Caza Mayor Con la caza a cuestas Opiniones Relatos

A la mayor, por Ángel Luis Casado

A la mayor
A la mayor. Y trasponen las manchas tras jabalíes y reses…

Huele la sierra a cuero y a pólvora.

El viento nos delata. Bueno y los portazos en los coches, las voces…, a algunos la colonia, etc., etc.

Corren las ladras por el monte como los arroyos tras las primeras lluvias, de seguido, porque ha comenzado la temporada. Llegan los punteros hasta los collaos, vuelcan portillos y trasponen las manchas tras jabalíes y reses, confiando que el rifle del cazador pare la presa para hacerla suya. Y tras ellos, la rehala, con medio metro de lengua fuera pero con la misma afición que el puntero, que aquí cada uno tiene su misión, su papel. Y si otros fueron los que primero llegaron, estos serán ahora los que muerdan y agarren porque en este ejército, cada uno tiene su misión.

A la mayor

Lances inolvidables mayor

Suenan disparos en ‘El portillo del Carro’, en ‘Majada Vieja’, por el ‘Pico las Cruces’, en el ‘Collao de los Pilones’, en la ‘Cuerda del Alcornocal’, en ‘Carboneros’, ‘Los Trampales’, en el ‘Corral de los Alambres’, en la ‘Cuerda del Castaño’, en la ‘Traviesa del Palomar’… y tantos y tantos nombres que en la memoria del cazador están, como hermosos lugares donde vivieron y esperan vivir, lances inolvidables. Si los tiros fueron certeros aunque puedan tardar, llegarán los perros que condujeron la pieza hasta la postura a celebrar con nosotros su trabajo, mordiéndola. Ni más ni tampoco menos. Ni pegarles ni espantarlos. Respetemos su momento.

Si, por contra, marchó la res porque no anduvimos finos y estamos de batida con perro de rastro, nos pedirán que sujetemos al perro y no lo dejemos pasar (nos quedaríamos sin perros con los que batir el monte). Si de montería andamos, la seguirán hasta el confín del mundo si es necesario o hasta que el cansancio haga desistir al perro. O sienta la caracola llamándole allá donde esté.

La alegría de la suelta recorre la mancha hasta donde el viento la lleve

Cuando estoy en el puesto, esperando que llegue el momento de la suelta y escucho llegar los vehículos con los perros, se me acelera el pulso (estar en la Gloria y este momento se deben parecer mucho). La alegría de la suelta recorre la mancha hasta donde el viento la lleve y sea posible oírla, poniendo en alerta a cazadores y a la caza que, en silencio, se irá moviendo en busca del portillo salvador.

“¡Atentos todos!” (que diría Fidel, montero de Cantabria, por la emisora).

Mayor Por Ángel Luis Casado Molina

www.librosdecaza.es

Enlaces a otros artículos de Ángel Luis Casado Molina

Va de lobos (I)

Va de lobos (II)

Marzo    mayor  

Con la veda cerrada

Políticamente incorrecto

El corzo    mayor

Alto Tajo ¿Parque Nacional?

Va de lobos (III)

La ola verde

El infierno

Una nueva berrea

Va de lobos (IV)

Sueños y realidad   mayor

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.