de Nueva Zelanda y de la Universidad de Alberta, saqué mis propias conclusiones gracias a las cuales se hicieron los primeros piensos medicamentosos para gacelas en Sudáfrica y se incorporaron desparasitarios a los piensos.
Después de estas experiencias me incorporé como técnico al grupo PROVIMI, uno de los más importantes en complementos nutricionales del mundo, donde diseño los piensos a los que incorporo una mezcla de cuatro correctores vitamínicos minerales para diferentes cosas, y con los que hago una ‘bomba’ de relojería con la que consigo animales muy sanos y con mucha producción.
«Después de estudiar tesis doctorales saqué mis propias conclusiones gracias a las cuales se hicieron los primeros piensos medicamentosos para gacelas en Sudáfrica y se incorporaron desparasitarios a los piensos»
JIH: Eres un gran viajero y eso te hace poder hacer comparaciones entre la gestión cinegética dentro y fuera de España. ¿Cuáles son las diferencias entre lo que se hace fuera y lo que se hace aquí a nivel de gestión?
AC: Fuera hay mucha más cultura de ‘granja’, mucha más manipulación y de hecho hay un organismo en Europa que se llama la FEDFA, la Asociación de Criadores de Ungulados Silvestres, de la cual yo fui presidente en España durante varios años y donde manteníamos reuniones anuales en Bruselas para tratar sobre estos temas.
Fuera prima más la carne que el trofeo, porque lógicamente hay que más de lo uno que de lo otro y la carne es un valor añadido a la caza que supone una fuente de ingresos importante y una ayuda más al soporte de los gastos de las fincas.
Para que te hagas una idea, en Alemania hay más de 3.000 granjas de las cuales pocas se dedican al trofeo.
Como curiosidad te digo que los ciervos que no están en estas granjas son ‘normales’, pongo un ejemplo, el récord de Europa de abierto, imbatido desde hace años y que fue cazado en Bulgaria, tiene 273 puntos, cuando en cualquier granja austriaca tienen 70 como ese y de 320 puntos o más.
«Fuera hay mucha más cultura de ‘granja’, mucha más manipulación que en España»
JIH: ¿Qué se está haciendo mal en nuestro país?
AC: No estamos haciendo nada mal, estamos luchando contra corriente, intentando rentabilizar el campo dentro de lo difícil que es porque, siendo necesaria la caza sí o sí, la sola palabra caza de por sí ya está mal vista y tendremos que cambiarle el nombre a control de población, control genético… no sé, pero el hecho es que decir caza pone los pelos de punta a demasiada gente y eso no es bueno ni para el campo ni para el propietario.
Quizá te puedo resumir que lo estamos haciendo bien, pero mal enfocado.
«Siendo necesaria la caza sí o sí, la sola palabra caza de por sí ya está mal vista y tendremos que cambiarle el nombre a control de población, control genético… no sé»
JIH: ¿Y no te parece que es una sensación como de rendición ante ‘el enemigo’?
AC: No, rendición nunca porque la caza va a seguir siendo caza, el abate va a ser el mismo, con dignidad, porque el animal se cría para eso.
Hay que darle otro enfoque a lo que hacemos, llamarlo control de poblaciones, genético, etc., porque hay gente que es partidaria de ese control de poblaciones, pero no de la caza por el nombre al que va asociado y lo que significa para ellos.
JIH: Quizá sería dar una imagen ‘light’ de la caza
AC: No, una imagen real de la caza, porque la caza es obligatoria para el control de poblaciones.
Hay que evitar que se siga ‘vendiendo’ la imagen de cazador igual a la de un criminal, sería llevar a cabo el mismo acto, pero con diferente nombre.
JIH: Se habla ya de diferenciar una caza natural y otra artificial, ¿qué te parece esta afirmación?
AC: Sí, José Ignacio, llevamos ya tiempo en ese camino porque lo demanda la sociedad y los cazadores.
Las fincas generan lo que generan y al aumentar la demanda, no nos queda más remedio que acudir a lo artificial, sea en caza mayor o menor.
No hay animales para todos tal y como lo conocíamos antes y hay que echar mano al recrío y la repoblación para poder seguir cazando.
«No hay animales para todos tal y como lo conocíamos antes y hay que echar mano al recrío y la repoblación para poder seguir cazando»
JIH: Somos conscientes de que cada vez están entrando más animales de fuera para su caza, ¿cómo crees que están afectando a los autóctonos?
AC: Sinceramente sí está afectando a los autóctonos, pero te digo que se puede trabajar con los animales que tenemos ya en España y conseguir grandes animales.
El problema viene cuando el productor quiere grandes animales de forma inmediata y todos sabemos que el ciervo necesita seis, siete u ocho años para conseguirlo, además de que te salga bien genéticamente, por eso en esos casos, la única solución es traerlo de ‘grande’.
«Sinceramente, la entrada de animales de fuera, sí está afectando a los autóctonos»
JIH: ¿Crees que habría que restringir o incluso prohibir estas importaciones?
AC: Prohibir no, pero controlar sí, sobre todo sanitariamente, esto es imprescindible.
Debe de haber un control exhaustivo de lo que se introduce, dónde y, sobre todo, para qué.
«Debe de haber un control exhaustivo de lo que se introduce, dónde y, sobre todo, para qué»
JIH: ¿Según esto, ¿dónde está el límite entre caza y lo que no lo seria?
