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Alto Tajo ¿Parque Nacional? Por Ángel Luis Casado

Alto Tajo
Durante los cuatro meses que le he dedicado al corzo en el Alto Tajo me he alojado en diferentes hoteles de Molina de Aragón.

El pasado mes de abril leí con cierto asombro que se quiere convertir el Parque Natural del Alto Tajo en Parque Nacional. Tras Cabañeros, otro más; la historia, parece que se vuelve a repetir.

Desde la mundología que me han dado las cuatro últimas temporadas corceras en el Alto Tajo, así como en recientes batidas y monterías dentro del área del Parque Natural, les puedo contar…

Alto Tajo
Molina de Aragón.

Que durante los cuatro meses que le he dedicado al corzo me he alojado en diferentes hoteles de Molina de Aragón, donde además de desayunar, he comido en sus restaurantes. He sido cliente de un buen peluquero del lugar; llevando a cabo las compras básicas de fruta, pan, etc.; he repostado no poco combustible, lavado el coche… y la lista de gastos podría continuar. Este es mi caso, como les hablo, pero el del resto de cazadores y pescadores parecido ha de ser. Vivir unos días por semana y durante meses en un sitio ayuda a relacionarte con la gente de la ciudad y conocer, en parte, sus inquietudes. Por otro lado, al igual que ocurre en otros destinos, más o menos turísticos, hasta que no llega el buen tiempo, los únicos foráneos somos pescadores y cazadores.

Les sigo contando.

Una tarde de junio Alto Tajo

Una tarde cualquiera de junio de hace dos temporadas. Hacía calor y decidí, como siempre, pasar el tiempo en el campo en vez de en la habitación del hotel. Me llevé una silla baja y, desde un punto dominante, me quedé oteando el paisaje a ver qué acontecía.

Iba con la idea de echarle el ojo a un buen corzo que me traía por la calle de la amargura. A toro pasado, les adelanto el final para decirles que dediqué la temporada completa tras él, llegándolo a tirar incluso (fallándolo claro).

La tarde de la que les hablo, por la siembra en la que esperaba al corzo asomaron una gama y su cría, pastando tranquilamente no más de diez minutos. Después, un buen gamo de cuerpo y escaso de cuerna, pues estaba aún en pleno desarrollo, con su borra correspondiente.

Alto Tajo

El corzo que se difuminó en el trigal

Fue en ese momento, mientras el gamo cruzaba la siembra, cuando surgió desde el monte el ladrido de ‘mi’ corzo, reclamando al intruso y advirtiendo que aquellos pagos ya tenían Señor. Al principio no supe ver a qué obedecía (el ladrido) pero con su entrada en el trigo, desafiante, marcando cada paso como si fuera un caballo andaluz y dando cortos ladridos, lo dejaba meridiano. No sé si fue por esto o qué pero el gamo atravesó la siembra sin detenerse siquiera, desapareciendo, dejándome allí cavilando, incrédulo de volver a ver al corzo cuando menos lo esperaba, con el sol todavía castigando y tras un buen número de días sin saber de él.

No perdí el tiempo porque, viéndole desfilar más inflado que un pavo, me preocupé de irle colocando la cruz sobre la paleta que, sobre la marcha, comenzó a ser lomo y el lomo, en un instante, quedó convertido en espigas de trigo. ¡Se difuminó en el trigal! Quedó engullido por una pequeña vaguada que lo hizo desaparecer, ¡en un momento! Vaguada que en apariencia no existía pero que esa tarde, supe de ella. Allí me dejó, una vez más, compuesto y sin novia. No volví a tener noticias suyas hasta la temporada siguiente.

Trenecito de jabalíes Alto Tajo

Otra tarde. Andaba sentado en una esquina del cereal, con la espalda pegada a una longuera de monte que se descuelga desde la sierra hasta el mismo camino, quedando mis ojos a la altura de las espigas del trigo. Sentí ruido por detrás e inmóvil como estaba, permanecí. Asomó la cabeza un jabalí a menos de diez metros. Resoplaba y miraba desconfiado, sospechando de aquel bulto que seguro no recordaba haber visto antes.

La ropa de camuflaje, la cara y las manos tapadas y permanecer como una estatua le debieron dar la confianza suficiente para saltar a la siembra, pero no viajaba solo, iba acompañado de otro más y otro… ¡hasta seis pude contar! Cuando intentaba relajarme un poco removiéndome en la silla, apareció el séptimo, por los mismos pasos, completando con demora el trenecito que atravesaba ya el sembrado, camino de sus quehaceres nocturnos aunque con el sol todavía en el horizonte. Pasaban de cuarenta kilos, todos iguales.

