Con la caza a cuestas Opiniones

La fama, por Ángel Luis Casado

La fama cazador
¿De oficio cazador? La fama.

El rigor a la hora de dar noticias hay veces que brilla por su ausencia y, si están relacionadas con lo cinegético, podemos sustituir “hay veces” por “casi siempre” y, apurando un poco, hasta podríamos quitar el “casi”. Ya me entienden.

¿De oficio cazador?

Les pongo un ejemplo: la fama

En una intervención policial llevada a cabo en el día de hoy han sido detenidos un ingeniero, un jugador de fútbol y un cazador…

Según se interpreta la noticia, ‘cazador’ parece una profesión más. Y, además, pareciera incompatible con la de jugar a fútbol o ser ingeniero. ¿No tendría oficio el cazador detenido? ¿No podría ser médico, notario o minero prejubilado y ser, además, aficionado a la caza, a los toros o al mus? ¡Qué digo yo!

Otro ejemplo más. Un cazador mata a su esposa con el arma… Y bien, de profesión: ¡cazador! ¿No? La noticia no podía ser de un farmacéutico o un albañil por cuenta ajena y tener claro que este farmacéutico o albañil pueden ser también aficionados a la micología, al golf o a montar a caballo o, por supuesto, a la caza. ¡Pues no! Lo importante de la noticia era que es cazador y no boticario o paleta.

Y termino. Después de ser perseguidos por tierra, mar y aire desde ambientes políticos, seudoecologistas, etc., tenemos que oírles frases como:

  • Aún nos queda una bala en la recámara.
  • Estamos en el punto de mira…
  • No hemos gastado el último cartucho.
  • Nos están esperando con la escopeta cargada.
  • Tendremos que afinar la puntería para lograr un acuerdo.
  • Se quieren cobrar la pieza antes de…

Para ser los salvadores de la patria y de los animales utilizan un lenguaje más belicoso que nosotros cuando hablamos de caza. Pero en boca de ellos, amigo, no tiene mayor importancia.

En todos los gremios los hay buenos, regulares y malos

Como en todos los gremios y en el nuestro también, los hay de todos los colores (buenos, regulares y malos), pero cada uno con su quehacer diario: desde el que está parado al político y perdón por la redundancia.

Cada jornada que nos echamos al campo ponemos de manifiesto valores sin los que no se puede entender la caza tal y como es: amistad, compañerismo, solidaridad, etc. Lo mejor del ser humano lo ponemos en práctica en el ejercicio de la actividad cinegética, ahora que casi todo pasa por ser virtual. Nos saludamos, abrazamos (hasta que llegó el bicho), reímos, compartimos esfuerzos y taco o mesa y mantel, cara a cara, cada día, en un marco único que es la naturaleza, de la que somos primeros guardianes y protectores.

No estamos para seguir recibiendo palos sin ton ni son ni para estar en lo del refrán: “Cria fama y échate a dormir”.

¡Vayamos despertando!

Por Ángel Luis Casado Molina / www.librosdecaza.es

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