Con la caza a cuestas Opiniones Perros

Bienestar, ¿de quién? Por Ángel Luis Casado

Bienestar perros
Bienestar, ¿de quién?

Aún es de noche y el termómetro marca -4 °C. Y es que el invierno, no lo parece en realidad. A oscuras y con la luz de los faros del coche, mis amigos llegan hasta la perrera para coger sus perros y disfrutar con ellos de otra jornada más de caza. La helada brilla a la luz del vehículo. En el reloj se iluminan las 7:30 de la mañana, en una puntualidad casi religiosa.

La sierra, la montaña… ¡la caza! llama a centenares de monteros-rehaleros a diario, con jornadas en las que echarán más de doce horas hasta recorrerse de nuevo el camino de regreso a la perrera.

Recuperar perros, un vía crucis bienestar

Hoy mismo, domingo, 20 de febrero, José María tuvo que ir a recoger a Caín y a Gualas (dos de sus perros de raza astur-cántabra) a 54 km de distancia en coche (1 hora y 10’) del cazadero (hablo solo de carretera, porque desde ahí, hay que seguir por caminos, pistas o andando, tras ellos). Pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde cuando, por la emisora, nos hacía saber que dejaba la cacería porque debía ir en busca de los perros que se habían marchado persiguiendo un buen jabalí. Ahí comenzaba su vía crucis pues ya llevaba encima cinco horas pateando las montañas desde dentro, entre robles, brezos, espinales y retamas, traílla en mano.

La historia tuvo su ‘fin’ a las 21:06 con la feliz recogida de sus canes –en pleno monte– tras alcanzar el lugar donde se encontraban andando, ayudado de linterna frontal sobre la cabeza. Ya ‘sólo’ les quedaba por recorrer otros 100 km para volver a casa y dejar a los perros en la perrera (del mal, el menor, no tenían heridas y no había que llevarlos al veterinario), ducharse, cenar… e irse a la cama, no siendo posible hacerlo, antes de que el reloj marcase las doce de la noche, por muy bien que pudiera ir todo.

Hubo suerte con que el monte estuviera bastante seco, la noche fuera suave para lo que debería y que el viento no  difuminara sus voces llamando a los perros. Como que tampoco lloviera ni nevara también lo agradeció. El peligro de andar por terreno desconocido, la oscuridad de la noche que todo lo esconde y las placas de hielo que alguna encontrarían por el camino, convertirían la búsqueda en todo un ejercicio de supervivencia porque, además de llegar no hay que olvidar que ¡hay que volver!

El borrador de Ley de Bienestar Animal dice que hay que esterilizar a nuestros animales… ¿Y los problemas físicos que eso conlleva? Diabetes, piel, engorde, etc., etc. ¿Bienestar…?

Unas semanas antes, las perras de Galleguín no regresaron de otra persecución a los jabalíes al final de la batida. Salieron fuera del alcance del Garmin sin que pudiera dar con ellas a pesar de permanecer en el monte hasta que se hizo de noche. Pasando frío porque la montaña es siempre la montaña, recorriendo caminos embarrados y llenos de nieve, peligrosos, tuvo que recorrer tres días seguidos la distancia que separa su residencia del lugar donde se celebró la batida para intentar recuperar a sus dos perras azul de Gascuña y sabueso.

Cada día que pasan perdidos en el monte son carne de cañón para los lobos. Y, como a perro flaco todo son pulgas, Galleguín averió el coche por aquellos pasos, con la consiguiente factura de taller que viene a resentir aún más el bolsillo, dado el esfuerzo económico que hay que hacer para tener una cuadrilla de perros con la que completar la temporada.

Al cuarto día logró Galleguín logró dar con Bruja y Linda sin imaginar siquiera cómo pudieron aguantar tres días sin comer, soportando temperaturas de hasta -10 °C y tener el santo de cara para no tropezar con los lobos.

El borrador de ley de bienestar animal dice que no se podrán dejar sin supervisión a los perros más de veinticuatro horas consecutivas. Vayan pensando qué hacemos con miles de ellos que están en la casa campo vigilando, atendidos cada tres o cuatro días pero con el sustento garantizado por medio de depósitos y silos.

Bienestar perros

Esta gente cuida de sus perros como si fuesen sus hijos. Si pudieran transferirles sangre, extenderían el brazo con gusto. Tan solo una semana después de recuperar las perras, un solitario jabalí, bien armado de muelas, se las cosió a puñaladas.

Una gélida tarde de enero, tras dar una batida a los jabalíes, tocó que el veterinario las asistiera de urgencia. Ahí, el destino estuvo de nuestro lado porque dos miembros de la cuadrilla son veterinarios: Juan y Jónatan, que emplearon más de dos horas (cada uno) en atender a los perros heridos, tendidos sobre los remolques y sobre una mesa de bar donde habitualmente comemos cuando damos aquel bellísimo coto de Prioro (León). Pasadas las 19:00 horas, con un frío de mil demonios y sin comer aún, nuestros dos amigos se dedicaron, con verdadera profesionalidad y enorme cariño (desinteresadamente, aclaro), a intentar sacar adelante a los animales bajo la atenta mirada y la ayuda de sus dueños. Miradas llenas de gratitud y serenidad ¡de calma! al verlos atendidos y en buenas manos. Estos hombres anteponen siempre la necesidad de sus perros a cualquier otra cosa. ¡Amén!

Pero, después de todo, hubo suerte porque sabemos que las navajas de los jabalíes pueden llegar a ser mortales y algunos se libraron de una muerte segura por milímetros. Para estos, posiblemente, se acabó la temporada.

El borrador de Ley de Bienestar Animal dice que los cazadores que cuenten con perros tendrán que constituirse como criadores en caso de que quieran cruzar a sus animales y bla, bla, bla…  Deberán estar inscritos en el Registro de Criadores, en su categoría correspondiente y, en caso de no estarlo, los perros de caza que se mantengan o tengan acceso al exterior de las viviendas y puedan tener contacto no controlado con otros, deberán estar esterilizados.

No hay espacio suficiente en este artículo para contar lo que viven, sienten y padecen quienes se siguen empeñando en tener perros de caza, ya sea de rastro, de muestra o de rehala. Gracias a ese empeño, todos disfrutamos de la caza.

Desde aquí mi reconocimiento y creo, sin temor a equivocarme, el de todos.

A Diego, Toni, Saúl, Jony, José Antonio, José María, Jandri, Zalo, Galleguín, Santi, Boni, Jose, Chema, Álvaro, Pablo, Ordax, César, Gelín, María, Alba, Luis Ángel, Rafa, Viñas, Chuspi y tantos otros que, como ellos, por todo el país, seleccionan, crían, cuidan y adiestran a sus perros en el noble arte de la caza,

¡GRACIAS! Bienestar

El borrador de la Ley de Bienestar Animal prevé la creación de diez organismos, planes y registros para mejorar la protección de los animales, a saber: Comité Científico y Técnico para la Protección y Derechos de los Animales, Comisión Territorial de Protección Animal, Consejo Estatal de Protección Animal, Observatorio Estatal Contra el Maltrato Animal, Sistema Estatal de Registros para la Protección Animal, Registro Nacional de Inhabilitaciones para la Tenencia y Actividades relacionadas con Animales, Inventario Nacional de Protección Animal, Fondo para la Protección Animal y Plan Nacional de Protección Animal.

¿No será que esta ley está ideada pensando en el bienestar de los políticos? «No seas animal, hombre…, ¡es el bienestar!»

¿De quién creen ustedes?

Por Ángel Luis Casado Molina / www.librosdecaza.es

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