Un motorista chocó contra los ciervos y casi pierde la vida

Una mañana cualquiera del mes de mayo (si no me falla la memoria) llegué sobre las once al hotel con la intención de desayunar, de vuelta del campo, tras el madrugón correspondiente. En la puerta había tres o cuatro motos de alta cilindrada y alguno de los motoristas hablaba entretenidamente con el dueño del hotel. El siguiente fin de semana que regresé a Molina de Aragón me contó (este último) que tras la charla, sus amigos se marcharon de ruta por el Parque Natural y sobre las doce de la mañana, antes de llegar al pueblo de Checa, varios ciervos cruzaron la carretera chocando con uno de los motoristas que a punto estuvo de perder la vida yendo a parar al hospital de parapléjicos de Toledo. No es necesario añadir nada más.

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Que les dejen como están

Mientras escribo estas líneas, hablo con un par de alcaldes de los pueblos afectados para que me cuenten sus impresiones. Me dicen que el sentir de su mancomunidad de 16 pueblos es que les dejen como están; aquí no hay ideología política de por medio pues son del mismo color… y me aseguran que es el sentir general.

Cabras monteses Alto Tajo

Continúo. Otro día cualquiera tras el rececho mañanero me marcho a hacer rutas por el Parque y tengo la suerte de ver un grupo de cabras monteses cruzando la carretera tras haber bebido en el río. Son hembras y crías. En la ruta hasta la desembocadura del río Gallo, en el joven Tajo, contemplo un par de machos de gamo, junto al borde de la carretera, entre los pinos. Supongo que llevan intención de llegar hasta el río para beber.

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Corza, gamas, cochinos, ciervas, un jabalina y su tropa… vivencias

Una tarde más de espera. Queda una hora para que se apague del todo la luz del día y en la siembra pacen tranquilas una gama y su joven cría. Al momento, una corza asoma por otro extremo, junto a un seco regato. Vuelvo la vista a las gamas pero han desaparecido. Un par de cochinos andan ya en el sembrado y quizás las hayan espantado. Al cabo de un rato, veo entre el monte una cierva y su gabata. Aún queda más de media hora de luz y entran a la avena una hembra de jabalí con su tropa. El alboroto me llega hasta la postura.

Alto Tajo

Parque Natural del Alto Tajo, un paraje de riqueza paisajística y alto valor ecológico

Les he contado algunas vivencias disfrutadas en el Parque Natural del Alto Tajo. Paraje de riqueza paisajística y alto valor ecológico que hasta la fecha se conserva en buenas condiciones. Como pueden entender por lo explicado, es muy fácil ver gamos, corzos, venados, jabalíes y cabras ya que abundan a pesar de la práctica de la caza y hay que ir con cuidado por sus carreteras porque los animales las cruzan a cualquier hora del día.

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¿De verdad, ustedes creen necesario convertir este espacio en Parque Nacional?

Es momento de retomar la pregunta inicial y les pregunto:

¿De verdad, ustedes creen necesario convertir este espacio en Parque Nacional?

Les recuerdo que la primera consecuencia de la nueva figura (la de Parque Nacional) es la prohibición de la caza y la pesca.

Segunda observación. La citada prohibición conlleva que la Administración compense a los propietarios afectados por la medida (pero sin aclarar ni cuándo ni en cuánto). Es muy oportuno recordar ahora la situación de los ayuntamientos de León que están en el perímetro del Parque Nacional Picos de Europa que en su primer año ya están enfrentados al ministerio porque no llegan las compensaciones y piensan que, cuando finalmente lo hagan, no lo harán en la cuantía prometida.

Tercera observación: si a pesar de los planes cinegéticos hay la densidad de fauna que les he contado, ¿qué ocurrirá tras dejar de cazar? Y desde el punto de vista sanitario, ¿qué va a ser de estos animales? Y desde otro ángulo más ¿a qué podrán aspirar los agricultores?

Cuarta: ¿en qué va a mejorar la vida de estos 44 pueblos el día que el Parque Natural se convierta en Parque Nacional? ¿No es un atropello que desde la capital se imponga una forma de vida a la gente rural con la que no comulgan?

Quinta y final: España tiene una deuda del 125%, en román paladino: 1,40 billones de euros. ¡Y subiendo! ¡Sí, sí, han leído bien! ¿Puede el Estado seguir planteando aumentar el gasto sin ton ni son? ¿Con qué fin? ¿Cuál será el beneficio?

¿Han escuchado la voz de los ecologistas?

En la actualidad, no dispongo acción alguna de caza en la zona y, por tanto, no me mueven intereses particulares. Lo que digo lo hago por convencimiento y con pesar porque algo que merece la pena se va a terminar perdiendo. Además, significaría otro paso atrás para la caza. Y ya saben, pasito a pasito… esto se acaba que es, sin duda, el objetivo final de algunos. Como dicen por La Mancha, ¡se nos va el vino en catas!

Y para los que aún lo duden, por favor, echen un vistazo a cómo se ha llevado a cabo un supuesto control poblacional el mes pasado en Monfragüe.

¿Han escuchado la voz de los ecologistas?

Silencio. Alto Tajo

Poderoso caballero…

Texto y fotografías Ángel Luis Casado Molina ⁄ www.librosdecaza.es

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