AC: Esto es muy complejo…
En la caza lo importante es el cazador, si este se encuentra con ilusión, si disfruta del lance, si está sufriendo, si se emociona, sin darse cuenta de si ese ejemplar es soltado o manipulado, esta persona ya está cazando, ahora bien, si lo sabe y le da igual, eso no es caza.
«En la caza lo importante es el cazador, si este se encuentra con ilusión, si disfruta del lance, si está sufriendo, si se emociona, sin darse cuenta de si ese ejemplar es soltado o manipulado, esta persona ya está cazando, ahora bien, si lo sabe y le da igual, eso no es caza»
JIH: Si esto sigue así, ¿cómo ves el futuro de la caza en nuestro país?
AC: La caza hoy día es necesaria para la supervivencia de la llamada ‘España vaciada’.
Habrá que cuidarla, mimarla y hacerla atractiva para que la gente siga yendo al campo, sino el campo de nos va.
«La caza hoy día es necesaria para la supervivencia de la llamada ‘España vaciada’»
JIH: ¿Aun a costa de perder ‘pureza’?
AC: José Ignacio, ¿dónde está esa ‘pureza’ ahora?, ¡vamos a intentar poner medios para que la cosa no vaya a peor!, es lo único que podemos hacer para que la caza siga siendo lo que es.
JIH: Eres el ‘padre’ de algunos récords nacionales, ¿cómo se consiguen estos ejemplares?
AC: Se tiene que dar la conjunción de muchos factores.
Hay que tener un ejemplar genéticamente bueno y con las condiciones idóneas para que se pueda desarrollar y aun así, ¿cuántos de ellos con esas condiciones se han quedado en el camino por enfermedades, abates, golpes, etc.?, es muy difícil conseguir ese gran ejemplar porque si no fuera así, todos los años tendríamos récords (sonríe).
JIH: Tú eres miembro de la Comisión de Homologación de Trofeos de la Comunidad de Madrid, estos trofeos a los que nos estamos refiriendo, a tu juicio, ¿se deben homologar o no?
AC: Tenemos que ser un filtro, si hay sospechas fundadas de que el trofeo no es legítimo español, que se ha traído de fuera para abatir aquí, no medirlo.
En estos casos, una prueba de ADN podría ser un buen elemento de verificación de este aspecto, porque aquí no debe de valer todo ya que eso sería echar piedras sobre nuestro tejado.
JIH: Parece que hablar de Cañones es hablar solo de caza mayor, pero también sabes algo de perdices, ¿cómo ves la especie en nuestro país y qué futuro le auguras?
AC: La perdiz está viviendo un momento ‘regular’, están incidiendo muchos factores negativos sobre ella, sobre todo por la restricción del control de sus predadores, me atrevo a decir que la perdiz es la especie cinegética que más enemigos tiene.
Como es muy demandada no queda más remedio que criar perdiz, el problema surge cuando el productor quiere sacar muchas perdices y para conseguirlo tiene que hibridar…
Es muy difícil encontrar perdiz pura en estos momentos y son millones de ejemplares los que se crían o sueltan en nuestro país, lo que con perdiz pura sería imposible y súper costoso.
«Es muy difícil encontrar perdiz pura en estos momentos y son millones de ejemplares los que se crían o sueltan en nuestro país»
JIH: ¿Cómo ves la convivencia entre perdiz natural y sembrada?
AC: Es viable porque se está dando, pero sí es cierto que la existencia de perdiz pura en el campo es muy dudosa y si la hubiera se hibridarían entre ellas.
Como te he dicho, casi no hay granjas que tengan esa línea ‘pura’ y espacios donde pervivan tampoco.
JIH: Visto lo anterior y desde tu larga experiencia, ¿cuál ha sido la evolución de la caza en nuestro país?
AC: Siento decirlo, pero la caza más pura o menos artificial era la de antes, la de ahora es un negocio, y cuando algo se convierte en negocio se pierden los escrúpulos y el sentimiento, aun así, el que va a cazar no debe perderlo y el gestor tampoco.
«La caza más pura o menos artificial era la de antes, la de ahora es un negocio, y cuando algo se convierte en negocio se pierden los escrúpulos y el sentimiento»
JIH: ¿Vence la ‘trofeitis’ a la caza tradicional?
AC: Totalmente, cada vez hay más clientes con poder adquisitivo que te van a demandar ese gran trofeo y por ello siempre habrá oferta.
No olvidemos que estamos en un país ‘trofeista’.
JIH: ¿Qué cambiarias si pudiera de la gestión cinegética actual?
AC: Ufff, ya hay pocos cambios que hacer… quizá que nos involucremos todos con la administración para que todo se agilice y haya más flexibilidad para poder trabajar y menos prohibiciones.
JIH: ¿Y de los cazadores?
AC: Dos azotes para empezar (ríe), caza vez somos más cómodos, queremos cazar más y mejor y hay que concienciarse de que cazar es cazar, estar en el monte, disfrutarlo, sudarlo… y así se valorara más el trofeo.
«Caza vez somos más cómodos, queremos cazar más y mejor y hay que concienciarse de que cazar es cazar, estar en el monte, disfrutarlo, sudarlo…»
El ‘Fieraaaa’ es un hombre franco, abierto, amigo de sus amigos y sobre todo que destila amor al campo por todos sus poros.
El campo es su vida, la caza su pasión… Es un placer encontrarse con personas como el en este mundo tan superficial en el que Antonio Cañones busca conseguir mejorar a sus ‘amigos’ los animales, a los que quiere y, sobre todo, respeta.
Coloquios con José Ignacio Herce Álvarez